Culiacán está prácticamente sin obras públicas, con un alcalde que en realidad es empleado del narco.
La única gracia que algunos le reconocen es ser ahijado del dictador que desgobierna Sinaloa.
El gobernador Rubén Rocha Moya quiere mucho al alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil, y éste le corresponde.
Dirían los criminosos que hay amor excesivo, pero no nos metamos en esas cosas porque todos tienen derecho a ser felices como mejor les parece.
Y así como Rocha Moya es empleado del Cártel de Sinaloa en toda la entidad, Gámez Mendívil hace lo propio en la ciudad capital.
Si no fuera por una que otra obra financiada desde el gobierno estatal, el ayuntamiento culichi se las viera en ceros.
Se cacarean las pavimentaciones y demás como si fueran casi la octava maravilla del mundo.
El punto es que no hay obra pública importante.
Por eso reparten atoles de que se trabaja por el bienestar de los más pobres, sin obras de relumbrón.
La realidad sepulta lo que Rocha y Gámez presumen.
En el municipio los servicios públicos presentan deficiencias muy notables.
Como las suspensiones continuas, aquí y allá, en el servicio del agua potable.
De la recolección de basura y el alumbrado, las quejas están a la orden del día.
Fallas continuas en la operación de los semáforos.
No se ven las nuevas vialidades importantes, más allá de una que otra callecita pavimentada.
Y en lo que más preocupa a muchos, que es la seguridad pública, Culiacán está en el más terrible de los abandonos.
Cientos de asesinados; robos en domicilios y en negocios; y despojos de vehículos por montón; viviendas y vehículos incendiados, con la prevención policial brillando por su ausencia.
Los criminales hacen lo que se les pega la gana, porque el presidente municipal es empleado del cártel de Sinaloa.
Con la puntualización de que esto de la criminalidad y la violencia es un problema nacional.
Todo el país sufre lo mismo, lo que para nada es consuelo.
Esos que prometieron darnos paz y tranquilidad desde el primer día del gobierno, van a cumplir siete años de abrazos a los malos y balazos a los buenos.
EL BUQUE CHOCÓN, OTRO FRACASO CRIMINAL
No ganamos para vergüenzas, ahora con el choque del Buque Escuela Velero Cuauhtémoc con el puente de Brooklyn, en Nueva York.
Dos jóvenes muertos y 22 heridos, era hasta ayer el saldo oficial.
Con la hipócrita presidenta de la república emulando otra vez a Pilatos.
Hemos visto a doña Claudia exigir explicaciones a los demás, pero en este caso nos informan que la investigación quedará reservada.
Pero nadie les quita la irresponsabilidad criminal, ni el ridículo.
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