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Institucionalidad y competencia para el cargo

La exigencia de atributos de independencia para esa que ha sido instancia del Poder Ejecutivo toda la vida, aunque depositaria de la histórica función del Ministerio Público… la multicitada y célebre ‘representación social’ del ciudadano, ha dado lugar a cambios de todo tipo: superficiales, de fachada; aunque también de fondo; profundos, al centro mismo del fundamento legal… no solo en las formalidades. Instancia que por cierto, se llamó muchos años Procuraduría General , hoy Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Tal exigencia de actualización y modernización, ha dado lugar entre otras cosas, a una mayor transparencia en las acciones de todos y cada uno de los funcionarios que intervienen en los protocolos de actuación policial, de control de detenciones y de la propia cadena de custodia, imprescindibles para sustentar acusaciones sólidas contra cualquier responsable o causante del delito en la entidad y, por tanto, para la preservación de la legalidad en la materia penal. Pero al mismo tiempo, ha desencadenado un afán de mayor exigencia ciudadana, al desarrollo personal, profesional y humano de todos y cada uno de los servidores públicos que intervienen en el procedimiento penal, como seres con necesidades de toda índole que son, expuestos a los riesgos de la violencia y la inseguridad pública a cada momento de su actuación. Individuos que han sido subestimados en sus necesidades laborales y afectivas, que han resentido la crudeza de todo un proceso de modernización y eficientización por competencia… como en muchas áreas laborales a nivel mundial. Hoy, por ejemplo, debido a las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública local y del propio ordenamiento que da origen a la nueva figura, la llamada Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la profesionalización del servicio y los criterios para la selección como para la permanencia del personal de esa Fiscalía General, se han vuelto más exigentes y congruentes con la nueva realidad que afrontan tanto el estado como el país en general: De los 4 mil 053 aspirantes a integrar el cuerpo de Agentes del Ministerio Público, sólo 180 serán los elegidos derivado de los filtros aplicados. No obstante, aún con estas nuevas plazas, falta más personal. Y es que en los últimos años hemos atestiguado con cierta resiliencia, que la capital de la república y su zona conurbada, ya no están exentas de la presencia del narcotráfico y la delincuencia organizada, como durante décadas sí lo estuvieron y solo eran algunas regiones del país las azotadas por ese flagelo… las cosas han cambiado; por lo que se hace necesaria la inversión en ese rubro presupuestal; se necesita más personal y mayormente capacitado. Hoy, por lo que toca al Estado de México, se cuenta con ese gran instrumento que es el marco jurídico y la consecuente actualización para su desempeño legal, de la Fiscalía General de Justicia del Estado. La urgencia por contar con funcionarios y autoridades preparadas para asumir las grandes acciones de Gobierno y de la vida cívica o colectiva en la entidad mexiquense en los rubros de la seguridad pública y la procuración de justicia, se ha vuelto indispensable. En ese marco referencial se inscribe la llegada a la dependencia del Fiscal General José Luis Cervantes Martínez, desde marzo pasado. Un servidor público con amplia preparación en el ámbito penal y constitucional, que tiene además, algo que ha faltado en los últimos procuradores y fiscales, tanto del Estado de México como, incluso, a nivel nacional: es un funcionario que además de ser innatamente hábil para la investigación y el liderazgo en las tareas de campo, se ha preparado y ha recibido la capacitación necesaria para volverse competente, en base a sus habilidades. Se dice fácil y pudiera aparentar ser esta frase una simple lisonja… pero no la es: Habilidad es la capacidad que tiene un individuo para realizar una tarea; la Competencia es la forma de realizar esa misma tarea pero con notable destreza, experiencia o maestranza. Esta última se desarrolla con el adiestramiento… la práctica especializada. José Luis Cervantes trae ese perfil en la genética; es imposible que lo niegue o lo esconda… “lo que se hereda no se