El PRI, el gran refrigerador de calenturas autocráticas

Si algo le había faltado al Partido Revolucionario Institucional (PRI), para adecuarlo a su nueva condición (aunque ya no tan nueva, desde el 2018) de opción electoral ‘en competencia’, habría sido esta deliberada metamorfosis en “caja de resonancia” de los problemas sociales, económicos y políticos del país… como nunca o muy pocas veces lo fue en realidad en los últimos veinte años.

Y no lo fue… nunca cuajó para serlo -si es que hubo la voluntad de sus altas “nomenklaturas” por convertirlo en eso- simple y sencillamente porque no tuvo algo que se llama “probidad moral suficiente” ante el electorado.

Que me disculpe Enrique Ochoa Reza y su muy buena intención de aportar algo en este proceso de renovación de dirigencias, pero… su período al frente del exinvencible estuvo -entre otras cosas- precedido de un pésimo desempeño como director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el que quedó acreditado ante medios de comunicación masiva, que incurrió en numerosos actos catalogados como “conflictos de interés” y dispendios francos, que violentaron la norma vigente en materia de lucha anticorrupción, como es el caso de los ‘obsequios, atenciones, aportaciones’ …. Además de deliberados sobornos que recibió de la multinacional “Iberdrola”, según lo pudo difundir en su momento la organización ‘Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad’ (MCCI): en aquel entonces Ochoa Reza tomó decisiones que implicaron el gasto de por lo menos 24.47 millones de pesos, provenientes de fondos públicos, para que la empresa productiva del Estado perteneciera al Foro Económico Mundial y tuviese presencia en las reuniones de Davos, Suiza, de 2015 a 2018. Además, en esos viajes Ochoa Reza utilizó una aeronave y automóviles de Iberdrola, empresa española que habría recibido contratos de la CFE por lo menos desde 2003, hasta el 2016 en que el funcionario dejó de ser titular de la CFE.

Definitivamente, la ciudadanía está atenta al devenir y a las grandes decisiones institucionales, de partidos y actores del Gobierno.

Sobre todo la militancia priista que hoy… por disminuida que se encuentre, está complacida de acompañar a Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas en la edificación de un nuevo instituto político que, dicho sea de paso, se constituya en un auténtico ‘dique de contención’ ante los afanes abusivos y totalitaristas de Morena y AMLO por construir una auténtica tiranía de corte neopopulista, sustentada según ellos, en la escuela de los Derechos Humanos universal.

Y es que volviendo al caso Ochoa Reza, en su momento, simuló renunciar voluntariamente a la dependencia, pero cobró una liquidación de un millón 206 mil pesos, cinco veces mayor a la que le correspondía. Para tal efecto, recurrió a un retorcido proceso administrativo –“legal”, asegura él; aunque “indebido”, para obtener su millonaria liquidación.

Antes, desde la subsecretaría de Energía federal, donde Ochoa habría estado bajo la batuta de Pedro Joaquín Coldwell de diciembre de 2012 a febrero de 2014, único funcionario por cierto este último, que salva el honor de la gestión priísta de Enrique Peña Nieto en materia de energía e hidrocarburos.

Enrique Ochoa fue de los principales impulsores de la malhadada “Reforma Energética” de EPN y fraguó intelectualmente el “golpazo al precio de la gasolina”, traducido también al “buen cristiano” como “el gasolinazo” de Peña, que en 2012 -según Mexicoleaks” terminó de encumbrar a Morena y al gabinetazo que hoy gobierna… y que lo hará hasta 2030.

 Gracias a antecedentes como este, a Ochoa Reza, ya como dirigente nacional, los priistas de base y en campaña “no lo pelaban”, en estados a donde iba a promover o a respaldar las candidaturas del PRI.

Pero no nomás a Enrique Ochoa Reza, sino que a otros ‘dirigentes’ (y ‘aspirantes a’) de la talla de Aurelio Nuño, primero como secretario de Educación Pública y luego, como flamante Coordinador General de la Campaña de José Antonio Meade… la militancia “de a pie”, los señalaba frontalmente como los responsables de medidas insensibles, inscritas en el protocolo de la economía neoliberal pero diseñadas para demoler los afanes electorales del PRI y de su noble como preparado candidato, José Antonio Meade Kuribreña, cuyo resultado como candidato presidencial priísta es por todos conocido: Sucumbió ante el tsunami populista que ha representado Andrés López Obrador y sus gentes.

Y es que el PRI, en sus orígenes, habría sido deliberadamente identificado como un instrumento de control del Estado callista…. Para someter a su voluntad en un mismo instrumento o en una misma vasija ideológica, para defender al sistema y al presidente.

No fue nunca un partido que defendiera una causa o una filosofía de Gobierno… como ahora lo pretende impulsar este grupo de jóvenes renovadores que encabeza Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas…

Las formas cómo llegan son las que se cuestionan, pero, al final de cuentas, origen es destino: “Los antiguos fundadores e impulsores del PRI con un golpe de mano llegaron… y con un golpe de mano, se fueron” …

El nuevo PRI pretende ser ese gran “refrigerador” de las calenturas autocráticas del actual Gobierno populista de López Obrador que, se propone entre otras cosas, una reforma al Poder Judicial de la Federación, donde la justicia se ponga a consideración del vaivén electoral y del interés faccioso de la maltrecha y descompuesta estructura social en México actualmente.

Así mismo, pretende combatir con ideas y con estrategias legales parlamentarias, la absurda pretensión del partido hegemónico actual en nuestro país, Morena. Y para tal efecto, pretende formar y/o consolidar una nueva clase política que defienda con profesionalismo, compromiso, moral pública y ética política, el ideario de la revolución mexicana y de las instituciones que de ella surgieron, por medio de actores nuevos, que puedan convivir con lo mejor de los actores de la clase política que aún milita en el PRI por convicción… porque hay grandes cuadros de la llamada “vieja guardia” que siguen siendo útiles, imprescindibles en la defensa de los ideales del PRI y de la Revolución Social Mexicana.

Pero para ser precisos, empecemos por la primera de los dos grandes ‘calenturas’ del neopopulismo: la reforma al Poder Judicial de la Federación.

‘Alito’ Moreno ya declaró este fin de semana y ha sido muy claro: “No permitiremos que se ponga en riesgo nuestro sistema judicial”, dijo.

«Es alarmante ver cómo, en dos años, pretenden eliminar a todas las magistradas y magistrados, juezas y jueces, para reemplazarlos por personas sorteadas», denunció el líder del PRI.

Lo anterior, después de que fuera revelado el dictamen este 16 de agosto para la reforma al Poder Judicial, con más de cien modificaciones a la propuesta original hecha por el propio López Obrador… por lo que el presidente nacional del PRI, ya ‘levantó la mano’ y alzó la voz, confirmando que el partido tricolor no permitirá que se ponga en riesgo el sistema judicial en México.

Haciendo uso de sus redes sociales, el presidente nacional del PRI, afirmó que el partido tricolor no se permitirá que se ponga en riesgo el sistema judicial en México.

Resaltó que en el PRI “hemos recibido el proyecto de dictamen sobre la reforma al Poder Judicial de la Federación y es alarmante ver cómo, en dos años, pretenden eliminar a todas las magistradas y magistrados, juezas y jueces, para reemplazarlos por personas sorteadas…. ¡No permitiremos que se ponga en riesgo nuestro sistema judicial! “, escribió después.

Aquí se incuba una nueva historia. Estaremos pendientes.

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Héctor Calderón Hallal
Héctor Calderón Hallal

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