#Es-Marco Osuna

Marco Antonio Osuna Moreno tiene una luz interior, un fuego que no se apaga, que va más allá de un propósito, ser el primer alcalde del naciente municipio de Juan José Ríos.

Conocí a Marco Osuna poco antes de ser legislador, me pareció interesante, no siempre temerario, pero siempre con esa gallardía para imponer su criterio y la realidad jurídica cuando fue legislador, que más allá de la verdad impulsada ante la tribuna, siempre impulsó la congruencia, aunque pisara callos ya sea de derecha e izquierda, un pensamiento autónomo.

Un personaje que siempre ha impactado por su devoción al ser un buen orador. Al escucharlo desde el recinto no solo impactó desde mi nuca, sino que recorrió en una sola voz por el ex ejecutivo local, Quirino Ordaz Coppel, nombrándolo poco después, sub – secretario de gobierno, en pocas palabras, no lo dejó ir, aunque se corría el riesgo de moverlo a un corto plazo por su irreverencia, pero siempre con un alto grado de razón. En mi opinión, le cae como anillo al dedo al desempacado y nuevo municipio de nuestra entidad sinaloense, que es Juan José Ríos.

Si Morena analiza a este personaje, pues le suma, tiene oficio y goza de rentabilidad, lo que podría generar votos a favor y garantizar un inminente triunfo y, que seguramente, el gobernador pudiera considerarlo más allá de una ideología, lo que podría sumarle al proyecto de la Cuarta Transformación.

El PRI no supo valorar la figura de Marco Osuna, lo cual consiste, su madurez política y su trayectoria por más de 35 años, cosa nada menor considerando que la experiencia da revanchas, pues de niño era de muy escasos recursos, vivía en el campo y vendía lo que podía para ayudar con los gastos de su familia. Desde su posición actual regresa a sus orígenes, mostrando videos y fotos en redes sociales en donde rubrica lo que realmente es Marco Osuna, hombre luchador, de campo y de buenas costumbres.

Pero la historia de vida de Marco Osuna, ejemplo de indecibles retos y dificultades superados por sus grandes éxitos en la vida pública y privada; admirable por su resistencia, perseverancia y enfoque; por perseguir un propósito sin descanso, sin dudas y total certeza; con enorme alegría de vivir y gran emoción como si de un juego de niños se tratara, a la vez de gran humildad y entrega total a su familia.

Pero, a mí no me convence esa interpretación que advierten y vierten de Marco con todo respeto, admiración y cariño de la gente. Merece sobradamente lo que ha cosechado y comparte con enorme alegría, el “know how de su éxito”. Pero creo que se deja fuera lo que él es. Ahí tienen al originario de la sindicatura “Treinta Ochito” del municipio de Juan José Ríos.

GOTITAS DE AGUA:

 

Si Marco Osuna es un loco con un fuego loco que arde la vida con tantas ganas que contagia; nadie mejor que un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Así anda luchando por la vida, todo terreno, pero con los pies firmes y bien puestos en la tierra. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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