En México la única ley que vale y se aplica es la de AMLO, desquiciado por completo y sin freno.
Violenta todos los días la Constitución con impunidad y descaro, y se pasa olímpicamente por el arco del triunfo los reclamos legales e institucionales, sean del INE, del INAI, del tribunal electoral o de la Organización de las Naciones Unidas.
Cuenta con la complicidad de muchos legisladores, gobernadores y alcaldes empeñados también en destruir nuestras libertades, y que solapan y aplauden sus abusos de poder.
Todos los días nos mienten, nos roban y nos matan, y con el mayor de los cinismos nos presumen una transformación que es claramente un fracaso descomunal.
La mansión del bienestar lo tiene moralmente derrotado, y tenemos que entender todos que exhibirlo sin descanso es el mejor de los caminos para terminar con su dictadura; si no aprovechamos y dejamos de empujar duro, estaremos definitivamente derrotados.
¿PRENSA TRAIDORA?
Si alguien me hubiera dicho hace un año que veríamos tan brutal persecución de periodistas y medios de comunicación, lo hubiera tachado inmediatamente de exagerado, pero es increíble que decir la verdad sea un delito y se nos tache sin descanso como mercenarios y traidores a la patria.
Por fin, más vale tarde que nunca, vimos a grupos de periodistas manifestar su repudio directo durante la mañanera y en las dos cámaras del Congreso de la Unión.
La oposición muestra por fin una solidaridad fuerte a favor de la libertad de expresión, como con el pronunciamiento del senador sinaloense Mario Zamora Gastélum contra López Obrador y las exigencias puntuales de partidos de oposición en las dos tribunas legislativas de la federación.
Andrés Manuel es un criminal que al no podernos fusilar y matar directamente, nos señala sin descanso como los principales enemigos de la transformación y alienta a que nos asesinen sus fanáticos del pueblo “bueno” y “sabio” o los criminales del narco que son sus amigos y cómplices.
Los ataques son no solamente contra los periodistas, sino también contra nuestras familias.
El que reservó la información de los gastos de muchas obras públicas, las compras de medicinas y de las vacunas, los segundos pisos y montones de etcéteras más, exige que por ética y por transparencia los comunicadores informemos públicamente cuánto ganamos, quiénes nos pagan y qué propiedades tenemos.
Se oculta lo que se tiene obligación de informar y se exige hacer público lo que por mandato de la constitución es de carácter personal y privado, y si no lo hacemos nosotros lo “informa” López en sus mañaneras.
Estábamos mejor cuando estábamos peor, y todavía nos falta.
CAMISA DE FUERZA
Qué complicado se ha vuelto seguir siendo chairo, defensor de lo indefendible.
Veo sinaloenses “de izquierda” que con un cinismo atroz nos exigen rechazar las “calumnias” que son verdades demostradas, y creer en todas las mentiras oficiales, por más burdas que sean. Fanáticos miserables que son candidatos al psiquiátrico, o creen que todos los demás somos puro retrasado mental.