Sobre el Camino

La humildad de Samuel López Angulo

El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad (Ernest Hemingway).

Para el agricultor e ingeniero de profesión, Samuel López Angulo, la política tradicional jamás se ha caracterizado por ser un terreno fértil para la humildad. Parte de los problemas de una determinada concepción de la democracia representativa reside en prácticas arrogantes y actitudes pretenciosas de algunos de nuestros representantes. Estos déficits son, muchas veces, algo más que una conducta personal y reflejan la punta del iceberg de la corrupción en la gestión honesta de los recursos y las responsabilidades. Y también una concepción de la autoridad política basada en los privilegios y no en el servicio público. La humildad de los hermanos López Angulo se opone a la autosuficiencia, a la arrogancia, a la soberbia, valores más propios de los autoritarios que de los demócratas. De los reaccionarios más que de los innovadores.

En tiempo de hiperliderazgos mediáticos y de superhéroes sociales, la humildad, poco a poco, ha comenzado a recuperarse como una virtud política que los ciudadanos valoran, y mucho. El popular Ingeniero Samuel López Angulo, por ejemplo, por su carácter campechano, por su sobrio rancho y, también, por su modestísimo vestuario. Tanto es así que ha sido definido en varias ocasiones como un líder rural que ayuda a su sector sin recibir nada a cambio. Quizá, por esta misma razón, sea uno de los agricultores más valorados y respetados de la región del Évora. La sencillez del Samy no es un posado, ya que en sus apariciones públicas se ha convertido en un casi militante de la humildad. Además, es auténtico y sincero.

La humildad de Samuel López Angulo, entendida también como reconocimiento de debilidades y errores. Por su personalidad -y por sus hábitos y rutinas- López Angulo ha logrado ocupar la portada de innumerables medios locales. Se dirige ante la opinión pública con ejemplaridad. Su autoridad moral avala y precede su autoridad política.

Y humilde, también, en el fondo, en los contenidos, realizando innumerables actos de reciprocidad, programas enfocados en ayuda a un sector tan lacerado como es la Agricultura, donde se confunde entre la gente y los niños, en sus confesiones públicas, etc.). Una humildad que vive, pero que además predica, ese es, Samuel López Angulo. A mi criterio, no se puede gobernar al pueblo sin amor y sin humildad. Y cada hombre, cada mujer que tiene que tomar posesión de un servicio público, debe hacerse estas dos preguntas: ¿Amo a mi pueblo para servirle mejor? ¿Soy humilde y oigo lo que dicen todos los otros, las diferentes opiniones para elegir el mejor camino?

GOTITAS DE AGUA:

Por tal motivo, Samuel López Angulo ha construido su identidad, su ethos, en torno a la humildad, un perfil bajo que, paradójicamente, le ha llevado a tener éxito tanto en lo profesional como en lo político.

Pero, bajo mi punto de vista, los liderazgos humildes son la respuesta a una demanda creciente de la ciudadanía que busca más ética y compromiso. Más poder ejemplar. Más auctoritas. Cada vez más queremos dirigentes que adopten un perfil más bajo; las nuevas generaciones están creciendo en la horizontalidad de la red, donde la jerarquía poco importa. Hoy estamos conectados y más informados que antes, no se legitima un modelo de liderazgo que trabaje en solitario, aislado o distante. La humildad es una de las virtudes que les exigimos a los nuevos dirigentes y gobernantes. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

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Benjamín Bojórquez Olea

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