Sobre el Camino

El despertar de la clase media…

Hace días posterior a la marcha del pasado 13 de Noviembre dejé 5 puntos del porque no estamos de acuerdo con la reforma electoral que será enviada a las cámaras baja y alta. Esto pienso.

Lo que se juega con la reforma electoral en curso es el régimen de libertades políticas y civiles.

Lo que realmente está en riesgo no es el método con el que vayan a ser electos los próximos consejeros y magistrados electorales ni la reducción del número de diputados, ni la gestión del padrón electoral y la credencial de votar, todo lleva a pensar que ambos instrumentos retornarán a la Secretaría de Gobernación, como en los tiempos dorados de Manuel Bartlett.

Aunque en sí mismos ya representa un peligro, un mal presagio, tratándose de la mano de este gobierno, que ha dado muestras sobradas de no ser partidario de la legalidad ni de las más elementales formas democráticas, no obstante que ante el Poder Legislativo protestó hacerlo. Me refiero a lo que el propio presidente resume meridianamente con la frase: “no me salgan con que la ley es la ley”.

Lo que realmente se juega con la reforma electoral en curso, que no es reforma, sino contrarreforma, es el régimen de libertades políticas y civiles. Contrahecho y limitado, ciertamente, pero vigente; admite actos cívicos como los del domingo en todo el país. La contrarreforma del presidente nos devuelve a los espesos años setenta, cuando todo-todo era concentrado en el puño del presidente.

López Obrador, de conseguir su reforma electoral, al día siguiente anunciará que pasa a la siguiente fase (palabra-cliché muy en uso entre grupos de filiación trosquistas y maoístas enquistados en las universidades públicas en los setenta), y así sucesivamente se irán suprimiendo libertades en función de culminar el objetivo supremo (su objetivo) de la Transformación. Un acontecimiento sin precedentes, sólo equiparable con la Independencia, Reforma y Revolución, en su dicho.

En su concepto, transformar equivale a destruir todo lo erigido, todo lo que proviene del pasado, todo lo contaminado y maldito, y sobre sus cenizas construir las bases del Hombre Nuevo (esa figura retórica que viene desde la época antigua y aparece en todos los ismos, y en el caso latinoamericano es encarnado en la persona del Che Guevara).

En aras de esa Transformación (con mayúscula) el presidente se arroga (busca arrogarse) facultades metaconstitucionales, absolutas. Esto es, que se le permita todo, incluso atentar contra el mismo régimen de libertades políticas y civiles. Dicho pronto y con franqueza, la transformación es una coartada. La coartada del presidente y Morena, su instrumento de acción, para propósitos que, bien a bien, no se acaban de entender, pero se intuyen.

Esas locuras, ya lo sabemos, acaben en catástrofes humanitarias. Recuerdo unas lecturas que acostumbro leer por las noches (1958-1962) en China murieron 45 millones de personas, víctimas de la persecución política, la violencia y el hambre. Ese fue el costo en vidas humanas de la aventura de Mao Zedong. Un iluminado que se propuso redimir a su pueblo.

El mismo horror se repitió en la Unión Soviética. Millones y millones de muertos por hambre, por trabajo forzado, por persecución política, campos de concentración. Siempre habrá un objetivo superior que lo justifica; para que millones de personas sean condenados a la hoguera en función de alguna causa ejecutada por algún iluminado. Al respecto se conocen algunos libros, pero en general la mayor parte del horror se mantiene oculto.

En efecto, no hay nada equiparable, entre esto y aquello, pero nunca estará demás encender las alarmas del peligro, en particular ahora que tenemos un nuevo y poderosísimo actor en el escenario de la política nacional: los militares y la militarización de la administración civil.

Sin que viniera al caso, el presidente dijo en la semana, que no confía en las autoridades electorales. Teme, dijo, que se sigan haciendo fraudes electorales.

“Si perdemos las elecciones es por culpa de los árbitros. Si las ganamos es a pesar de los árbitros”. Esto, en buen cristiano, se le llama curarse en salud. Nada nuevo, por cierto, es lo mismo que adelantaron Donald Trump y Jair BolsonaroCulpar al árbitro.

GOTITAS DE AGUA:

 

 

Curiosamente, el gobierno de la Ciudad de México decretó contingencia ambiental el día de la marcha, lo que fue interpretado como un intento de boicot. Ahora bien, ¿el gobierno de la Ciudad de México decretará contingencia ambiental este domingo 27 de noviembre, tras la marcha que encabezará López Obrador? Ustedes que creen. Además, el secretario de Gobierno de la capital calculó en 12 mil el número de asistentes a la misma. Un cálculo muy alejado de la realidad de la manifestación, pero que quizá exprese algo sobre su sensibilidad y su estatura política.

La reforma electoral que en verdad hace falta es una que fortalezca las capacidades de fiscalización de los órganos electorales sobre los partidos y sus campañas políticas. El dinero ilegal que entra en las campañas se traduce en la puerta más grande para la corrupción. Todo lo que entra al poco tiene que salir, (de dónde más), de las arcas municipales, debidamente incrementado. Todo a costa del bienestar de la gente. Con todo esto, ¿alguien puede dudar de los rasgos autoritarios del grupo en el poder“Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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