= Furibunda reacción del rector Madueña
= “Tranquilos, no pasa nada”: Rocha Moya
= Hay 5 iniciativas viejas en el Congreso
= Método de elección de rector, el meollo
= Aprobadas cuentas de los tres poderes
Al cierre de la 63 legislatura del Congreso del Estado – el 30 de septiembre de 2021 – un total de cinco iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa formaban ya parte del ancestral rezago del Poder Legislativo en nuestra entidad.
La última de ellas, por cierto, la que fue remitida por el entonces rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra Liera, como defensa frente a las otras cuatro iniciativas, mismas que, sin conocerlas al detalle, coincidían en un tema medular: la modificación del proceso de selección de rector en nuestra máxima casa de estudios superiores.
En su tiempo, ninguna de esas iniciativas fue dictaminada, ni mucho menos votada. A pesar de que el final de su mandato estaba a la vuelta de la esquina, el entonces gobernador Quirino Ordaz Coppel no quiso problemas con la centenaria institución, ni tampoco empañar, en la recta final, una relación que siempre fue muy buena en lo general con la UAS y excelente, en particular, con Guerra Liera, ya en su segundo periodo consecutivo como rector. Los calificativos de “amigo” menudeaban en cuanto evento público coincidían ambas personalidades.
Así las cosas, hasta ahí llegaron las intenciones de reformar la ley orgánica de la UAS, aprobada, a propósito, en la administración gubernamental de Jesús Aguilar Padilla, en los primeros meses del rectorado, a su vez, de Héctor Melesio Cuén Ojeda. Nadie quiso comprar este boleto, en plena efervescencia política en Sinaloa.
Cuén, como Gomer Monárrez, Jorge Luis Guevara, Rubén Rocha Moya, David Moreno Lizárraga, Audómar Ahumada Quintero, Jorge Medina Viedas, Franco y Arturo Campos Román, llegó a la rectoría (en 2005) por el método viejo y satanizado de la elección universal -en la que lo mismo contaba el voto de la máxima autoridad que el del estudiante recién ingresado a la preparatoria -; pero fue, hasta la fecha, el último en hacerlo por este procedimiento.
Sin embargo, la primera acción en serio de Cuen, como rector, fue modificar ese modelo de elección para impulsar una nuevo, lo que solo sería posible no con la modificación de la ley orgánica de la UAS, sino con la creación de una nueva ley, matizada con una serie de cambios que vendrían a revolucionar prácticamente todo al interior de la UAS y que servirían para conquistar las simpatías de la sociedad en su conjunto.
Entonces, La ley orgánica auspiciada por Cuén y respaldada por el gobernador Jesús Aguilar Padilla, contenía, ciertamente, muchos puntos positivos para el reencauzamiento de la universidad; pero uno de ellos era el básico, el medular: la desaparición de la elección como se concebía hasta entonces y el depósito en el Consejo Universitario de la facultad para designar al nuevo rector.
Y ha sido, bajo este esquema, que la opinión de Héctor Melesio Cuen ha sido definitiva en la elección de Víctor Manuel Corrales Burgueño, Juan Eulogio Guerra Liera (dos periodos) y Jesús Madueña Molina. En todo los casos, la balanza se ha inclinado en función de la voluntad de Cuen, lo que ha hecho posible que un proyecto concebido para 12 años, sume ya 17 y contando, como se dice habitualmente. Un proyecto que, quiérase que no, se ha consolidado en proporción directa al férreo e irrenunciable control que ejerce Héctor Melesio al interior de la universidad y a su fortalecimiento como figura política de peso en nuestra entidad.
¿Estamos?
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Y bien.
En la semana en curso, provocó verdadero revuelo en los círculos políticos, académicos y universitarios (desde luego) la publicación de la agenda parlamentaria de la sexagésima cuarta legislatura del Congreso del Estado, para lo que resta de su segundo año de ejercicio constitucional. Una agenda que incluyó 33 puntos, entre ellos, las reformas a la ley orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
También se metieron en el paquete, reformas a las leyes orgánicas de la Universidad Autónoma de Occidente y de la Universidad Autónoma Indigenista de México; pero es evidente que es y será la UAS el personaje principal de esta película que ya inició filmaciones en nuestro Estado.