hurta”. Es hijo del General Enrique Cervantes Aguirre, un soldado de pies a cabeza; disciplinado, ordenado, respetuoso de la legalidad y fiel a las instituciones del país, durante su alta responsabilidad en el sexenio del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000). Pero Cervantes Martínez ha construido en base a su propia experiencia, su diagnóstico para la dependencia. Una experiencia de muchos años a su paso por diferentes instancias de la propia dependencia que hoy encabeza, donde ha ocupado en el organigrama, desde los puestos más modestos hasta los más delicados y comprometidos: En 2010 fue nombrado como subprocurador regional de Justicia en Tlalnepantla y muy rápido ascendió al cargo de subprocurador general de la entidad, hasta 2013. Esto ocurrió durante el último tramo del sexenio de Enrique Peña Nieto. Con la llegada de Eruviel Ávila Villegas fue propuesto por el Ejecutivo como magistrado penal, con sede en Tlalnepantla en junio de 2016 por un plazo de 15 años que vencen en 2031. En 2019 fue cambiado de adscripción al distrito de Texcoco. La competencia adquirida por el Fiscal José Luis Cervantes, es producto de muchas de sus habilidades y también de la combinación con numerosos adiestramientos para el trabajo de campo: Hábil para la resolución de conflictos, porque posee cierta habilidad innata para la crítica y la autocrítica; posee esa inteligencia emocional para motivar al trabajo en equipo; ha desarrollado la creatividad a lo largo de su carrera, gracias a esa habilidad cultivada de la orientación al logro; entre otras. Cervantes Martínez, según lo que comentan colaboradores cercanos que le conocen desde sus inicios en las dependencias de seguridad pública a inicios de los noventa, tiene la costumbre de apersonarse de madrugada en las llamadas “guardias”, para supervisar personalmente en las agencias del Ministerio Público y en las bases de Policía Ministerial o invstigadora del Estado de México; sabe “desvelarse” en las guardias trabajando y, en algunos casos, sabe la hora a la que llega y el nombre del muchacho que vende pan y café instantáneo en un triciclo… porque es de los que sale de la agencia a tomarse un café con pan en la madrugada con su gente, para

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Culto al Secretario de Defensa, al nivel megalomaníaco

No… cuando el presidente López Obrador trató de minimizar hace unos días desde una mañanera en el sureste, la importancia de los #GuacamayaLeaks o también llamados #SedenaLeaks, trató de nuevo de engañar a la población, lamentablemente. “A ver…¿De qué han servido los GuacamayaLeaks o el libro del Rey del Cash?… son puro entretenimiento para el pueblo!”, dijo en tono burlón. Uno más de sus desplantes tramposos para ocultar la realidad de lo que pasa en el país; del estado verdadero de un gobierno que incumple ya no solo lo que prometió en campaña, sino de lo que ha comprometido a través de su presidente ya como autoridad en los últimos 4 años, una vez instalados como autoridad. Y no… se equivoca el presidente. Sí son muy graves, sobre todo las revelaciones que están apareciendo en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional. Un mandatario que, para quitarle reflectores a esos graves problemas del país, como la falta de medicamentos en instituciones de salud pública o la incesante inseguridad pública, inventa “en el aire” compromisos y como buen megalomaníaco… hasta da plazos, fechas puntuales, que por la forma de decirlas parecen tener sentido, parecen certeras… sobre todo viniendo de alguien que tiene todo un aparato para que le planifiquen a través de calendarios y diagramas, pero no; este es un presidente que no se deja asesorar, ni ayudar por nadie… él lo sabe todo y lo puede todo. ¡Ahí están entonces las consecuencias!…. Y es capaz de inventar mentiras, de perfeccionarlas, de hacerlas cada vez más grandes sin medir las consecuencias, a fin de continuar con una burbuja de imagen falsa, de su personalidad y de su administración… es un “narcisista”, un individuo con “aires de superioridad”, de “grandeza”…. es un megalómano, al igual que todo su gobierno. “¡No hay medicinas!”, lo interrumpieron en un evento en Guerrero… “¡Pero las habrá!”, contestó… pues sí, algún día las habrá… seguramente…. Ya van cuatro años de este gobierno y no ha podido solventar ni siquiera eso. Quizá para el sexto año de gobierno ya empiece a haber medicamentos. “¡Pero las habrá!”