Ana Gabriela Guevara fue de las más grandes figuras que ha dado el atletismo en carreras de 200 y 400 metros.
Según sus decires, sufrió de la falta de apoyo de las autoridades deportivas de aquellos años. En este gobierno, para beneplácito de todos los deportistas fue nombrada Directora de la Comisión Nacional de cultura física y deporte de México.
Todos aplaudimos el nombramiento.
Quién más calificada para entender el sufrimiento de nuestros competidores en las distintas ramas del deporte mundial.
Parecía un sueño hecho realidad la llegada de Ana Gabriela Guevara.
A escasos 40 días de terminar su gestión, se ha convertido en una mujer odiosa y odiada por el mundo deportivo.
Se embolsa el dinero que debería llegar a los diferentes organismos de las ramas deportivas y se burla de las carencias y esfuerzos de las atletas que tienen que salir a la calle en busca de apoyos.
Después de los juegos olímpicos de París declaró enfáticamente a los medios de prensa:
“Todo lo que gano, me lo trago, me lo unto y me lo visto como me da mi chingada gana”.
“No tengo marido, ni marida, ni nadie que me exija por qué gasto”
En París se dio la gran vida y los deportistas mexicanos sin más recursos que los propios que pudieron reunir para estar presentes en las olimpiadas.
Es increíble la transformación de Ana Gabriela Guevara.
Que le guste la buena vida nadie se lo podría criticar, pero que tenga a los deportistas mexicanos al borde de la miseria, es otra cosa.
Las quejas llegan de todas las asociaciones mexicanas.
Es una mujer repudiada por propios y extraños.
Es una esperanza fallida odiosa y odiada por los que sufren de su indiferencia y falta de apoyos.
Se subió al ladrillo y con las garras bien afiladas.
No saldrá pobre de la encomienda del gobierno.
Yo fui uno de sus admiradores y en mi recuerdo siempre habrá campo para aplaudir a la atleta que nos dio gloria en competencias internacionales.
Repudio en lo que se ha convertido.
Soberbia y de malas mañas, pero protegida a morir por Andrés Manuel López Obrador.
Pasará a la historia como lo peor de autoridad deportiva.
Al parecer le importa pura chingada.
No tiene marido y tampoco mujer que la arrulle.
Puede hacer de su “ULO” un papalote, pero los atletas mexicanos escupirán su recuerdo.
Eso es lo que tiene ganado Ana Gabriela Guevara.
Triste caso de una gran deportista.
Se subió al ladrillo y de los muy altos.
Es de la cuarta transformación y presumen de honestos y brillantes funcionarios.
Que asco de mujer.
Lo dicen todos y me sumo a la perrada que aúlla de coraje e Impotencia.
Hasta mañana.
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