Esa iniciativa de reformas a la ley orgánica de la UAS es absolutamente desconocida por la sociedad en su conjunto. Nadie sabe de donde viene, ni tampoco quienes son los que la suscriben. Incluso a lo mejor ni existe aún. Podría ser una nueva o quizás un compendio de las cinco que pasaron a formar parte de las muchas que duermen el sueño de los justos en los archivos del Palacio Legislativo.
La sola mención de esta posibilidad, sin embargo, provocó, casi de inmediato, la furibunda reacción del rector Jesús Madueña Molina, quien se remitió a los preceptos de la Ley General de Educación en el sentido de que cualquier reforma a las leyes orgánicas de las universidades debe ser consultada con el máximo órgano de gobierno -en este caso el Consejo Universitario – y la comunidad universitaria, entes que tendrán la decisión final en una eventual aprobación a una nueva ley.
El mismo rector citó que en la elaboración de la nueva Ley General de Educación, participó activamente el actual gobernador Rubén Rocha Moya, toda vez que, por 2019, se desempeñaba como senador e incluso como presidente de la Comisión de Educación de la cámara de senadores.
Bajo esta circunstancia es más que obvio que Rocha Moya conoce el tema a fondo y que pisó muy bien el terreno antes de darle el visto bueno a la agenda legislativa local para el presente año, a través del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, el diputado Feliciano Castro Meléndez.
La primera reacción de Rocha a las declaraciones del rector fue de corte institucional al pedirle al rector que se serene y que no se mortifique en lo más mínimo toda vez que no existe intención alguna de afectar a la UAS sino todo lo contrario y en todos los sentidos.
Ya hubo una segunda y ésta fue concluyente al solicitarle a quienes se sientan aludidos -incluyendo el rector – que “no se pongan el huarache antes de espinarse porque no se van a espinar”, en el entendido de que cualquier modificación en tal sentido será mejorar no para perjudicar a la institución. A lo mejor ni iniciativa hay todavía, acotó.
-¿Dónde está el problema entonces? – preguntó a la distancia el gobernador.
Esta suficientemente claro que Rocha Moya conoce el tema y está plenamente consciente que, de acuerdo con la ley general de educación, las reformas a la Ley Orgánica de la UAS no serán posibles si no se cuenta con el consenso de la comunidad universitaria. Tiene sentido entonces su desacuerdo con las expresiones del rector Madueña porque no solo no se conoce el contenido de la iniciativa sino porque no hay ninguna nueva al respecto.
Por ahí andan las cinco rezagadas de la legislatura pasada; pero a estas alturas a lo mejor están hay ya tan obsoletas como el teléfono convencional.
De cualquier modo, habrá que estar pendientes.
Igual y si hay jaleo.
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Por otro lado.
En su sesión de este jueves -conducida por el diputado priista Ricardo Madrid, en su calidad de presidente de la mesa directiva – la 64 legislatura del Congreso de Sinaloa aprobó, oficialmente, las cuentas publicas del gobierno del Estado, correspondientes a 2021. También las del Supremo Tribunal de Justicia y las del congreso mismo. Las de los tres poderes pues.
Junto a las cuentas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, también se ratificó la aprobación de las correspondientes a los siguientes entes estatales, municipales y organismos autónomos de la entidad:
-Consejo para el Desarrollo de Sinaloa.
-Universidad Autónoma de Occidente.
-Universidad Pedagógica del Estado.
-Universidad Tecnológica de Escuinapa.
-Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.
-Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC).
-Comisión Estatal para el Acceso a la Información Pública.
Y:
-Tribunal Electoral del Estado de Sinaloa.
Cerremos el tema con el recordatorio de que este mismo congreso reprobó las cuentas públicas de 12 de los 18 ayuntamientos; entre ellos: Culiacán, Ahome, Mazatlán y Guasave. Fueron los que concluyeron su periodo el 31 de octubre de 2021, de los cuales dos de ellos están en serios problemas, aunque no precisamente por lo de las cuentas. Citamos a Jesús Estrada Ferreiro, de Culiacán y a Luis Guillermo Benítez, de Mazatlán.
Suyos los comentarios, amigo lector.
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