Vuelve a llamar la atención ese amor tan pasional de Rubén Rocha al chango cerote.
Un nuevo nombramiento, el de ayer, tremendamente polémico.
Hace apenas una semana lo cesó como director del ISDE donde pasó más con pena que con gloria en medio de muchas denuncias de corrupción y abusos de poder.
Es, asómbrese usted, el nuevo director de Radio Sinaloa.
No es solamente otra muestra de valemadrismo de parte del gobernador.
En el gobierno de los moches, el más corrupto de la historia en nuestro estado, el capo de la cofradía de la mano caída quita y pone a quien se le pega la gana sin importar capacidades ni facultades.
Una administración llena de divers@s… y de novi@s.
Mayates, les dice la raza a los varones.
Don Rubén tiene todo el derecho de correr para tercera, y nadie se lo puede negar.
Pero las intimidades y los asuntos personales deben quedar ahí.
Lamentablemente, lo hemos dicho una y otra vez, muchas decisiones se toman por lo que mandan las hormonas y no las neuronas.
Amor con amor se paga, pues.
Tú me das y yo te doy, es una de las consignas principales en el gobierno estatal.
Recuerdo nuevamente la reunión que en noviembre de 2021 sostuve con Rocha Moya en su despacho.
A su disposición de llevar una buena relación con quien esto escribe, le exigí que pusiera el ejemplo actuando contra dos corruptos que evidencié en varias de mis columnas.
Julio César Cascajares, director del ISDE, y Sthefany Rea Reátiga, de quien entonces demostré con documentos que robaron cobrando como aviadores en el gobierno.
La respuesta del ejecutivo estatal es muy ilustrativa: “es que yo los quiero mucho”.
Así es todo el gobierno.
Raterías y complicidades.
Con el propio gobernador y sus hijos encabezando las corrupciones, con todo el descaro.
La historia ya la conocemos.
Cascajares, para muchos mejor conocido como el chango cerote de los Tomateros de Culiacán, es uno de los muchos corruptos solapados por el gobernador.
Numerosas denuncias tuvo en el ISDE, y no pasó nada; ahora es director de la radio gubernamental.
Ese amor tan pasional que, como en otros casos más, genera cuestionamientos por parte de la sociedad.
Ya ven cómo hay gente tan criminosa, que si ven a dos varones besándose y agarrados de la mano luego inventan que son de la diversidad.
El chango en Radio Sinaloa es otro insulto más a los sinaloenses y en especial al gremio de los comunicadores.
Nada que extrañe viniendo de quien en repetidas ocasiones acusó que en Sinaloa hay quienes ejercen un periodismo mentiroso, calumniador y carroñero.
A pesar de sus continuos ataques, el ridículo de erigirse como adalid de la libertad de expresión.
Esas hipocresías las vemos en toda la putrefacción de cuarta.
La exigencia de una prensa lacaya y aplaudidora, al servicio de los poderosos.
No vengan otra vez a reclamar que somos homofóbicos, porque eso es falso.
Nuestro respeto pleno al derecho que cada uno tiene de ser feliz como mejor le place.
Ojalá que el chacal de Batequitas se decida a salir del clóset y tenga su vida gay a la vista de todos.
Para qué seguir simulando y mintiendo sobre un asunto que es cada vez más del dominio público.
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