La prudencia y el aguante de Alito, se imponen en el caso Ruvalcaba

Hay silencios que ‘no otorgan’… que no implican necesariamente derrota.

Hay silencios prudentes, generosos…sí; y quizá piadosos.

Así ha sido el silencio que ha mantenido el dirigente Nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, en torno al caso de Adrián Ruvalcaba, el aspirante a la candidatura del Frente Amplio Por México, cobijado por el PRI, al Gobierno de la Ciudad de México.

Legítima, sin duda la aspiración del exalcalde –en múltiples ocasiones- de Cuajimalpa, Ciudad de México, a la referida nominación aliancista.

Pero inserta en una circunstancia en que las condiciones políticas no le favorecen al joven político que ha gobernado –y bien, según se sabe- esa demarcación rural capitalina que hiciera famosa el desaparecido ídolo de México, Pedro Infante, por estar ahí asentada su residencia campestre.

Y es que al parecer la bravura y la integridad de los personajes de aquel ‘charro mexicano’, han ‘engallado’ a Ruvalcaba a exigir como capricho, que se le otorgue la candidatura opositora por la Ciudad de México… y que el PRI nacional de ‘Alito’ Moreno lo respalde en esta exigencia, como líder ‘entrón’ y solidario con sus compañeros de partido que es también el campechano, a lo que habría que acotar lo siguiente, en aras de encontrar una explicación al tema:

En estos años de convulsión … y hasta de confusión ideológica, en el mundo –no sólo en México y América Latina- , las izquierdas han cambiado la temática neurálgica de su discurso.

Han migrado de defender ‘a pie juntillas’ al materialismo histórico, originalmente llamado ‘materialismo dialéctico’, (hasta que apareció Josip Stalin en la exURSS y lo difundió como aplicable a la ‘realidad’, no sólo a la naturaleza), hasta el punto en que se encuentran hoy, que es la defensa férrea de los derechos humanos y el impulso al surgimiento de muchos de estos.

Este discurso, construido a base de las teorías críticas al derecho y a sus fundamentos filosóficos e históricos, consolidados a través de un método llamado científico y ‘cuajado’ formalmente en la corriente del pensamiento positivista, es el que permea en las nuevas corrientes de expresión de los movimientos de izquierda radicales en el mundo… y su mejor expresión causal es el derribamiento de la “dictadura de las mayorías o del proletariado”, como diría el filósofo Karl Marx.

Abominan las reglas derivadas del sistema de derecho aceptadas por la que ellos llaman “metafísica de la ciencia, al servicio de las clases dominantes”. Ha de ser su visión la que es justa y digna de imponerse. Ya no hablan de diálogo… y ahí estriba el peligro.

Le apuestan ellos a que sean “las minorías las que tomen el poder por asalto” ahora. Ese es el gran pretexto… el “brand” –digámoslo así, de la revolución que impulsan… se derribó el muro de Berlín a partir de 1989; se deshizo la URSS en 1992… y ellos ahora, hacen las “revoluciones de terciopelo” en América latina y en el mundo, impulsando o respaldando gobiernos mediante discursos rabiosos que incitan al odio, a la división y recrudecen la lucha de clases entre seres iguales, aunque diferentes desde el punto de vista socioeconómico… que despiertan el fanatismo de mucha gente inconforme, con rencor social y hasta frustrada; pero que sobre todo, están dispuestas a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder una vez que llegan.

Esa es precisamente la síntesis del ‘estatus’ y la praxis política mostrada hasta hoy por Morena por ejemplo, en nuestro país… pero es también el cobijo ideológico de algunos movimientos sociales, dignos de todo el respeto posible de parte del suscrito y de la sociedad –hay que decirlo- justos, seguramente hasta cierto punto, como el es caso de la comunidad LGBTTT+… pero que no pueden imponerse por el capricho ni por el chantaje de persona o grupo alguno… sea grupo minoritario o que alcance incluso la mayoría electoral.

Por eso resulta plausible, la actitud de un líder… de un joven líder mexicano; que dirige nacionalmente al PRI -otrora mayoritario y hoy, aunque no en sus mejores tiempos- muestra de nuevo un rasgo de cordura social y profesional y le ‘dá cátedra’ a muchos actores políticos de la actualidad mexicana, sobre cómo deben impulsarse y defenderse los avances de un movimiento progresista. Dígase lo que se diga, con virtudes y con defectos, el presidente del CEN del PRI avanza, aunque “los perros le ladren”.

Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas es un político centro-progresista, que defiende con toda su capacidad –y más allá- el derecho que reclaman o que le asiste a un grupo social, como lo es el de la comunidad lésbico-gay en México y en el mundo.

