Justicia en la era de Belem Torres

La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyevski.  

¿Quién fue Belem Torres? Antes de contarles quién fue, les explicaré porque la pregunta.
El presidente Andrés Manuel insiste en que para septiembre se debe aprobar la reforma al Poder Judicial para que los jueces y magistrados sean electos por el voto popular del pueblo.
Pues bien, Belem Torres fue todo un personaje de Sinaloa y durante muchos años fue juez menor en la entonces sindicatura de Navolato, Municipio de Culiacán, Sinaloa. Hoy Navolato ya es municipio autónomo e independiente. El número 18 de Sinaloa.
Pues bien, en aquellos años, los jueces menores a su muy particular estilo impartían justicia de una manera muy salomónica. Ahí sí que estaban como AMLO. “No me vengan con que la ley es la ley”.
Un día se presentó una riña muy fuerte entre dos agricultores que estuvo a punto de llegar a los machetes.
Ambos agricultores se disputaban la propiedad de una hermosa sandía rica y jugosa.
Uno alegaba que la sandía era suya porque la plantación él la había sembrado en su tierra. Pero como la planta de la sandía extiende por varios metros sus guías -brazos o extenciones- una de ellas llegó hasta la tierra del vecino y este cortó el fruto y se lo comió alegando que era suyo porque estaba en su propiedad.
Cómo no se pusieron de acuerdo fueron ante el juez Belem Torres a discutir el tema y dijera de quién era la propiedad de la sandía.
El juez, después de escuchar los argumentos de cada uno de ellos, llegó a una sabia decisión.
Le preguntó al agricultor que se había comido la sandía alegando que era suya porque estaba en su propiedad.
“A ver mi amigo, le dijo, respóndame usted esto. Si yo le meto el dedo en su asterisco -le dijo de otra manera que cuya terminación es ulo- de quien sigue siendo el dedo. ¿Es suyo porque está en su asterisco o es mío porque está en mi mano?
El agricultor sorprendido le respondió. “No pues es suyo”. Ahí está la respuesta. Entonces la sandía es del señor que la sembró así que páguela porque ya se la comió.
El juez había hecho justicia.
Otra anécdota del juez Belem Torres es que un día, el cacique del pueblo se “robó” con fines amatorios a una joven de 15 años muy bella. La mamá de la joven demandó al cacique y fueron a parar ante el juez Belem Torres.
El cacique alegaba que él se llevó a la muchacha con su consentimiento para hacerla su esposa, pero la mamá alegaba que la joven era menor de edad y no estaba en condiciones de decidir.
Estaba tan álgida la discusión que el Juez ya no sabía a quién darle la razón. En eso vio que el hacendado le hacía señas a espaldas de la mamá de la joven con un billete de a cien pesos en la mano.
El juez que conocía la historia de todo el pueblo le hizo una pregunta a la mamá.
¿A ver señora, dígame usted a qué edad se casó con su marido? Le mujer sin olerla, respondió. A los 15 años señor juez.
Y entonces el juez emite su veredicto. “De acuerdo al artículo 100 aquí dice que por por donde salta la chiva vieja, salta la chiva joven, así que no hay delito por perseguir y la joven se queda con el señor como su mujer”.
En una tercera y última anécdota que hoy contaremos de la forma tan particular de ejercer justicia por Belem Torres -de las muchas que tiene- va la siguiente.
Un día llegó una pareja a quererse divorciar y el juez se negó.
El motivo del divorcio era porque ya tenían 3 años de casados y la mujer no había quedado embarazada. El matrimonio ya tenía muchos problemas por esta situación y la relación era tensa entre la pareja.
Entonces al juez se le ocurre una idea. “Sepárense 3 meses y transcurrido el tiempo aquí nos vemos de nuevo”.
Cada uno de los integrantes del matrimonio agarró para su lado. Al cabo de 3 meses se reencuentran ante el juez de nuevo.
Le pregunta al marido que había hecho y si en ese tiempo había embarazado a otra mujer. El hombre respondió que No.
Le pregunta a la mujer que había hecho y si en ese tiempo había quedado embarazada. La mujer responde que sí y que tenía un mes.
Entonces el juez voltea a ver al hombre y le dice. “Ya vez, como que no podían. Y como la vaca es suya, ahora el becerro también”. Tómela y llévesela a su casa, cuídela y sean felices.
Hasta ahí las anécdotas de Belem Torres.
Vale la pena recordar unas cuantas de ellas porque de darse la reforma judicial que propone Andrés Manuel a ese tipo de “justicia” regresaremos.
La impartición y aplicación de la justicia no es un tema que hoy en día se pueda dejar en cualquier mano que sea electa por el pueblo y menos después de lo visto en esta elección presidencial.
La mayoría de los jueces, sin importar su preparación académica en la materia, y si son aptos para el cargo, serían aquellos que postule Morena.
En el fondo Andrés Manuel ya sabe que algo así funciona en muchas regiones del país.
La gente que se ve afectada en algo, va y recurre al jefe narco de la plaza y éste aplica la justicia a su estilo y manera.
Ahora tal pareciera que Andrés quiere legalizar este tipo de justicia.
¿En el fondo quienes serán los verdaderos jueces y magistrados? Los que quiera el presidente, pero en los pueblos, serán los jefes de las plazas o uno de sus equipos.
En fin, el presidente dice que no le importa la reacción de los mercados sino la justicia.
Los otros datos dirían que no le importa si México cae en otra crisis económica como la del 94-95 que dejó a mucha gente sin empleo, que quebró sus negocios, sin dinero y con una inflación por las nubes. Lo que le importa a él es tomar todo el poder en sus manos y para ello ocupa apoderarse del Poder Judicial.
Veremos si Claudia no repite la misma frase atribuida a Zedillo después de acudir al funeral de Francisco Ruiz Massieu. “Si quería ser presidente de la República, pero no a este costo”. Iniciar un gobierno en medio de una crisis económica no es lo que todo gobernante espera.
Por lo pronto, los mercados siguen inquietos ante la posibilidad de que que en México se consolide una dictadura.
Habrá que estar pendientes.
PASO A PASITO.-Al grito de “Rodillas nunca” el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa -encargado del despacho- Robespierre Lizárraga Otero rindió el Tercer Informe de la administración del rector titular Jesús Madueña Molina.
Expresó que han sido años de desafíos, de retos y adversidad, pero aún así, la Universidad no ha perdido el rumbo de caminar hacia la excelencia.
Al rector lo acompañó, la Subsecretaria Mochitense de la SEP Carmen Rodríguez.
PASITO CHÉVERE.-
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Oswaldo Villaseñor

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