La indestructible fe en mi querido Dios

Aclarando amanece:

No soy de los que desayunan, comen y cenan metidos en los templos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

A ella pertenezco en sus principios.

Mi madre me heredó sus preferencias.

Dios está conmigo y me lo ha mostrado en muchísimas ocasiones.

A nadie le doy orientación sobre ello y me circunscribo al entorno familiar que también profesan mis creencias.

Me caigo con frecuencia y me ayuda a levantarme.

En la enfermedad, me acompaña y me sana.

Me pone en las manos adecuadas para que nada me pase.

En mis viajes, me cuida y me guía por los mejores caminos.

Somos dos al volante.

Los temores siempre presentes se disipan cuando me pongo en sus manos.

Ruego con frecuencia para que la salud cobije a mis amigos.

No se trata de algo relacionado con mi edad.

Sus favores y pruebas las tengo desde mi juventud.

No juzgo a los que no llevan a Dios en su espíritu.

Ni siquiera puedo decir que conozco la biblia.

Siento la presencia divina y eso es lo que importa.

Otros tienen el dinero y lo comparten conmigo.

La familia y los amigos son el tesoro que mi Dios me permite poseer y me siento bendecido por ello.

Disfruto al escribir mis comentarios de la semana.

Orgullosamente sinaloense.

Solidario a morir con los hombres del campo.

Preocupado siempre para que a pescadores y ganaderos la fortuna les sonría.

Que jamás nos abandone el turismo es mi ruego.

Sinaloa es muy especial.

Dios se siente muy confortable en nuestro Estado.

Nos protege y cuida.

Mi fe es indestructible.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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