Por más que lo intento no alcanzo a entender bien las declaraciones del gobernador Rubén Rocha Moya sobre las evidencias de que este gobierno ha realizado labores de espionaje.
Hechos demostrados en Altoparlante con videos y con imágenes, y corroborados una semana después por una investigación del periódico Noroeste.
Fue cuestionado ayer por periodistas al respecto, y declaró que “esa oficina ya no va a funcionar; no se va a hacer eso; ya no se va a darle seguimiento ni espionaje a actores políticos”, para agregar que “esa es una práctica muy vieja, entonces es muy difícil acabarla; sería muy presumido decirle yo que en estos tres meses que llevamos, casi cuatro, eso ya concluyó; nosotros no vamos a hacer; no lo estamos haciendo y yo les voy a agradecer que ustedes denuncien al funcionario que haga esto”.
O sea que sí pero no, o quién sabe; ignoro si chocheó de nuevo o si lo traicionó el subconsciente.
Como remate, acusó que se está vigilando a su gobierno, pero no sabe quiénes son.
Esos espías “externos” son tan hábiles y escurridizos, casi invisibles, que hasta hace poco más de una semana trabajaban en oficinas del tercer piso del Edificio B de la nueva unidad de gobierno estatal ubicada junto al estadio de los Dorados.
Llegaron ahí, desmantelaron tras ser exhibidos, pero según Rocha nadie en su gobierno los conoce.
Qué se puede esperar de un gobernador contra el que se prepara una denuncia formal por enriquecimiento oculto, con pruebas irrefutables de que mintió con enorme descaro en la presentación de su declaración patrimonial de inicio como titular del poder ejecutivo estatal, lo que la ley de responsabilidades de los servidores públicos de Sinaloa tipifica como falta administrativa grave.
Pinocho le sigue dando bola al austero local, y no tiene llenadera.
TRAICIÓN CONVENIDA
Que el operativo de hace días en la iglesia del Padre Cuco fue, en buena parte, un montaje.
Un sacrificio convenido, para que el gobierno presuma ante los gringos que sí se persigue a los malos.
Nada que extrañe de un gobierno que no detiene a los que sí son amigos consentidos, o que los libera para “salvar” al pueblo de una posible masacre.
RESPIRA EL MESÍAS
Bajó un poco la intensidad del escándalo de las casas de Houston y la exhibida al presidente que vio destrozadas sus banderas de honestidad y austeridad.
La investigación hecha pública a finales del mes pasado logró lo que nunca habíamos visto, con un López Obrador enfurecido y en una campaña más despiadada en contra de periodistas y medios de comunicación.
Como que comienzan a controlar nuevamente la agenda desde palacio nacional, aunque los atoles dejaron de tener los mismos efectos.
Hoy la “noticia” son los deslindes y las “aclaraciones” de los involucrados, con documentos incompletos o hechizos. Se necesita otro madrazo fuerte, y pronto.