La adoptamos porque se ganó a pulso la admiración de los mexicanos al enfrentarse abiertamente al dictador de pacotilla que tenemos en Palacio Nacional.
Mostró la inteligencia para recurrir a los tribunales en busca de protección a sus derechos constitucionales, y el cobarde ofensor cerró la puerta para no ser enfrentado en sus terrenos.
Pensó Andrés Manuel que con eso daba carpetazo al asunto de la Senadora y su equivocación la convirtió en aspirante natural a la presidencia de México.
Xóchitl ha dado muestra de inteligencia y valor a toda prueba.
Su título académico es auténtico y sus empresas son el producto del esfuerzo y nunca ha vivido de lo que recaudan los partidos políticos.
Es la gran diferencia con el tabasqueño. Jamás demostró ingresos de trabajo alguno y hasta se ofrecieron diez millones de dólares al que encontrara una nómina firmada por Andrés Manuel en los últimos 18 años antes de llegar a la presidencia.
El presidente de México hace mofa de que Xóchitl vendió helados y tamales para costearse sus estudios y la señora Senadora se enorgullece de ello.
Xóchitl no tenía hermanos recaudadores de lana como sucedió con Pio el hermano de Andrés Manuel que fue captado recibiendo billetes.
Solita luchó para ganarse la vida y convertirse en empresaria.
No tiene hijos que aprovechan el poder para vivir en residencias en Los Estados Unidos sin que les cueste un solo centavo.
Xóchitl es la indicada para hacer frente a las corcholatas del presidente.
Brilla intensamente con su propia energía y no necesita bules para nadar.
La Senadora sabe que no es tarea fácil y sin embargo está más puesta que un calcetín para iniciar la guerra.
La favorita del presidente es Claudia, pero puede cambiar si considera que su campaña no ha prendido.
Es el dedo de Dios en nuestro sistema político y solamente él decidirá quién lo sucederá en la presidencia de México.
Cuestión que está sujeta a dos vertientes.
La primera es que no quiera quedarse en el poder y la segunda el que pueda garantizarle un moderno maximato con el que escoja.
Esto último tiene muchos asegunes.
Cuando se protesta como Presidente de México, el que sale se convierte en un ciudadano cualquiera sin el mando de las fuerzas armadas.
Los nuevos diputados y Senadores quieren congraciarse con el de la banda presidencial y le dan la espalda al que se marcha.
Xóchitl es un real peligro para cualquiera de las corcholatas de Andrés Manuel y necesita cuidarse mucho si las enfrenta.
Cualquier fanático de este gobierno puede aventarse el numerito de Luís Donaldo Colosio y echarnos a perder la fiesta.
Doy por sentado que Xóchitl será la abanderada de la coalición por estar preparada para ello y ser la figura más brillante de candidata.
Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes tendrán que darle paso a esta señorona y que me perdone Santiago Creel por no tomarlo en cuenta.
Xóchitl es el rayo de la esperanza.
Lo adecuado para el momento.
Hay que cuidarla de los locos al servicio del que ya saben quién.
Hasta mañana.
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