Doña José, buscadora de tesoros

No tengo idea de su apellido, solamente sabía que era viuda de alguien que fue capitán de puerto de Topolobampo y muy amiga de la dueña del Restaurante el Gordo y el Flaco de la ciudad de los mochis que era nuestra segunda oficina.

Allí la conocí, y en una de sus platicas, salió a luz que su hobby era la búsqueda de tesoros y que contaba con equipo especial para detectar metales y personas a su servicio para que realizaran las excavaciones.

Claro que me causó impresión que una mujer tuviera esas actividades. Por su dicho, los trabajos se hacían de noche y en realidad nunca supe el porqué de la hora.

De las once para adelante, decía la señora.

La curiosidad siempre presente me hizo preguntarle si tenía en su haber algún o algunos hallazgos y su respuesta fue directa y sorprendente.

“Claro que si mi Lic.”

Soy fanática de buscar tesoros y mis hallazgos han valido la pena”

Mientras otros duermen, yo busco sin cesar donde hay posibilidades de que hay algo escondido.

La mayoría de las veces no encontramos cosas que valgan la pena, pero en otras, los esfuerzos son muy bien recompensados.

Creo que me enseñó una moneda de oro producto de sus esfuerzos nocturnos.

Muy agradable la señora y nada de reservada sobre su hobby.

No me dijo fechas en que se metió de lleno a la búsqueda de guardaditos que nunca fueron descubiertos por familiares o amigos del que protegió su patrimonio, poniéndolo a buen recaudo de los extraños que nunca faltan.

Es la única mujer de la que tengo referencia como buscadora de tesoros y además de éxito.

Conozco a otra persona del sexo masculino y de cierta amistad conmigo, que se dedica sin reservas a la búsqueda de entierros.

Lleva varios hallazgos y de bastante cuantía.

Me platicó parte de su vida y la manera en que hizo su fortuna y el por qué se hizo devoto buscador de tesoros.

Vuelvo con Doña Jose, muy agradable la señora y a estas alturas ya debe de haber fallecida.

Cuando trataba el tema, su platica era de mucha seriedad y recuerdo que uno de mis amigos le jugó la broma y la hizo llegar con equipo y varios escarbadores al restaurante y jamás se apareció.

Broma de mal gusto y que le costo dinero a la señora.

Me lo hizo saber con coraje y sentimiento en contra del bromista para que yo le hiciera llegar el mensaje.

A los buscadores les gusta la noche para llevar a cabo las faenas.

No tengo idea si es por superstición o por causa de que hay más facilidades para la escarbada sin que nadie se dé cuenta.

Conozco algunas historias de Los Mochis.

Una de ellas, supuestamente sucedió cuando se hicieron excavaciones en el crucero de la Independencia y Leyva.

Dicen que algunos trabajadores abandonaron las maquinas y no se volvió a saber de ellos jamás.

Una moneda que dejaron tirada en el lugar fue el indicativo de lo que había sucedido con ellos y sus actividades de excavación.

Cierto o falso, pero así lo cuentan.

En mis manos he tenido centenarios que se adquieren en los bancos y otros que son comprados a particulares.

No he participado en la búsqueda diurna o nocturna de los supuestos entierros de que tanto se habla en los pueblos.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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