Elementos adicionales a los conocidos nos confirman que el culiacanazo de 2019 lo organizó Andrés Manuel López Obrador.
Todos supimos que el 17 de octubre de ese año, cuando “fueron” por Ovidio Guzmán López, no llevaron ni orden de cateo ni orden de aprehensión.
Ya con eso basta para advertir que el propósito era fracasar en el operativo.
Pero hay más.
Para completar el sabotaje, se desmanteló en Culiacán la “seguridad” por parte de las fuerzas armadas.
De las policías estatal y municipal ya sabemos que por sus complicidades no pelan un chango a nalgadas.
Hasta poco antes de ese culiacanazo se tenía en la capital sinaloense una brigada completa de 3 batallones con 3 mil 500 elementos bien equipados.
Recordemos que en un desfile por la avenida Álvaro Obregón nos presumieron poderosos aviones y helicópteros.
Pero por órdenes del entonces presidente -de quién más-, se desmanteló esa brigada.
Poco antes del operativo para “apresar” a Ovidio, mandaron un batallón a Durango y otro a Michoacán.
Se quedó en Culiacán el tercer batallón de fuerzas especiales, que acababa de llegar y no conocía bien el territorio.
Información de primera mano, desde dentro de las mismas fuerzas armadas del estado.
El culiacanazo era noticia nacional y el presidente estuvo durante varias horas casi en calidad de “desaparecido”.
Luego confesó que “para evitar una masacre”, ordenó que se liberara a Ovidio Guzmán.
El súper hipócrita se presentó como un héroe que le salvó la vida a gran número de civiles inocentes.
Dato relevante del “operativo” del 17 de octubre del 2019 es que el gobierno mexicano actuó por la presión de Estados Unidos.
La DEA reveló la ubicación real del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Tenían que hacer algo para no seguirse exhibiendo como cómplices.
Se aceptaron muchos “errores”, que hoy sabemos fueron con todo propósito.
Desde un principio, la intención fue de permitir que el cártel de Sinaloa respondiera con todo su poder.
Accesos a la ciudad bloqueados; calles y puentes cerradas; gran cantidad de vehículos incendiados.
El terror a todo lo que da, con las caravanas del narco tomando por asalto la ciudad con algunos elementos de seguridad enviados a simular y hasta a sacrificarse.
La seguridad oficial fue desmantelada, en aras de los abrazos al narco y los balazos al pueblo.
Y los cínicos de morena nos siguen diciendo, dizque muy indignados, que ellos no hacen pactos con criminales.
LOS ATOLES CRIMINALES DE LA NARCOPRESIRVIENTA
Con el notición de que sesionó ayer en Culiacán la “mesa nacional de seguridad”.
Ya podemos descansar tranquilos, mientras los criminales sufren ante tan duro embate del gobierno.
En la convención nacional de morena, este partido “cerró filas” con la narcopresirvienta.
Por si hay quienes todavía dudan de que en la cuarta putrefacción se protege con todo a los criminales.
Bola de rufianes, hipócritas.
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