Inesperada pero bienvenida la cínica y brutal confesión de lo inservibles que son en el gobierno para enfrentar al crimen organizado.
Contra los otros datos llenos de mentiras, la descarnada aceptación de la realidad.
Y lo dijo ni más ni menos que el máximo jefe del Ejército en Sinaloa, general Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar.
Ante la pregunta de un reportero sobre cuándo volverá la normalidad en nuestro estado, su respuesta fue demoledora.
“Queremos que sea lo más rápidamente posible, pero no depende de nosotros. Depende de los grupos antagónicos, que dejen de hacer su confrontación entre ellos, y que estén dejando a la población en paz para que viva con tranquilidad”.
Luego de tan tremenda zurrada y el escándalo que naturalmente provocó, alegaron que no dijo lo que dijo con el clásico pretexto de que esas palabras fueron sacadas de contexto.
Con el problema de que todo quedó debidamente registrado con audios y con videos.
La brutal confesión fue contundentemente clara.
Una sola explicación existe, por más maromas que intenten dar.
Para las fuerzas armadas, lo normal son los abrazos porque saben que el crimen organizado es parte del gobierno.
Las órdenes del presidente, públicas, son respetar los derechos humanos de los delincuentes.
Sobre cuándo regresaremos a la normalidad, es menester ampliar de nuestra parte la respuesta.
Sucederá cuando uno de los bandos del cártel derrote al otro, o cuando pacten una nueva distribución de sus cotos de poder que, obvio, beneficiará a la parte que esté ganando la narco guerra.
El gobierno seguirá simulando, y rogará que les ayuden con algunos montajes en los que presumirán los exitosos operativos oficiales.
Con el gobierno no contamos, y los sinaloenses debemos seguir aguantando, casi en estado de sitio.
Con la angustia de miles de familias que viven en el terror, encerrados o con el miedo de que algo les pueda suceder a quienes tuvieron que salir de sus casas.
Esos de la putrefacción de cuarta sólo han servido para mentir, robar, traicionar y asesinar.
Y todavía vemos aplaudidores que califican al engaña tarados de López Obrador como el mejor presidente, hasta el infinito y más allá.
Cuánto me dueles, México.
ESPOSA DE VÍCTOR HUGO ME VA A DEMANDAR
Por si creían que se me olvidó, déjenme decirles que no.
Estoy esperando que la esposa de Víctor Hugo Aguilar Gaxiola presente una demanda en mi contra.
Que al señalar a su marido como traidor y como acosador, también afecté la honra de la señora.
A su exigencia de que revele mis fuentes informativas o me atenga a las consecuencias, me atengo.
Me dará mucho gusto declarar y abundar en tribunales.
Ojalá se anime; si no lo hace pronto, le seguiremos donde nos quedamos.
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