Culiacán quiere su libertad

Pero no bastan las palabras de la presidente Claudia Sheinbaum o de los operativos de las fuerzas federales al mando de Omar García Harfuch.

Se necesita aprehender a uno de los contendientes de esta guerra o de plano a los dos cabecillas.

Archivaldo y el Mayito seco son dos puntas muy afiladas que mantienen a Culiacán y gran parte de Sinaloa en suspenso.

Estuvieron a punto de atrapar al primero y se les escapó al más puro estilo de la casa.

Los túneles del Chapo Guzmán siguen siendo la mejor opción para evitar ser capturados.

Archivaldo es un fiel seguidor de las costumbres de su señor padre.

Se les pela, gracias a sus excavaciones.

Del Mayito seco no tenemos noticias.

No sabemos si vive en Sinaloa o fuera de nuestras tierras.

Pero su fuerza se hace sentir y parece debilitar con sus acciones a su encarnizado enemigo.

¿Quién caerá primero?

No lo sabemos y mientras tanto nosotros somos los perjudicados.

Culiacán entero quiere la paz.

Levanta las banderas blancas y no hay resultados.

Los negocios de comida y bebida tienen sus horarios hasta las cinco de la tarde.

De ahí en delante es a riesgo, y de mucho riesgo por cierto, de los que anden de vagos.

Policías secuestrados y asesinados.

Jóvenes desaparecidos para lograr dinero o de plano para matarlos.

Empresarios ametrallados en sus unidades blindadas.

No sabemos sus actividades pero el blindaje los ha salvado de morir.

Ya no hay las sabrosas veladas con exquisitos platillos y deliciosas bebidas con alcohol o sin Alcohol.

Desayunos y comidas y punto.

Es la herencia maldita del bueno para nada de Andrés Manuel López Obrador y su nefasta política de abrazos y no balazos.

Bueno para nada en materia de seguridad.

En la grilla, es verdadero genio.

Es cosa que le reconozco y le hubiera alabado si nuestra economía no estuviera tan maltrecha y la salud tan precaria.

Escogió ser grillo y le funcionó electoralmente.

Culiacán quiere vivir en paz y hace los esfuerzos necesario pero necesita de la fortaleza del Estado.

Se elige a gobernantes para que nos protejan y eleven la calidad de vida de todos nosotros.

No queremos el zumbido de las balas en nuestro alrededor.

Queremos libertad.

Es el grito de Culiacán.

No merecemos estar prisioneros por la guerra delincuencial.

Somos históricos histéricos.

Quiero disfrutar lo que me quede de vida.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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