Escribiré de acuerdo a lo que mi mentalidad me vaya dictando y muy consciente de que todo es algo imaginario que no tiene acercamientos con la realidad.
Así que, comienzo diciendo, que se trata de un desfile de los que se acostumbra en varias partes del universo de la fantasía para conmemorar un aniversario de su independencia de otras galaxias.
Un ser vestido con sus mejores galas espaciales y acompañado de su pareja y sus guardias planetarias, da la señal para que los escuadrones militares le rindan pleitesía a su paso por el balcón interestelar.
Miles y miles de criaturas venidas de las diferentes estrellas, lanzan sus gruñidos en forma de vítores, para ganarse a su emperador que los observa detenidamente a través de sus espías voladores que cubren el esteroide escogido para la ceremonia.
Las tropas de tierra y agua que sirven al gran señor de las estrellas inclinan la cerviz y realizan maniobras con el armamento.
Es un gran espectáculo el que se monta para agradar al inconmensurable guía de los grandes territorios espaciales y divertir a los que hacen valla para aplaudirles a su paso y mostrar la sumisión absoluta.
De pronto, los gruñidos y los aplausos aumentan en sus decibeles marcianos y aquello se vuelve una escandalera.
Aparecen con uniformes de la gran región espacial un escuadrón que impone respeto y gran miedo a los espectadores.
Son los galácticos más poderosos de las regiones espaciales que no inclinan la cerviz a su paso frente al líder.
Ellos parecen ser los del poder.
El ser galáctico, al que llaman líder, se levanta de su trono virtual y hace el ademán de abrazos para ellos.
Son fuerzas muy especiales que no tienen mandos diferentes a los que ellos establecen y no pueden ser combatidos en forma diferente a los abrazos.
Ningún osado puede intentar dispararles.
Son muy diferentes a todo lo establecido espacialmente.
Su paso impone miedo a los asistentes.
Mi corazón se acelera con la marcha de estos seres del poder absoluto.
Siento inmenso miedo de lo que representan.
Es una gran pesadilla que me hace mojar la trusa durante mi profundo y aterrador sueño.
Durante varios minutos el pulso late acelerado.
Recupero poco a poco la conciencia y vuelve la tranquilidad A mi mente.
A Dios doy gracias de que solo sea una pesadilla.
No me imagino, en la ciudad de México, a mi presidente aplaudiendo a un escuadrón de las fuerzas fácticas en el desfile del 15 de septiembre.
El Escuadrón de Abrazos y no Balazos sería la más horrenda realidad que nos toque vivir a los ciudadanos del planeta tierra.
No creo que sea posible.
¿Oh sí?
Todavía no despierto.
Hasta mañana.
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