José Ramón… La fiesta culichi

José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del Presidente de la República Mexicana, estuvo en Culiacán, la Ciudad Capital de Sinaloa, nuestro Estado.

Y haciendo uso de la libertad que le otorgan sus derechos constitucionales, sociales, políticos, y morales, organizó una ostentosa fiesta de cumpleaños para la señorita Natalia, quien es hija de su esposa, la consultora en empresas petroleras, Carolyn Adams.

Y ante la filtración de diversos videos en donde se exhibe el gran lujo y derroche económico empleados para la magna fiesta, el escándalo en medios locales, nacionales y redes sociales se hizo presente.

Para la interpretación de los amigos, aliados políticos y simpatizantes de la familia presidencial, las críticas provienen de la envidia, los celos, resentimiento, animosidad rabia, resquemor, y disgusto proveniente de los adversarios políticos de Andrés Manuel López Obrador, el gran receptor de los errores que les achacan a sus hijos.

Argumentan los defensores de la “Fiesta Culichi”, que el hijo del Presidente trabaja desde su propia empresa y junto con su esposa, seguramente generan recursos económicos suficientes para darse el gusto y privilegio de festejar a su hija a todo lujo, donde quieran y como quieran.

Sin embargo, desde el flanco de los críticos del magno evento social, solo se ofrece un elemento acusatorio, aunque de gran peso político.

¿Y cuál sería ese elemento que pretende echar por tierra los interesantes argumentos que expone la parte defensora de la gran fiesta?.

LA RESPUESTA.- El hecho de ser el hijo mayor del Presidente de la Republica cuya principal bandera es la defensa de la austeridad republicana, misma que con esta fiesta es golpeada… Y es que la fiesta fue todo, menos austera.

Lo relevante es, que el acre señalamiento de la contraparte, podría constituirse en un blanco importante para los ataques de los opositores de la Cuarta Transformación que impulsa López Obrador.

Sobre el tema, habría que decir que José Ramón López Beltrán, con su gran “Fiesta Culichi”, en efecto, como lo señalo líneas arriba, no ha cometido ninguna falta o delito por perseguir.

Lo que sí cometió José Ramón fue un gran error político, por lo que la sanción que podría sufrir, se sujetaría simplemente a una fuerte reprimenda por parte de su señor padre, el Presidente.

Pero, más allá del regaño presidencial, al vástago mayor del mandatario mexicano, lo bailado nadie se lo quita.

A estas alturas de la “película” es posible pensar que desde el confort de su residencia particular, López Beltrán podría estar gritando… “Que ladren los perros Sancho”… Es posible… Nos veremos enseguidita.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/punta-de-lanza/.

 

Armando Ojeda
Armando Ojeda

Comparte