Oficialmente, el gobierno de EU registra que Rubén Rocha Moya estuvo allá en julio 25, cuando en Culiacán se llevaron a Ismael Zambada García y asesinaron a Héctor Melesio Cuén Ojeda.
El formulario I-94, que es registro de entrada/salida de extranjeros en Estados Unidos, señala que la persona con el pasaporte G23030374 -es del gobernador de Sinaloa- llegó a Los Ángeles el 25 de julio y salió desde esa ciudad al día siguiente.
De acuerdo con el historial y rastreo de vuelos por parte de la empresa FlightAware, el jet con la matrícula XA-SKA partió de Culiacán a las 9:02 de la mañana, rumbo a Los Ángeles.
Esta nave es propiedad del empresario Jesús Vizcarra Calderón, quien se la prestó al ejecutivo estatal.
De acuerdo con estos registros, Rubén Rocha salió temprano de Culiacán y no estuvo durante los hechos ocurridos en Huertos del Pedregal.
Y entonces, cómo es que el testigo Fausto Ernesto Corrales Rodríguez habría escuchado ahí tanto al ejecutivo sinaloense como a Enrique Inzunza Cázarez.
O le mintió a sus familiares, quizá cedió diciendo lo que los demás querían escuchar, o sus familiares falsearon sus dichos.
No olvidemos la sospecha de la Fiscalía General de la República en el sentido de que esa bitácora de vuelo fue manipulada.
¿Acaso no fue Rocha el que viajó a Estados Unidos?
Son muchos los enredos.
Como dato curioso, en el registro oficial de visitas a Estados Unidos por parte del gobernador aparece que también estuvo del jueves 20 al martes 26 de junio.
Sus vacaciones fueron en esos días, casi una semana.
¿A qué entonces habría ido otra vez el jueves 25, si ya tuvo sus vacaciones?
Son muchos los misterios, y numerosas las contradicciones en que ha caído el testigo principal Fausto Ernesto Corrales Rodríguez.
Por increíble que parezca, ha sostenido ante algunas personas que sí ocurrió lo del “asalto” en la gasolinera.
Cobran fuerza los señalamientos de quienes acusan que Fausto Ernesto, más que testigo, actuó o terminó convertido en cómplice de los asesinos.
Otro dato importante que no se conoce es sobre la llamada que Héctor Melesio Cuén Ojeda recibió la mañana del 25 de julio convocándolo a la reunión en Huertos del Pedregal.
¿Por qué su esposa la hoy diputada local Angélica Díaz no ha revelado quién llamó a su esposo?
Aunque suena poco lógico, nos aseguran que la llamada fue directa de Rubén Rocha Moya y que la esposa de Melesio le advirtió que no podía confiar en él, rogándole que no asistiera.
Intentamos corroborar esta información de manera directa, pero la legisladora Angélica no contestó nuestro mensaje ni la llamada telefónica que le hicimos.
Rumores van y vienen, y crecen con mentiras y ocultamientos que se ven como complicidades.
Se tiene uno qué preguntar si vale la pena seguir en esta brega viendo que los cercanos mienten o callan.
Pasan las semanas con gobernantes y con instituciones cómplices que se burlan de nuestras demandas de que se castigue a los asesinos.
Las esperanzas, que parecían fuertes, comienzan a apagarse.
Los homicidas se mantienen impunes con la protección del presidente de la república y de quien será su sustituta.
Ese México de la cuatroté en el que ser bueno es malo y ser malo es bueno.
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