Sorpréndase usted porque los hijos rateros de Rubén Rocha exigen su reinstalación como “trabajadores” de la UAS.
No es meme, sino confirmación del enorme cinismo de esos vástagos a los que su papi el gobernador les ha enseñado a robar mientras se proclaman honestos.
Eneyda y Ricardo Rocha Ruiz iniciaron procedimiento contra su despido en la universidad.
Durante por lo menos dos años y sin acudir a su centro de trabajo, estos dos “empleados de tiempo completo” cobraron cada uno más de 30 mil y más de 20 mil pesos mensuales, respectivamente.
Fueron dados de baja el pasado 29 de febrero, luego de exhibirse públicamente que recibían sueldo sin cumplir con sus obligaciones laborales.
Tampoco es chascarrillo reiterar que don Rubén declaró que ningún delito cometían sus hijos por cobrar un salario no devengado.
Vemos entonces de nueva cuenta que no tienen llenadera las desvergüenzas de Ricardo y Eneyda.
De tal palo, tal astilla; hijos de rata, ratitas.
Es inconcebible el cinismo de iniciar un procedimiento ante el Centro de Conciliación Laboral del gobierno de Sinaloa, reclamando que sus derechos fueron violentados.
Pinche universidad tan exigente y tan negrera que se negó a seguirle pagando a los ladrones.
Les compartimos en Altoparlante los citatorios para la audiencia de conciliación prejudicial entre las partes, con un conciliador que -el chiste se cuenta solo- mantendría los principios de imparcialidad, neutralidad, flexibilidad, legalidad, equidad, buena fe, información, honestidad y confidencialidad.
El montaje ya está preparado.
No iniciaron el procedimiento con la audiencia de conciliación prejudicial para ir al fracaso y exhibir aún más a los hijos del gobernador delincuentes.
En abierto contrasentido de lo que señalan las leyes, veremos nuevos abusos de poder para amenazar y chantajear a la universidad.
El proyecto es el borrón y cuenta nueva, como en la canción de José José: “ya lo pasado, pasado”.
Planean resolver que se “violentaron” los derechos laborales de Eneyda y Ricardo, y no nos sorprenda que tengan el descaro de exigir que la UAS les pague una indemnización por los “agravios”.
El objetivo central es un dictamen por parte de la autoridad laboral de que ni Eneyda ni Ricardo cobraron sin trabajar.
Aunque exista constancia plena y pública de su carácter de aviadores, lo que de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo es causa de despido justificado.
Ya no sorprende a nadie el psicópata Rubén Rocha Moya.
Ahora resulta que robar es un derecho que se tiene que respetar, si lo hacen el gobernador y sus hijos; ya ni la burla perdonan.
Falta saber cuál será la reacción por parte de la rosalina institución.
Si se doblan y reinstalan a los hijos rateros del gobernador, mandarán una pésima señal ante quienes todavía creemos en la universidad.
Hágase valer el grito “de rodillas nunca”, y cúmplase la obligación de defender el estado de derecho.
Que no se equivoquen en la UAS.
Si se doblegan, perderán para siempre su dignidad y el respeto de muchos miles de sinaloenses.
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