Una muy famosa lo fue el bar Sicodelico propiedad de un conocido vecino de apellido Sandoval.
La atención corría a cargo de miembros de la comunidad gay que ahora son muy respetados y que en aquellos años recibían un trato diferente.
A la hora del cierre, apuntaba el propietario, que a las afueras del bar se estacionaban lujosos vehículos en espera de alguno de ellos.
Varones que gustaban practicar el sexo con esos muchachos y que pagaban muy bien por sus servicios.
Jamás pude sacarle nombres.
Sonreía y me hacía un comentario:
“Te asombrarías si supieras quienes”
Los tiempos han cambiado. Los closet para guardar secretos lucen vacíos y cada día es más generalizado el salir a la calle y luchar por sus preferencias.
No hace mucho, en la cabecera del municipio de Cosalá, se celebró un desfile de la comunidad LGBT y dejó pasmados a sus habitantes.
Dijeron no estar preparados para este tipo de eventos.
Ya no se puede tapar el sol con un dedo en este mundo tan cambiante. A los viejos nos deja con los ojos cuadrados y para la juventud no significa nada.
DON JULIO URIAS
No hay otra manera de llamar a este chamaco, que, sin ser tan espectacular como Fernando Valenzuela, se ha convertido en el preferido de la comunidad mexicana que radica en California.
Fernando tiraba las nueve entradas o más.
A Julio lo dejan llegar hasta la sexta o séptima.
Fernando Valenzuela ganó su primer juego como abridor al tomar el lugar de Jerry Reus el nueve de abril de 1981 y fue por blanqueada de dos a cero.
El 28 de junio del 2016 ganó su primer juego Julio Urías tirando en contra de los cerveceros de Milwaukee.
Fernando Valenzuela es muy querido por la afición de los Dodgers y colabora en relaciones públicas con la organización.
Es hombre de mucho dinero y en dólares.
Julio comienza su carrera y esperamos que tenga una carrera profesional muy duradera y con altos beneficios en su economía.
Son zurdos y ambos pisan fuerte con el pie derecho.
EL COVID SIGUE MUY VIGENTE
ENTRE NOSOTROS.
Tenemos que sacarle la vuelta.
El estar vacunados, no es garantía de conservar la vida y es mejor
permanecer a distancia de los sospechosos de portar el
maldito virus.
No hay otra manera de detener los contagios.
Cuídese, y cuide a los demás.
Es un deber ciudadano.
Hasta mañana.
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