Cerquita de Andrés Manuel pasa el tren de su orgullo y los conductores para matar el aburrimiento le avientan un “PU-PU-PU RU-PU- PU-PU” que en el claxon de los automóviles sonaría como TA-TA-TATA-TA-TA.
El madrazo le chilla en los castos oídos de nuestro “honesto” ex -Presidente de México.
Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán son los Estados que atravesará el juguete presidencial.
Andrés Manuel tiene pasajes gratis de por vida y se incluyen toda clase de bebidas y alimentos.
Si se logra pacificar esa ruta, quizá en 20 o treinta años pudiera ser rentable y para entonces, nuestros hijos y demás descendencia pudieran gozar de las maravillas de la selva y los jaguares que no haya matado el búfalo de acero.
Si viviera García Márquez, su obra cumbre cien años de soledad la hubiera podido escribir a bordo del tren maya.
Silencio absoluto y maravilloso paisaje.
Andrés Manuel será sepultado en LA CHINGADA y su epitafio dirá en letras de oro de 24 kilates:
“AQUÍ YACE ANDRES MANUEL, ÉL DESCANSA… Y NOSOTROS TAMBIEN”
El peje lagarto es cuidado por un destacamento militar con armas sofisticadas para repeler ataques terroristas.
Clínica del primer mundo que no tienen el resto de los mexicanos y con grandes dotaciones de medicamentos.
El más calificado cuerpo médico para lo que se le ofrezca a nuestro amado ex -presidente.
Helicópteros a su servicio en caso de una emergencia.
Su rancho enclavado en el municipio de Palenque, Chiapas.
Las calles o caminos que pasan por el rancho LA CHINGADA maravillosamente adoquinados.
Muy cotizada la finca.
Cuando muera, no la llevará en el lomo dirían los envidiosos como yo, que nunca faltan en la viña del señor.
Los costos del tren maya jamás se sabrán.
El valor agregado al ranchito de Andrés Manuel tampoco.
Son las ventajas de ser presidente de México.
Todo a su servicio y nada de contabilidad.
Dinero hay de sobra para atender y mantener a nuestros amados presidentes.
El dinero va y viene, pero con los presidentes van los tesoros de la nación y jamás los vemos que regresen.
Es posible que Andrés Manuel se siente en bacines de oro y plata.
Que sus tazas para champurrado pertenezcan a manufacturas de otros siglos y de otras dinastías.
Pero sus nalgas y trompa son de lo más corriente de Tabasco.
El silbato del tren maya se escucha en LA CHINGADA.
Un madrazo dedicado al ex -presidente.
Hasta mañana.
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