Recientemente, fue cuestionado en torno a las declaraciones de Adrián Ruvalcaba, el aspirante a candidato opositor al Gobierno de la Ciudad de México, quien anunció “su renuncia al PRI” y acusó en repetidas ocasiones ante medios de comunicación, que “Alito” Moreno lo había traicionado, porque no lo respaldó en sus pretensiones de ser el candidato priísta que abanderara al Frente opositor para la capital de la República.

‘Alito’, sin perder la compostura ni lanzar declaraciones ofensivas, solo se limitó a explicar, en muy breves pero sintéticos enunciados, la función de un verdadero líder, alejado de las demagogias, los “llantos”, los reclamos y de las traiciones.

No obstante que horas antes, cuando Ruvalcaba declaró que “Alito lo traicionó”, el propio Adrián reconoció que ‘Alito’ le hizo ver que al cumplir su ‘amenaza’ de abandonar al PRI… “el que quedaría como traidor” sería el exalcalde de Cuajimalpa, no obstante haber sido apoyado en cuanta ocasión se le ocurrió competir por el cargo de alcalde o jefe delegacional… “porque el que abandona, es el que traiciona”.

Moreno Cárdenas explicó informalmente que la función de un líder honesto es hablar siempre con la verdad… aunque duela.

Que “no era su papel” adelantarle la decisión sobre el “Caso Ciudad de México” del comité que representa a Ruvalcaba, porque su interés es que haya participación democrática, es su función impulsarla… no coartarla.

En los partidos debe haber competencia interna. No imposiciones unilaterales… Igual en un frente opositor… con más razón.

Pero el costo y el peso que implican una dirigencia como la del PRI nacional, como ha mostrado Alejandro Moreno Cárdenas, es muy alto y de muy alto compromiso.

Las vicisitudes, cuestionamientos y hasta las demandas que ha sufrido el campechano, han puesto de manifiesto la guerra sucia contra él y la autodefensa férrea del exlíder nacional juvenil, hoy convertido en dirigente y líder del partido político con mayor raigambre histórica en nuestro país.

No obstante–se reitera- es un hombre de formación liberal o de centro-izquierda y moralmente comprometido con las causas de movimientos como el que respalda a Adrián Ruvalcaba, que está a favor del Aborto, entre otras cosas… Alito Moreno, resguardando la viabilidad del Frente opositor y los acuerdos que se tomen de foma consensada al interior, ha asumido el costo de ser él, el “villano” que se le atraviesa a Ruvalcaba, cuando en su momento fue su principal promotor; hoy ha trascendido que fue el panismo recalcitrante y conservador no solo de la CDMX sino del país entero, el que pidió que “por esta vez”…. se desechara la pretensión de Adrián, quien estaba bien posicionado en algunas encuestas… pero no en la mayoría.

Así que no fue ‘Alito’… fue el PAN en su conjunto el que se le atravesó.

Sin embargo, ‘Alito’ asume el costo político con cierto dolor por la renuncia de Ruvalcaba al PRI, a quien considera un excelente cuadro. Ahora, en el camino de ser coptado por Morena y por el PVEM.

Como se ve, ser líder implica riesgos y costos de imagen muy altos… y a veces injustos.

No es fácil permanecer en la cima… y no cualquiera merece llamarse líder.

Verbigracia:

“El tigre asiático que es una fiera de dimensiones ligeramente mayores a la del león africano –incluso más sanguinario en sus formas de cacería- no mereció el mote de “Rey de la selva” o de la fauna universal… el mote se le asignó al león. Por sus atributos de liderazgo y… hasta de nobleza en su ejercicio de poder.

Mientras el tigre acecha escondido y a traición, esperando el menor descuido de la presa para morderle el cuello y asfixiarlo… para devorarlo; el león avisa con su rugido, que se escucha a 8 kilómetros a la redonda, que va a matar… que tiene hambre y que va dispuesto a todo… además, el león “mata a guantadas”, con una fuerza descomunal, dándole la oportunidad a la presa de defenserse… es incluso más sociable con el hombre que el tigre…

Piénsele y vea la analogía… el líder más honesto, es el que no engaña… es el que habla con la verdad.

Así que metafóricamente o no, con todos los atributos en pro y en contra que se le asignan al presidente del CEN del PRI, a Ruvalcaba le habló derecho y le dijo la verdad; en el caso de la renuncia de Alejandro Murat al PRI y de su padre, José Murat a la presidencia de la Fundación Colosio A. C. , Moreno Cárdenas también siente dolor por la amistad política que los unió y por el mentoraje que Murat Casab ejerció en su vida política, pero como bien dice el campechano: “Él no puede guiarse por cariños y amistades, sino por el interés pólítico nacional partidario”

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Héctor Calderón Hallal
Héctor Calderón Hallal

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