La herencia maldita que nos dejará Andrés Manuel

1.- Más de un millón de muertos por la estupidez mostrada para atender la pandemia del COVID.

2.- El récord más impresionante de homicidios dolosos que jamás se hayan perpetrado en México y que ya superaron las marcas de los sexenios que tanto critica a consecuencia de su política de abrazos y no balazos.

3.- Hospitales que dan lastima por la falta de medicamentos y la ineficiente atención a consecuencia de ello.

4.- Niños con cáncer sin medicamentos para su oportuna atención por la política inhumana de su gabinete de salud.

5.-Economía en ruinas por su cerrazón de no darle espacio a los inversionistas mexicanos y extranjeros que son los que ponen el dinero.

6.- La división de mexicanos en chairos y Fifís que tanto divide y genera odio y malquerencia entre los sectores de nuestro pueblo.

7.- Denostaciones para sus adversarios a través de sus repugnantes mañaneras donde se esconde a piedra y lodo para no recibir las respuestas ciudadanas.

8.- Instituciones desmembradas como el INAI para que no le puedan señalar a su gabinete las oscuras disposiciones sin freno de los recursos que maneja desde la presidencia.

9.. Asesinatos y atentados a periodistas, que desde sus mañaneras justifica llenando de lodo a los que le señalan sus ineficiencias.

10.- Cúmulo de falsedades de sus actuaciones como presidente para encubrir la ineficiencia personal y la de sus colaboradores.

11.- Sobre todo, nos deja divididos y con odios que amenazan destruir el concepto de nación que tanto nos distingue.

Un sexenio para llorar de pena y una desgracia que nosotros llevamos al poder sin darnos cuenta del resentimiento acumulado en su perversa mente.

La perversidad del momento es acabar con la figura de Xóchitl Gálvez. Desde Palacio Nacional, escondido a piedra y lodo, lo intenta de cualquier manera y exhibe la impunidad que genera su cargo.

Tarde o temprano le cobrarán facturas.

El poder no es eterno y se cocinará en sus propias infamias.

Lleva la banda presidencial en su pecho y lo cuidan el ejército y marinos.

Es la obligación de cuidarlo por mandato de ley.

Esa ley de la que se mofa el tabasqueño.

Nadie se va de este mundo sin pagar las maldades.

Es cosa conocida y muy dolorosa para el que sufre la cobranza.

Se llegará el momento.

De eso no hay duda.

Los que bailan en “lotra”, se sientan en esta.

La ingratitud alcanzará al presidente.

En su momento, claro está.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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