Una voz de protesta se puede perder en el desierto.
Dos voces pueden formar el eco.
Un millón de voces pueden tumbar un gobierno.
Es la historia de Xóchitl Gálvez que se atrevió a levantar su voz en contra del abuso del poder de Andrés Manuel López Obrador.
Tocó la puerta de entrada del salón de la mañanera y el presidente ordenó que no se abriera.
La voz y orden del presidente formó el eco a la voz de Xóchitl y ahora son millones las que siguen a la candidata de la oposición.
Soy uno de sus seguidores y busco que otros me sigan en la tarea de derrotar al gobierno que ha traicionado a los mexicanos.
Los que dividen al pueblo apestan, y Andrés Manuel ha tenido como tarea de gobierno el causar la división entre los mexicanos.
Xóchitl se ha convertido en nuestra esperanza.
Su voz de protesta ha levantado la moral de los que sentíamos la derrota anticipada al no tener a quién seguir en la lucha.
Estoy muy agradecido por ello y la seguiré contra viento y marea.
Mi voz y lo que escribo, pueden formar eco y seguir engrosando las voces de protesta que se necesitan para derrocar al tirano.
Cada día que pasa aumenta el número de seguidores de Xóchitl.
Su voz rebasó los desiertos y ahora predica en espacios ciudadanos que la escuchan con emoción y genuino interés.
Hay miedo real entre las dirigencias de Morena. La voz de alarma llegó hasta el presidente y puede disponer dos cosas:
La sustitución de la candidata que no levanta, o el insano deseo de perpetuarse y disolver los poderes de la unión.
Claudia no crece a pesar de contar con inmensos recursos monetarios y el apoyo de bastantes gobernadores y del presidente de México. Hay voces que le llegan al tabasqueño pidiéndole releve a Claudia Sheinbaum.
El eco de Xóchitl Gálvez atraviesa los confines de nuestro país y aterriza entre los mexicanos que pueden votar allende las fronteras.
Su voz es llegadora y penetra en el corazón del que la escucha.
Ya no predica en el desierto.
Somos millones de seguidores que habremos de depositar el sufragio en busca de ganar la batalla y sacar del poder a esta infame cuarta transformación.
No es tarea fácil, eso lo sabemos todos, pero la esperanza nos llega al corazón y seremos soldados de este movimiento opositor que abandera Xóchitl.
Hay miedo en las esferas morenistas.
No es cosa de dejar de lado la gran campaña de Xóchitl y la decadente fórmula que encabeza Claudia Sheinbaum.
Hagamos patria con nuestro sufragio.
Acabemos con el pésimo gobierno que nos ahoga con obras sin fundamento real y que ya acabaron con todos los fondos nacionales.
Será este gobierno el que contraiga la mayor deuda y nos deje encharcados a los mexicanos.
La voz de Xóchitl encontró el eco en millones de ciudadanos que protestaremos con nuestro voto en junio.
Hasta mañana.
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