Con mucho ánimo, recibí ayer oficio de la contundente recomendación de la CEDH contra la UAS.
El diferendo se mantiene por la necedad y la desvergüenza de un rector que se niega a cumplir con lo que la constitución señala.
Mi reconocimiento al profesor Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Sinaloa, que se esforzó en sus intentos de lograr un acuerdo de conciliación.
La universidad maromeó de lo lindo para negarme el derecho de réplica que la constitución me concede, y sólo les faltó decir que “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
La recomendación número 4/2025 de la comisión consta de 27 páginas.
Hechos, evidencias, situación jurídica, observaciones y recomendaciones.
Como conclusiones, el derecho de réplica como derecho humano violentado, y como hecho violatorio acreditado la negativa a otorgar el derecho de réplica.
Tremenda trapeada la que recibió el abogado general de la UAS, Alfonso Carlos Ontiveros Salas, que en las dos reuniones en las que se buscó un acuerdo de conciliación se la pasó dando “clases” sobre lo que el derecho de réplica es o debe ser.
Otra barrida la que sufrió el titular del programa “Punto universitario”, Wilfrido Ibarra Escolar, quien afirmó que lo que dijo en Radio UAS son asuntos personales y que en eso deben quedar.
En la recomendación, el presidente de la CEDH Sinaloa advierte que “la Universidad Autónoma de Sinaloa, así como el personal que participe en ella, deberá reconocer y asumir, de acuerdo con sus respectivas competencias, las consecuencias legales que se deriven del manejo de la información y la opinión de los programas creados, producidos y transmitidos al aire” en Radio UAS.
Para rematar, la advertencia de que “se tiene claro que AR1 (autoridad responsable) al estar frente a un micrófono como titular del programa ‘Punto universitario’. Transmitido por Radio UAS, que pertenece a la Universidad Autónoma de Sinaloa, es un servidor público de dicho organismo”, y “es por ello que esta Comisión Estatal reprocha a AR1 su actuar omiso al negar el derecho de réplica a QV1 (quejoso/víctima)”.
Con la raspada del mueble a quien todos sabemos es el responsable principal.
La orden de negarme el derecho de réplica fue del rector Jesús Madueña Molina.
Falta saber si la universidad corregirá, o si se mantendrá en la necedad de pisotear la legalidad.
A la UAS le ha valido porque las recomendaciones de Derechos Humanos no son vinculantes.
No hay obligación de cumplirlas, pues.
Se pueden brincar la recomendación, a pesar de su contundencia, pero son varios los riesgos que se corren, además de la exhibida.
Por parte de la CEDH, hay una atribución muy importante del presidente Óscar Loza.
“Comunicar al Congreso del Estado sobre el no cumplimiento o no aceptación de las recomendaciones emitidas”.
Lo anterior, “a efecto de que llame a comparecer a la autoridad o autoridades responsables a explicar su proceder”.
De quien esto escribe como quejoso perjudicado, acudir a instancias legales que correspondan.
Y ya me conocen: es un asunto de verdad y de justicia, y voy hasta donde tope.
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