Es mi títere pensó Carlos Salinas de Gortari después de descabecharse a Luís Donaldo Colosio.
No tuvo ninguna duda y lo elevó al rango de candidato y ganó de calle la elección al votar la ciudadanía pensando en el asesinado Luís Donaldo.
Qué caro le costó a Salinas.
Metieron al bote a su hermano y tuvo que salir huyendo de México para que no le tocara su parte.
Le pasó a Obregón con Calles.
Le pasó a Calles con Lázaro Cárdenas.
Le pasó a Gustavo Díaz Ordaz con Echeverría.
¿Se espera algo de Claudia Sheinbaum?
La historia la escriben los que tienen la pluma y el garrote para que nadie los contradiga.
El fiscal general de la nación Gertz Manero, al parecer ya quiere su relevo y en los pocos días que le quedan al presidente Andrés Manuel quiere nombrar a gente de su confianza. Aparece el nombre de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como el más señalado para ocupar el cargo.
¿A quién obedecería el ex-presidente de la Suprema Corte de Justicia?
Andrés Manuel se iría pensando que a él.
Nosotros quedaríamos en un quién sabe.
A propósito de Andrés Manuel, nuestro presidente ya señaló con índice de fuego, que la violencia que tenemos en Culiacán y otros puntos de Sinaloa es exclusivamente responsabilidad del gobierno de Estados Unidos por haber capturado al Mayo Zambada sin su consentimiento.
Mira pues la comodidad del que supuestamente gobierna a México.
Sus inservibles abrazos a la delincuencia organizada, causaron casi 200 mil homicidios dolosos en su sexenio y encuentra culpables de la violencia en Sinaloa a los extranjeros que vinieron por el Mayo.
Es un gigantesco grillo Andrés Manuel, pero como gobernante, su calificación alcanza el cero.
Dicen que la señora Sheinbaum tiene buen gusto y que por eso escogió un sinaloense como marido.
Sus apetitos de sexo me importan un bledo.
Me importaría que hiciera un buen gobierno y borrara del mapa al que la llevó a la presidencia.
No quiero depender de las medidas que tomarían en su contra los mandatarios de Canadá y Estados Unidos.
Quiero a la presidente electa manejar las cosas de una manera brillante y que su gobierno nos merezca su reconocimiento.
Zedillo Ponce de León le pateó el trasero a Salinas.
Es el más cercano caso que nos llena de esperanza a los que no queremos vivir en gobiernos dictatoriales.
Hasta el momento vemos a Claudia Sheinbaum nadando en una alberca llena de sapos de la herencia maldita.
Se sabrá, y pronto.
Hasta mañana.
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