Altoparlante

Intolerantes y amargados, Andrés Manuel y Rocha Moya

 

Intolerantes y amargados, Andrés Manuel López Obrador y Rubén Rocha Moya arremetieron ayer contra las “exageraciones” por la noticia del retén en Badiraguato.

La llorona les da bola, pero ni para tirarse al suelo se pusieron de acuerdo.

El presidente en su dicho de que los civiles armados eran gente buena y trabajadora que cuidaba a su comunidad, y el gobernador corrigiendo que son delincuentes y que cuatro ya están detenidos.

Se les decomisaron armas y vehículos con reporte de robo.

En la mañanera y en la semanera se adelantó la sección del quién es quién es las mentiras y sobre este asunto tan polémico coincidieron que “es verdad, pero exageran”.

Se presumen respetuosos de la libertad de expresión pero quieren imponernos sus criterios de calificación noticiosa.

Los periodistas y medios de comunicación tenemos libertad para decidir qué notas publicar y cómo hacerlo en cada caso.

Cada quién en lo suyo, los gobernantes a gobernar y los periodistas a informar.

Aunque Lopitos y Rocha sean un completo fracaso en el cumplimiento de sus responsabilidades constitucionales.

Ahí los pusieron los narcos y los ciudadanos engañados, y no nos queda más que apechugar.

Adviértase que los demás tenemos derecho de criticar y de reclamar, y lo seguiremos haciendo porque demostrado está que sólo sirven para diez cosas: para nada, para nada, para nada y para siete fregadas.

No podemos dejar pasar que el narco gobernador de Sinaloa está cada vez más enfermo.

Frente a las verdades incómodas, ya se le hizo costumbre el señalamiento de “los enemigos de Sinaloa”.

Nada que nos extrañe de quien finge buen humor pero anda con las frustraciones al tope y no se detiene ante nada para atacar a quienes no se le arrodillan ni le aplauden.

 

MANOS LES HACEN FALTA CONTRA FERREIRO

 

Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.

Por eso vendría esta semana a Sinaloa el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, luego de la respuesta de Jesús Estrada Ferreiro con un “que se vayan a la *erg*” ante la petición de reunirse con el funcionario federal y el gobernador del estado.

No son pocos los que se han ido con la finta de que el alcalde de Culiacán está derrotado porque así lo ordenó ya saben quién.

Si así lo hubiera decidido el presidente, hace buen rato que lo hubieran cesado y hasta metido al bote.

López Obrador está muy molesto por la negativa de pagarle a las viudas de policías, y esto está a punto de resolverse con el retiro de la controversia constitucional que el cabildo aprobará.

El juicio político puede durar mucho más de lo que se piensa.

Recordemos que el Congreso del Estado no puede cesar al munícipe mientras el juez no resuelva el fondo del amparo.

Si se resuelve no darle la razón al presidente culichi, éste tiene cinco días para apelar la sentencia y meter un recurso de revisión que se resolvería en seis u ocho meses, sin posibilidad de correrlo.

Y si volviera a perder, Estrada iría a la suprema corte, y serían tantas las enchufadas que hasta parece política porno.

En la cuarta transformación la prioridad es negociar con Jesús Estrada.

Recordemos la insistencia de AMLO de diálogo, diálogo, diálogo.

El control de daños, y perder lo menos posible.

Imaginen el escándalo mundial con el alcalde soltando la sopa respecto del narco gobierno.

Por eso el presidente pidió la reunión en la Secretaría de Gobernación, y por eso el Secretario General de Gobierno Enrique Inzunza Cázarez platicará esta misma semana con el alcalde.

Estrada Ferreiro tiene muchos defectos pero es mejor abogado que los que lo enfrentan.

Ni para hacer los mandados le están sirviendo las dizque lumbreras del tercer piso y del legislativo.

Recordemos que les ganó pleitos a los dos gobiernos anteriores, y puede sumar al actual.

La única forma de ganarle pronto a Jesús Estrada es obligarlo a doblarse.

No parece nada dispuesto, y menos mientras los siga dominando en lo jurídico y en la potencialidad del escándalo político.

 

Escuela Bicentenario

 

EL CHAPO AYUDÓ Y EL GOBIERNO NO

 

La escuela Bicentenario es más conocida por algunos como “la escuelita de los hijos de Joaquín Guzmán Loera”.

Este nombre, por el apoyo de “El Chapo” con computadoras, pantallas, internet, material didáctico, uniformes.

Estudian ahí niños en condición de extrema pobreza.

Son muchos los problemas que enfrentaron y mantienen, ante los que el gobierno brilló y sigue brillando por su ausencia.

Ubicado cerca del basurón municipal, este plantel tiene actualmente a cuarenta y tres niños de tercero, cuarto y quinto grado recibiendo clases en una techumbre.

Hace seis meses, la secretaría de educación y el congreso les prometieron resolver el problema, y como es la costumbre todo quedó en la pura palabra.

En la conferencia semanera de ayer, una reportera tomó la queja de un grupo de whatsapp y le expuso al problema al gobernador.

El compromiso de que se atienda de inmediato el problema.

Esperemos que no sea más atole, que tanto les encanta repartir.

 

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Partida
Juan Manuel Partida Valdez

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