En México, el VIRUS denominado “CORONADOLAR” que genera la terrible y mortal enfermedad de la violencia, sufrió una repentina mutación, generando graves y diversas reacciones entre la población nacional.
Esta epidemia social nos había mantenido estables y supuestamente alejados de sus consecuencias, al grado de haber llegado a considerarla endémica.
La recomendación de las autoridades mexicanas, para evitar consecuencias de la cada vez más peligrosa enfermedad, era mantener una sana e importante distancia de quienes son portadores del virus de la agresividad.
Reforzando esa sugerencia, los especialistas en la materia habían recomendado a la sociedad no temer de quienes son portadores del CORONADOLAR, toda vez que ellos no atacan a personas que se mueven en círculos sociales distintos a los suyos.
“Los contagiados” solo atacan a quienes les dan motivos, así es que, si tu no afectas sus intereses, y no te cruzas en su camino, nada debes temer”, había sido siempre el consejo que todos asumimos.
Pero dice el refrán que no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante, y ese añejo legado de tintes filosóficos, pareciera haber sido trastocado.
El CORONADOLAR, se ha encargado de demoler esa hipótesis que nos aseguraba que con una sana distancia de los infectados, nada habríamos de temer.
Los ataques a ciudadanos comunes y corrientes en diversas ciudades de Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Baja California por parte de grupos armados vinieron a dibujar un escenario distinto al que todos conocíamos y que incluso, hasta nos habíamos acostumbrado a verlos con cierto grado de normalidad.
La realidad es que el virus del dólar mutó y arrojó a nuestro paso una nueva cepa más virulenta, agresiva y mortal.
Una cepa que surge con efectos secundarios de mayor agresividad para la indefensa población.
Una población que había permanecido ajena a los portadores de ese virus letal de la violencia, y que han sido muchas veces reconocidos, etiquetados, y protegidos por el propio gobierno.
APUNTAN DEDOS FLAMIGEROS EN TODAS DIRECCIONES.
Por cierto, y retomando el tema de la Narcoviolencia con una menor ironía, habría que comentar respecto a la forma en que los analistas, politólogos y toda la gama de “expertos” están abordando los lamentables hechos ocurridos la semana pasada.
Las opiniones y conjeturas están siendo expuestas desde diversas ópticas y vertientes, aunque en la búsqueda, según dicen, de señalar el origen de los hechos ocurridos, e incluso tratando de ubicar a los posibles responsables.
Lo cierto e interesante es, que no hay una coincidencia respecto a la forma en que el problema está siendo analizado por los expertos en la materia.
Las opiniones se han dividido, generando una especie de guerra mediática en la que desde diversos flancos se lucha por descargar la responsabilidad de la crisis de seguridad en el bando contrario a los intereses, ya sea políticos o económicos de cada parte.
En el caso de ésta columna, he decidido, más que adoptar una postura personal, de transcribir mejor, algo de las opiniones que he podido recoger en los diversos medios de comunicación que considero serios y éticos.
ESTRACTOS DE LO QUE OTROS OPINAN.
1.- Muchos culpan al gobierno de AMLO de haber fallado en su lucha contra la narcoviolencia, y de haber sido rebasado ya por la fuerza de los violentos grupos criminales.
SUS ARGUMENTOS.- Los que así piensan, basan su razonamiento en la fallida estrategia de abrazos y no balazos, instrumentada por el gobierno federal.
Dicen los inconformes que éste mecanismo de presunta pasividad mostrada por el gobierno federal en su lucha frente a los grupos criminales, solo ha servido, por un lado para la burla y el escarnio de la sociedad para con el gobierno de la república, y por otro, para envalentonar a los grupos de delincuentes y atacar con mayor grado de impunidad a la sociedad.
2.-Otros tantos aseguran que se trata de un complot orquestado desde los grupos radicales de derecha en complicidad con los cárteles de la droga para desestabilizar y quedar en la espera del momento oportuno para descarrilar al gobierno de la Cuarta transformación.
SUS ARGUMENTOS.- Los que piensan de ésta manera, son los aliados del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes desde su óptica política, observan un posible acuerdo criminal entre los grupos del narco y los llamados conservadores.
El periodista y escritor Epigmenio Ibarra, es de los que no descarta la hipótesis de un acuerdo criminal entre los hombres que dan vida a la narco política que impera en México, en aras de destruir, asegura, al Presidente López Obrador.
3.- Pero no faltan los que consideran que la escalada de violencia generada durante la semana pasada en las ciudades más importantes de cuatro estados de la República, podrían haber sido perpetrados desde el mismo gobierno de la República, para desviar la atención de la ciudadanía respecto a otros temas políticos y de gobierno que está enfrentando la administración de AMLO.
SUS ARGUMENTOS.- El ala de las opiniones que en ésta guerra mediática orienta las culpas hacia el propio gobierno de la Cuarta Transformación, basa su razonamiento en la posibilidad de que desde las entrañas del gobierno se haya diseñado una cortina de humo para olvidar a los mineros sepultados en Coahuila, así como la cada vez más complicada obra del Tren Maya, sin descartar las complicaciones en que han caído las negociaciones del T-MEC.
4.- Otra vertiente de las opiniones que la guerra mediática ha generado a lo largo y ancho del territorio nacional por tan lamentables hechos de violencia, apuntan a la posible injerencia del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
SUS ARGUMENTOS.- Los que dan vuelo a ésta hipótesis, se basan en la vieja idea que anida en el ánimo de las autoridades norteamericanas de saltar la cerca de nuestras fronteras e intervenir de manera directa en el combate al narcotráfico.
Los que alientan esa idea la argumentan en la reiterada acusación que el gobierno de la nación vecina nos ha dirigido al considerar que en nuestro País ha sentado sus reales el Narcoterrorismo.
Es evidente, dicen, que los actos criminales ocurridos en los últimos días en varias ciudades de México, servirán al gobierno gringo para sustentar su hipótesis de que en México estamos viviendo actos de terrorismo.
E innegable es también, que los actos violentos ocurridos ofrecen al gobierno de USA la coyuntura para dar el salto invasivo de sus tropas y trastocar la valla fronteriza bajo el pretexto de garantizar la seguridad de sus fronteras.
Y es que, el hecho de que los “narco-bloqueos” hayan llegado a las puertas de las fronteras norteamericanas, como son Tijuana, Mexicali, Ensenada y Rosarito en Baja California, no es un hecho que para los gringos resulte inadvertido.
Lo dicho, ante la escalada de la violencia en nuestro País, lo que sobran son hipótesis y múltiples conjeturas… Por lo pronto, yo solo diría que; Nos vemos enseguidita.
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