Porque no podemos ni debemos ser indiferentes, hay que señalar y condenar que el periódico Noroeste es delincuencia organizada.
Son varios los delitos cometidos de manera reincidente, y están a la vista de todos.
Intentemos también en esto un apretado resumen porque las evidencias abundan y el espacio resulta insuficiente.
Para explicarnos mejor, partamos de lo que se considera delincuencia organizada: un grupo que actúa de forma conjunta para cometer delitos en busca de un rédito material o económico.
Hay que ver cómo sobrevive esta cadena de periódicos luego de que estuvo al borde de la quiebra.
El gobierno federal no cobra ni procede legalmente contra Noroeste por una deuda millonaria ante el SAT; amenazaron públicamente con embargarlos, y los doblaron.
Por su parte, el gobierno del estado modificó su trato comercial con esta casa editorial, y comenzó con millonarios convenios por “publicidad” y “difusión”.
En respuesta al “olvido” en el cobro de impuestos federales y a los apoyos financieros estatales, Noroeste pasó a ser un medio aplaudidor y cómplice de la cuarta transformación.
Un ejemplo claro de su arrodillamiento ante el gobierno es la “investigación” sobre los exrectores de la UAS que tienen hijos trabajando en esa institución.
Muy indignados, la nota “informativa” condenó a los que fueron rectores calificándolos como lo peor, pero nunca se acordaron de uno que hizo lo mismo: el gobernador Rubén Rocha Moya.
Historias similares las vemos todos los días, sin descanso.
A cambio del dinero que reciben en los convenios y muy seguramente también por debajo de la mesa, callan como momias ante las corrupciones en el gobierno.
En sentido contrario, acompañan las persecuciones contra los adversarios de don Rubencito.
Una delincuencia organizada con muchos cómplices, algunos porque reciben también su tajada y otros porque son puro lambiscón y quedador de bien.
No son pocos los contagiados por las corrupciones y las inmoralidades.
Para que no me acusen de andar de criminoso, citemos algunos nombres con ejemplos puntuales.
Una de las cabezas visibles es el director Adrián López Ortiz, director de Grupo Noroeste.
Destila odio desde los espacios editoriales y en sus redes sociales, con el disfraz del periodismo “independiente” y sin ligas con el poder que todos sabemos hace buen tiempo dejó de existir.
Vimos que a Héctor Melesio Cuén Ojeda lo acosó sin descanso, y no le ha parado después de su asesinato.
Alejandro Sicairos Rivas con su columna y su Revista Espejo confiesa que va de la mano con Noroeste al precisar que son lo mismo.
Recordemos que se tiró a llorar porque se permitiera ser candidato a Jesús Estrada Ferreiro.
Es una burla contra todos los sinaloenses -nos dijo-, que se postule a quien tiene denuncias en contra.
Se olvidó de Enrique Inzunza Cázarez y Juan de Dios Gámez, con varias denuncias penales.
Desvergonzadamente vendido, como se ve con facilidad.
Casos más recientes en esta doble moral son los de Silber Meza y el articulista Arturo Santamaría.
Silber lamentó que se relacione a la UAS y a Héctor Melesio Cuén Ojeda con el narco.
Aceptar rumores no confirmados, eludiendo que Rubén Rocha llegó a la gubernatura con todo el apoyo de los narcos, y que su querido periódico Noroeste sobrevive económicamente gracias a los dineros de gobiernos coludidos con el crimen organizado.
Evidenciado su post en el facebook, agregó a su doble moral el cinismo y la cobardía: le quitó la condición de “público”, para que sólo sus cuates pueden ver la desvergüenza.
Con el detalle de que varios de los comentarios le recriminaron directamente su inmoralidad.
Lo de Santamaría es peor.
Al igual que buena parte del periódico Noroeste, incluyendo a Sicairos y Sílber, truena contra los adversarios mientras elude los pecados del gobierno… y los propios.
“El triunfo cultural del narco y la UAS”, es el título de su artículo del sábado pasado publicado en el citado medio de comunicación.
Admitió de pasadita que algunas autoridades han sido seducidas por el crimen organizado, pero dedica casi toda su publicación a denostar a la UAS.
Cero comentarios contra el gobernador de Sinaloa, abiertamente coludido con los narcos.
Y se le olvidó un detalle importante que tiene que ver con la Casa del Autista y/o Fundación Unicornio en Mazatlán.
Nos refieren que casi todo mundo en el puerto se enteró, en su momento, de que el edificio en el que operó esta casa y fundación fue donado por el cártel de Sinaloa, a petición directa de Arturo Santamaría.
Tuvo incluso problemas personales porque intentó apropiarse del edificio, y lo expulsaron como presidente de la fundación.
De nueva cuenta, ya no sabe uno si ponerse a reír o a llorar.
Habrá que ver si no demandan a quien esto escribe por “difamación”.
Nos encantaría ir a los tribunales para abundar al respecto.
La precisión necesaria de que en Noroeste también hay gente honesta que merece nuestro respeto.
Que trabajen en ese medio no significa que estén contagiados de las perversidades e inmoralidades que ahí publican todos los días.
Presento por ello este resumen que nos ilustra cómo es que el periódico Noroeste se convirtió y opera como una asociación delincuencial.
Proteger narcos y corruptos mientras se suman a los montajes gubernamentales para perseguir inocentes.
Todo por el maldito y cochino dinero.
Es necesario exhibirlo, porque traicionan al gremio y dañan enormemente a la sociedad.
Sabemos muy bien que siempre salen con sus otros datos de que son honestos y puros.
Leemos y escuchamos ese tan pésimo chiste de que son ejemplo de un periodismo con sentido social apegado a la verdad y a la justicia.
No se engañan ni solos.
Muchos miles de sinaloenses los tienen bien identificados como mercenarios de la pluma.
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