Punta de Lanza

El INE… como la apuesta de Gorgonio

El viejo ranchero era famoso en su pueblo, gracias a su gran afición por las peleas de gallos.

Tenía fama don Gorgonio Barajas, de ser un buen bebedor de licor y cerveza, alegre, fandanguero, enamorado y desde luego un gran apostador.

Pocas ferias de la comarca donde se pudiera instalar un palenque, quedaban fuera de la agenda festiva del hombre aquel.

Cuentan los galleros que lo conocieron, que siempre se mostraba satisfecho y hasta jubiloso al término de una pelea de gallos, lo que a todo mundo hacía suponer que todas las ganaba.

No faltaba aquel despistado que llego a pensar que a Gorgonio le daba igual ganar que perder una apuesta, aunque la verdad es que el viejo gallero tenía su secreto.

Tenía de aliado secreto a su amigo Silvano Polledo, quien se encargaba de apostar al gallo de la cuadra contraria.

Así, apostando a los dos gallos, y siempre la misma cantidad de dinero, no había riesgo de perder, por lo que era común verlo cobrar entre gritos jubilosos cada partida que ganaba.

Necesario es resaltar, que la personalidad de Gorgonio Barajas era recia y radical, lo que le impedía aceptar que alguien le ganara apuesta alguna, y mucho menos permitir aceptar la derrotara en una discusión.

Esa era la gran razón por la que, como antes dije, en los palenques se le vio siempre saltar al ruedo anunciando su éxito, cobrando el dinero ganado y granjeándose el respeto y admiración de los asistentes.

Sobra decir, que ante la recurrencia de las apuestas supuestamente ganadas, algunos pensaban que Gorgonio se cargaba un pacto con el diablo, otros que tal vez algún chaman le había fabricado un talismán para limpiarle la salación, y desde luego, muchos creían que el viejo ranchero y engreído, era en realidad un gran conocedor de los gallos.

Es que, decían los galleros, no era posible que Don Gorgonio nunca perdiera una apuesta en los palenques…Y en efecto, así era, ya que al viejo no le gustaba perder.

LA APUESTA EN LA LUCHA POLITICA

Recordando la azarosa vida de Gorgonio Barajas y sus legendarias apuestas en los palenques de gallos, he llegado a pensar en la posible similitud que pudiera existir entre el gallero de marras, y los dos bandos políticos que en estos momentos se disputan en una especie de apuesta irreverente, un supuesto, mejor futuro para nuestro país.

Diversas han sido las luchas que se han librado entre los grupos opositores al actual gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y los aliados de este, pero siempre, sin otro resultado que no sea el encono entre la sociedad mexicana.

En estos momentos, estamos ante un nuevo episodio de las confrontaciones de ideas e intereses de dichos grupos.
La lucha es directa y frontal entre el partido Morena y dos de sus aliados, con el bloque integrado también por institutos políticos opositores a la llamada cuarta transformación; Son dos frentes de batalla en disputa cuyo gran botín se llama México.

Antes, los mismos actores estuvieron confrontados con los temas del aeropuerto de Texcoco, la militarización de la guardia nacional, el tren maya, la refinería dos bocas, la venta y rifa del avión presidencial, la reforma eléctrica, y en estos momentos la reforma electoral, en donde la manzana de la discordia es hoy, el Instituto Nacional electoral.

Y en medio de todas las graves confrontaciones se encuentra nuestro país y los millones de ciudadanos que lo habitamos, ajenos en su mayoría a las desavenencias políticas e intereses reales de los grupos antagónicos constituidos.

Y somos en efecto, ajenos millones de mexicanos al conflicto político, no obstante que en la esencia somos a la vez, quizá sin saberlo, el gran botin por el que los grupos se están peleando.

Es una apuesta entre gobierno y oposición, muy parecida a las que libraban en los palenques Gorgonio Barajas y Silvano Polledo, cuando en las peleas de gallos su apuesta no era ganar, sino simplemente no perder.

Desde esa perspectiva de las cosas, tenga usted por seguro que al final de la actual contienda política, y otras por venir, a los grandes protagonistas los verá usted peleando como gallos de pelea en la defensa de sus intereses, aunque estos pudieran ser más personales que sociales.

Una gran batalla, en la cual, al final de la reyerta los protagonistas cupulares se podrían conformar con negociar una salida airosa, tras la cual, si no ganan, tampoco pierdan.

Algo parecido a lo que ocurre en el palenque…En donde se permite a que los gallos se peleen y se maten defendiendo sus colores, mientras los apostadores ganan o pierden su dinero, para que los organizadores y dueños de la feria sigan activos.

Y es que ellos, los protagonistas, siempre estarán presentes en la feria por venir…Así son las cosas…Nos veremos enseguidita.

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Armando Ojeda
Armando Ojeda

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