Debe ser muy cómodo vivir con todos los lujos en esa construcción que encierra siglos de la historia de México.
Era un lugar libre para ser visitado y todo cambió con la llegada a sus alcobas de nuestro moderno Benito Juárez.
Resguardado celosamente por el Estado Mayor presidencial aunque le hayan cambiado de nombre a sus custodios.
No hay capricho que no se le conceda.
Ya no tiene apetitos sexuales, y aunque los tuviera, tiene a su lado una verdadera leona que le ruge en todo momento.
No existe la emoción de la tigresa Irma Serrano que se paraba en la residencia de Los Pinos a llevarle serenata a Díaz Ordaz.
No hay caballerizas para practicar la equitación a la manera de José López Portillo.
Son alcobas sin pecados que quieren heredarle a Claudia Sheinbaum y no sabemos si acepte vivir en la frialdad de Palacio.
Yo estuve en Los Pinos siendo Presidente de México Carlos Salinas de Gortari y pagué la novatada cuando intenté levantarme a tomar fotos al ejecutivo federal.
No lo haga, me advirtieron de manera cordial pero autoritaria.
Sentadito me vi más bonito y luego salimos y tomamos rumbo.
Pero estuve en Los pinos frente a Salinas de Gortari.
La señora Presidente no decide todavía dónde será su morada.
Ya no hay residencia de Los Pinos y no hay lugar más seguro para ella que estar protegida día y noche por el ejército.
López Obrador saldrá hasta que se le pegue la gana.
Puede que rente algún departamento frente a Palacio Nacional para estar vigilando a su creación.
Luego se irá a su famoso rancho y por allá acordará con los guardianes que le deja a la señora Sheinbaum.
Nunca dejará de hacer política Andrés Manuel.
La cuarta transformación es de su propiedad y de nadie más.
El Congreso de la Unión conformado con sus gentes más leales.
Así lo dispuso para seguir en el mando.
Pasará un año para que la señora Sheinbaum pueda mover las piezas del ajedrez político.
Luego sabremos de que color pinta el verde.
Andrés Manuel se lleva el bastón del mando y doña Claudia tendrá que fabricarse el suyo.
Destino, Rancho de La Chingada.
Allá irán a consultarlo.
Hasta que Claudia Sheinbaum se los permita y tolere.
Esperaremos.
Hasta mañana.
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