Sobre el Camino

Cuén: el amigo sinaloense…

No lo consideramos una persona extraordinaria, ni tampoco un fuera de serie, solo es una persona común a los mortales, con ideas simples, decidido, hombre de palabra. Cuén ha llevado una vida sencilla dentro de la política, tampoco hay monumentos y calles dedicados al maestro en ciencias, y lo más probable, a mi criterio, su nombre no quede olvidado ante el pueblo sinaloense, pero lo sentimos muy “A gusto”, como alguien que ha tenido éxito y logros en la vida privada y pública, lo vemos bien, tal vez como nunca antes.

Cuén ha tenido que separar a su familia de asuntos que tienen que ver con la política, sin embargo, su esposa y compañera de fórmula, Angélica Díaz de Cuén, lo acompaña como fruto sólido y le hace compañía al éxito en el que se han encaminado para buscar y diversificar el bien común de la sociedad sinaloense, pero que aman su trabajo y a sus hijos y nietos, donde encuentran el motivo o excusa para dedicarles su tiempo y entregarles parte de su corazón, y eso para Angélica y Héctor, considero, es más que suficiente.

Cuén le han sucedido cosas que no se merecía dentro del campo de la política, entre errores y aciertos, pero sus retos y su terquedad le han enseñado que es más fuerte de lo que cree, y mírenlo, aquí está luchando para que un día las circunstancias y condiciones políticas le brinden la oportunidad de llegar al escaño político más importante de Sinaloa, siempre listo para la próxima batalla.

Cuén tiene la edad suficiente para no estar pendiente de muchas cosas, sin embargo, no tiene por qué aclararle a nadie lo que sus logros le han brindado a base de tesón y ahínco. En este momento de su vida política tampoco debe preocuparle si lo quieren o lo odian, es normal en política, vive su vida sin hacerle daño a nadie.

Cuén debe saber que hay mejores que él, sin embargo, no compite con nadie, corre su propia carrera, porque si algo le ha costado al ex rector de la máxima casa de estudios (UAS) es que a veces las personas que no coinciden políticamente con él, es porque la amistad y circunstancias se construyen mucho antes.

Cuén ha experimentado que no es ajeno a pleitos estériles, todas las cosas que tienen algo de dificultad, que parecen imposibles las traduce con el paso del tiempo, a mi juicio, eso le ha dado dulces salidas a muchas amargas dificultades.

Cuén disfruta su momento y consideramos que le da gusto que le vaya bien a los demás, Incluyendo a sus detractores, el sol sale para todos, la vida no es una competencia, es una bendición de Dios.

Cuén es un hombre feliz, porque no tiene una imagen falsa que mantener, lo que ven, es lo que hay, algunos días son increíbles, otros no son tan placenteros, pero mezclando la tolerancia, el conocimiento, el impulso, el entusiasmo, exigiéndose siempre con sencillez, congruencia, serenidad, aplomo, sensatez, eficacia y eficiencia.

GOTITAS DE AGUA:

 

Ya veo a Cuén el 24 y 31 de diciembre, sentado solo, con el celular en la mano, viendo como toda su familia son felices en sus sagrados aposentos decembrinos, quizás alejado un poco del bullicio, dándose cuenta que hay personas que no dan un paso por él, tal vez la amistad no sea la mejor ya que algunos actores políticos han tomado caminos distintos, pero jamás dará la espalda en momentos difíciles, porque aquí aplica, en la vida hay tres tipos de personas que se olvidan de ti: los malagradecidos, los que ya no te necesitan y los que nunca te quisieron.

Para Cuén, nunca ha sido demasiado tarde para valorar a un militante de su partido político de pensamiento (Centro – Izquierda) que le ha abierto brechas en el territorio estatal incluso nacional, determinando que no se encuentra una misma persona dos veces. Cuén, a mi juicio, desde hace mucho dejó de creer en promesas, ahora solo cree en sus acciones, porque una cosa es decir y otra cosa muy diferente es hacer.

Cuén lo quieren y lo odian sin importar lo que la historia política decida. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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