Con la sobre representación en la cámara de Diputados de la nueva legislatura, la mayoría calificada aprobará las leyes de Reforma que Andrés Manuel tiene en mente, y cuyos dictámenes serán presentados para que la aplastante mayoría calificada levante la mano y digan sí.
Las reformas constitucionales tendrán que pasar a la Cámara de Senadores que puede ser la contención o la puñalada que atraviese el corazón de México.
Les faltarían tres Senadores al Presidente para convertir nuestro País en lo que se le venga en gana.
Nadie podrá levantar la voz para combatir las barbaridades del sistema presidencial autoritario o dictatorial.
Nada de nuestras actuales instituciones sobrevivirá al oleaje de las hordas abusivas de la cuarta transformación.
Nadie impedirá que tengamos una presidencia del tipo de Venezuela encarnada en una mujer.
Nada nos protegerá de los abusos de la Nicolas Maduro que el pueblo de México eligió en urnas.
Nadie podrá impedir que lo poco que tenemos sea confiscado y pase a ser propiedad del gobierno.
Nada tendremos a nuestro favor, pues el ejercito garante de la seguridad del pueblo de México, estará al servicio de la mujer presidente.
Nadie estará seguro con las fuerzas fácticas en estrecha unión con la señora Claudia Sheinbaum.
Nada se moverá en nuestro País sin el permiso de la izquierda delirante de la cuarta transformación.
Nadie será capaz de empuñar un fusil para derrocar al gobierno del tipo de Venezuela o Cuba.
Nada será nuestro si lo arrebatan.
Nadie, absolutamente nadie, tendrá la libertad de votar y ser votado.
Nada alejará los negros nubarrones que amenazan las libertades constitucionales si el Senado las aprueba.
Nadie de mi edad o tamaño podrá sobrevivir al tsunami gubernamental que nos amenaza.
Algunos piensan que la moneda la tienen en realidad Los Estados Unidos y que ellos no permitirán una Venezuela de vecino.
Mi pensar no lo fortalezco con el poder de otro País para aplacar a la cuarta transformación.
Sus intervenciones en México nos ha costado territorio.
Mi salvación se encuentra en manos de los legisladores que conforman el Senado de la República.
Ellos pueden ser los que salven a la Patria.
O convertirse en los traidores que mataron mis esperanzas.
El País de los nada y de los nadie.
Hasta mañana.
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