¿Camarada presidente, o simplemente camarada?
La dictadura a la vista y sin posibilidad de retorno.
Como el aceite, tres poderes concentrados en uno.
Nuestros vecinos del norte, muy pendientes, pero enfrascados en su propia elección.
¿Aguantarán la vecindad de un país del corte de Venezuela?
¿Sostendrán los tratados de libre comercio?
¿Cerrarán sus fronteras a nuestros productores?
¿Dejarán pasar los envíos de nuestros paisanos a sus familiares que viven en México?
Claudia Sheinbaum estará en el trono desde el primero de octubre y esperará saber si gana Trump o Kamala Harris.
Agárrese Claudia si el triunfador es Donald Trump.
Es peor que tener a un lado al señor Andrés Manuel López Obrador.
La soberanía se la pasa por el arco del triunfo y no hay manera de blindarse ante tal individuo.
De una u otra forma, los ciudadanos mexicanos seremos los perdedores ante un gobierno de las dimensiones que tendrá nuestra camarada o presidenta.
No será Maximato.
Tampoco Porfiriato.
Es nuevo género que desconocemos.
No se espera nada bueno o bondadoso.
Las garras las tienen muy filosas.
Me dicen:
No te preocupes Cossío, nada puede ser peor que el gobierno de Andrés Manuel.
Quisiera creerlo y cruzo los dedos de pies y manos para que así sea.
“Escalando la montaña y rodando en la bajada, espero llegar al plano, con raspones en el cuerpo, pero la mente blindada”.
“Que le cuesta a doña Claudia, darnos la seguridad, que será una gobernante, sin visos de mezquindad”.
“Ya tuvimos suficiente, de tanta perversidad, del que habitó por seis años, en Palacio Nacional”.
“Al rodar por la montaña tuve una fijación, de mandar a La Chingada, al que nos fingió nobleza y nos cubrió con terror”.
Hasta mañana.
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