Supongamos que las corcholatas solo sean un distractor más del Presidente Andrés Manuel, para enfrascar a la ciudadanía en un cuento de los que acostumbra el poderoso tabasqueño y seguir tejiendo su alfombra mágica que lo mantenga elevado a pesar de terminar su vuelo sexenal.
¿Qué sucedería dentro de las fuerzas armadas que en apariencia están con nuestro mandatario?
Sostienen algunos, que dentro del Ejercito y la Marina hay divisiones muy serias con los actuales mandos y que formarían un frente para detener la intención de prolongar la estadía de Andrés Manuel López Obrador.
Los ciudadanos de la categoría común no tenemos la manera de penetrar en la oficialidad de nuestras fuerzas armadas.
No es tan sencillo ser amigo y confidente de Coroneles y Generales. Tan solo nos conformamos con elaborar teorías basadas más en la imaginación que del conocimiento exacto y directo.
Tendríamos que volver al pasado y encontrar en las hojas de la historia, los movimientos armados o rebeliones de oficiales contra sus mandos y de esa manera poder elucubrar un poco con lo que podría pasar en caso dado.
Creo que el último intento de rebelión fue el del General Escobar, secundado por otros generales y coroneles, pero fueron aplacados por la fuerza de sus contrarios y grandes conciliaciones en especie y poder.
Fuera de eso nada.
¿Qué tanto tiene medido el tiempo, espacio y circunstancias el Presidente de México para lanzarse a esa aventura?
No es cualquier cosa revivir la insurgencia nacional y provocar un estallido social de incalculables consecuencias.
Tampoco es fácil torear a nuestros vecinos que son la primera potencia mundial, a menos que exista un acuerdo al respecto y se obtenga el permiso para pasar del autoritarismo que enerva a la vil dictadura.
Las famosas corcholatas fueron debidamente planchadas. Hasta se hace un cuadro de gobernabilidad con los que no resulten favorecidos con las supuestas encuestas que ordenará la cuarta transformación.
Marcelo Ebrard ya tiene para la Secretaría de Gobernación a Claudia Sheinbaum y a don Augusto para que sea el líder de la bancada morenista en el Senado, así como Jefe de la bancada de la diputación federal a Ricardo Monreal en caso de no querer ser el siguiente Gobernador de la Ciudad de México.
Si gana cualquiera de ellos ya tienen la chamba debidamente asegurada.
El tema es, si habrá o no elecciones.
De la oposición nadie se ocupa.
No hay proyecto tangible de los partidos que todavía existen y el tiempo pasa volando.
Mi pregunta sigue firme:
¿Se animará a quedarse en el poder Andrés Manuel?
No tengo respuesta a mi interrogante, pero sigo con mis temores de que eso suceda.
Si hay elecciones respiraré con tranquilidad.
Cruzo los dedos de pies y manos para que suceda el milagro de las urnas.
Pero el miedo me enchina el cuero.
Hasta mañana.
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