Nunca hemos tenido una mujer como titular del Poder Ejecutivo.
La senadora Imelda Castro le ha dado muchas vueltas al territorio sinaloense.
No sabemos si lleva algo en las manos para los electores o la canasta no presenta contenido.
Es la Caperucita Roja del cuento.
Pero quiere ser la primer mujer Gobernador de nuestro enjundioso y convulsionado estado.
Al parecer no le teme a las guerras delincuenciales.
¿A la Diputada Tere Guerra la calentaron desde el tercer piso de palacio, o son sus seguidores de la cantina el Guayabo los que traen esa labor?
Sepa la bola, pero se anda promoviendo con desayunos nuestra legisladora.
Lo de Tere Guerra es muy reciente.
Se dice que es una manera del gobernador para contrarrestar la labor de la senadora.
Recuerdo dos Gobernadores que dejaron sucesor.
Leopoldo Sánchez Celis traía una baraja de tres y uno de ellos fue el agraciado.
Leyson, Estrada y Valdés Montoya.
La historia la conocemos.
El más reciente y con un solo gallo, Don Juan S. Millán que sacó adelante a Jesús Aguilar Padilla.
Aquí no hubo tercias.
Uno solo y fue el siguiente gobernador.
La fuerza de Millán ha sido reconocida por todos sin discusión de ninguna especie.
Rubén Rocha Moya quiere ser el tercero en dejar su favorito o favorita como la máxima autoridad.
Su baraja es amplia, pero el verdadero delfín es el senador Enrique Inzunza.
ATENCIÓN POR FAVOR
Me hacen llegar el nombre de la magistrada Lucila Ayala como una carta de mucho respeto de Rubén rocha Moya.
Es muy talentosa.
Muy preparada y con la sangre política que le hierve y corre por sus venas.
Afirman que sería una carta de triunfo.
Que la conocen perfectamente los sinaloenses.
Dicen que con ella no habría fallas.
Piensen en la magistrada y ustedes serán los que analicen y juzguen a Lucila Ayala.
Ahí dejo el nombre y su cargo.
Hasta mañana.
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