Entre lo malo, lo bueno

El INEGI primero, y ahora CONEVAL, dieron a conocer datos muy positivos: la población mexicana en situación de pobreza disminuyó de 43.9% en 2020 a 36.3% en 2022. En 2018 ese porcentaje era de 41.9.

Esos datos, generados por organismos autónomos del gobierno federal, muestran una realidad que sin duda hay que festejar. La polémica, necesaria para continuar con el combate a la pobreza, se da en las causas de esa reducción.

Diversos factores pueden explicarla: la política social, el aumento al salario mínimo, el aumento de los salarios reales, mejorías en la economía informal, incrementos en la inversión privada, las remesas que llegan de Estados Unidos (no mencionemos los ingresos del narcotráfico).

Es probable que todos estos factores intervengan, en distinta proporción. La tarea de discernir esas proporciones no es fácil. Esperemos que los investigadores que están en eso, y las instituciones mencionadas que nos dan acceso a estos datos, nos permitan conocer el peso de cada uno de los factores que disminuyeron significativamente la pobreza en México.

La población en pobreza extrema, en contraste, no disminuyó. Ahora es del 7.1; en 2018 era de 7%. Lo que parece dar la razón a quienes sostienen que los apoyos sociales no están llegando a los más pobres.

Más preocupante es el incremento en población vulnerable por carencias sociales, que es la mayor en los datos presentados (desde 2016). En particular el rubro “carencia por acceso a los servicios de salud”: hoy es de 39.1%, en 2020 fue de 28.2 y en 2018 era de 16.2%.

Aunque hay luces y sombras en lo reportado por estos organismos autónomos, y falta analizarlo para continuar corregir políticas, en general son muy buenos datos. Para el gobierno y para la sociedad. El hecho mismo de que existan, al margen de intereses políticos, es algo muy positivo.

Entre las cosas que habrá que analizar es qué tanto estos resultados son producto de relaciones clientelares. De situaciones que generan dependencias entre el gobierno y grupos de ciudadanos. Hay situaciones en las que el apoyo asistencial es necesario y positivo. Pero no en todos los casos.

GOTITAS DE AGUA:

 

Lo ideal es una economía (“como Dinamarca”) en la que todos los ciudadanos con capacidad de trabajar encuentren trabajos bien remunerados.

Otro tema es la desigualdad. No es lo mismo que la pobreza. ¿Están indisolublemente vinculadas? Al combatir a una, ¿se combate a la otra? Tema de otro artículo. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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