Ovidio fue el que entregó al Mayo Zambada y causante de la guerra entre las huestes de Archivaldo y el Mayito flaco.
Cualquier rato nos da la sorpresa Archivaldo y logra ser recibido en los dominios de Trump bajo las reglamentaciones que se estilan por aquellos rumbos.
Ovidio es excelente informante y logró acuerdos con los fiscales que llevan la investigación.
Estará algunos años en custodia federal para tenerlo a la mano y que siga señalando sus principales contactos dentro del gobierno de México.
Nada prospera si no hay complicidades oficiales.
Las más importantes se establecen con muy altos funcionarios federales que son fortalecidos en sus cuentas bancarias por la protección.
A niveles estatales y municipales se logran acuerdos de menor cuantía y las policías son reclutadas para servir al narco.
El horno no está para bollos y así lo entendió el Chapo Guzmán y desde su prisión le dio las instrucciones a su hijo Ovidio para que se pusiera a salvo.
Trece de su familia cruzaron la frontera y queda Archivaldo.
El Chapo quiere a su prole sin rasguños.
A punto de lograrlo.
Ningún funcionario que haya tenido tratos con el Chapo Guzmán y con el Mayo Zambada se siente con la tranquilidad de otros tiempos.
Los expedientes de las autoridades de Estados unidos siguen engrosando. En su adecuado momento verán la luz para desgracia de los que generan la corrupción en nuestro país.
¿Hasta que alturas llegarán los señalamientos de Ovidio y sus familiares que ya rinden sus declaraciones?
Es cosa que no sabemos y nos resulta inimaginable pensar que hasta ex presidentes pueden ser encarcelados o llevados a juicio en algún momento.
Nuestros vecinos son muy cuidadosos al elaborar las indagaciones y no muestran prisa para soltar las bombas.
Los funcionarios de alto nivel que participaron en la jauja de las drogas son los que no calientan el colchón.
Tienen mucho dinero, pero saben que de nada les servirá si son llevados a cortes de allende las fronteras.
No quiero pensar que Andrés Manuel sea detenido y llevado ante los Jueces de por aquellos confines.
Enrique Peña Nieto se siente a salvo de la quema.
Lo mismo sucede con Felipe Calderón Hinojosa que le declaró la guerra a la delincuencia organizada.
¿Cuántos altos mandos de la Defensa Nacional saldrán embarrados con las declaraciones de Ovidio y el Mayo?
Y no queremos decir cuántos gobernadores serán mencionados por los que por allá logren sus convenios.
Se puede hacer un desmadre gubernamental de nivel federal.
Ya veremos lo que suceda.
Cualquier rato se puede entregar Archivaldo.
A temblar los que tengan vela en el entierro.
Hasta mañana.
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