Como hemos estado advirtiendo, quedó confirmado ayer que AMLO solapa los ataques de Rubén Rocha Moya contra la UAS.
Los acuerdos dados a conocer por la universidad evidencian que el gobierno les volvió a dar atole.
El “logro” de que la Secretaría de Gobernación será vigilante de los procesos judiciales locales contra la UAS, es un chiste que se cuenta solo.
Ninguna duda queda al ver a Rocha Moya con la misma actitud que antes de la reunión, sin el menor de los cambios.
La cantaleta de “ay mamá que yo no fui” y el evidente rechazo de bajarle a los ataques.
El partido de la cuatroté expresó en un comunicado público que “es tiempo de poner fin a la corrupción que ha prevalecido en la Universidad Autónoma de Sinaloa”.
Claro cierre de filas a favor de Rocha y en contra de la universidad.
Hay que estar taradísimo para creer que Rocha, Morena y casi todo mundo en Sinaloa le juega las contras al presidente de la república.
Todos ellos están de acuerdo, y el llamado presidencial al diálogo es otro de los engaños.
Puros fingimientos de quien sin tapujos nos advirtió que “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
El mismo autoritarismo de Rubén Rocha, con sus curvitas a la constitución.
Vuelvo a decir que en la UAS no entienden que no quieren entender.
No estoy seguro si se sienten victoriosos del compromiso federal a favor de la legalidad, o si no encontraron otra salida menos peor.
Entre la ingenuidad y el pendejismo hay una rayita muy pequeña.
No parecen darse cuenta de dónde han estado, y peor aún ni siquiera saben bien a dónde van.
Discrepo de quienes aseguran que fracasó por completo la manifestación de los contras enviados por Rocha Moya a la Ciudad de México.
Cierto que no les permitieron acercarse a los que se manifestaron en apoyo a la UAS.
Fue parte del show.
Considero que el gobernador salió victorioso, y se lo explicaremos a nuestros lectores.
Fueron varios los propósitos, todos cumplidos.
Se presentó el supuesto de una universidad muy dividida, con “universitarios” que exigen no más corrupción, además de elecciones para elegir rector, directores y consejeros.
Las comillas son porque entre los contras se identificó a varios que nada tienen que ver con la UAS.
Empleados del gobierno llevados por la fuerza y gente contratada ahí mismo en la Ciudad de México.
El tema central de estos lambiscones e infiltrados fue contra el odiado enemigo del gobernador, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Algunos medios de comunicación arrodillados al poder refirieron “miles” de participantes y pusieron énfasis en que lomo le hizo falta al maestro Melesio.
En resumen, Rocha impuso su narrativa llena de mentiras.
Esa percepción que se genera en la suma de dos factores: el dispendio de los dineros públicos y la falta de una estrategia más efectiva por parte de quienes dirigen la universidad.
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