… no pierde una pues; no acepta sus errores, sus limitaciones, ni estando con los “pobres”; les miente igual , sin conmiseración alguna. Es un megalómano…es “casi Dios”. Muchos pensamos que el último megalómano en llegar al poder habría sido José López Portillo y, difícilmente podría repetirse el caso, por la “madurez cívica” de los mexicanos… nada de eso; el fenómeno apareció más pronto de lo previsto y en un defecto del sistema, como lo es López Obrador y su movimiento… un “imprevisto” que se desatendió, se dejó crecer y hoy día, los verdaderos factores reales del poder en este país, no hallan la espátula a la medida con la cual removerlo. “Menuda” diferencia… de López a López. López Portillo era un tipo culto, para empezar; un docente de la Facultad de Derecho de la UNAM… de los mejores; amplia obra jurídica y filosófica publicada; un experto con posgrado en el extranjero en temas financieros. Un tipo que escuchaba a sus asesores, de la corriente o formación que tuviesen: estatistas o monetaristas. Un científico social que como tal, respetaba las reglas del sistema y de la realidad mundial… Este otro López es producto de la denuncia callejera… no estudió nada. Se nutrió de los “moneros” y de los acomplejados del capitalismo. Nunca supo usar una tarjeta de crédito o una chequera porque nunca trabajó en una relación contractual de tipo subordinada, con reglas; nunca tuvo horarios; nunca tuvo responsabilidades comunes, propias de cualquier mexicano; nunca pagó impuestos… que en cuanto a empezar a ser “figurita”, a nivel Tabasco, prefirió hacer sus enjuagues con “morralla”… con “cash” pues, para no dejar rastro. Le tenía muy bien tomada la medida a un país que empezaba ya a fraguar desde los ochenta, una estructura paralela a la formalidad fiscal, la “informalidad”, integrada por malandrines, vendedores ambulantes y empresarios deshonestos que navegaron en ambas estructuras del sistema. Pero la megalomanía no queda en los desplantes declarativos del presidente en este gobierno… va al terreno de los hechos. Y aunque “jure y perjure” que él ya no usa el Estado Mayor Presidencial y que, incluso, es tal su frugalidad cotidiana que, tuvo que “sacrificarse” viviendo en un Palacio para “atender su trabajo” sin contratiempos y que, si por él hubiera sido, se trasladaría a “lomo de bestia” a los estados en sus giras… pero que “desafortundamente lo tiene que hacer ahora a bordo de grandes convoys de camionetas blindadas último modelo”… aunque todo lo anterior lo pretenda presentar como algo ajeno a su voluntad, la realidad es que en este país “no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad presidencial”. Así entonces, los #GuacamayaLeaks están revelando tristemente que, los grandes servicios de corte magnánimo, faraónico, a las principales instancias de su administración se siguen presentando… y quizá “corregidos y aumentados”. Ni en los tiempos de un Hermenegildo Cuenca Díaz, un Félix Galván López o del mismísimo Arturo Durazo Moreno, generales titulares de la Sedena los dos primeros (de cuatro estrellas ambos, por disposición de ley) y titular de la Policía Metropolitana en el D. F. el último (y portador de cinco estrellas sin ser General de División como los dos anteriores, sólo por el capricho presidencial), supieron quizá lo que era tener un servicio asistencial con tanto personal y tantos recursos, como como el que se ventila ya en los archivos hackeados, que corresponden al actual titular de la Sedena. A saber: Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, tiene a su servicio a mil 155 militares de distintos rangos, entre los que destacan cuatro grupos de escoltas de siete integrantes cada uno; tres equipos de “fuerza de reacción” con un total de 21 elementos, así como 40 miembros del Ejército, divididos en ocho equipos, para el resguardo de su familia. Además, de acuerdo con el documento Ayudantía General del C. Gral. Srio. Def. Nal., con fecha de enero de 2019, hecho público por la organización de hacktivistas Guacamaya, el titular de la Sedena tiene 297 elementos del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos asignados como parte de su Ayudantía General (establecidos como Grupos de Apoyo Diverso) y otros 858 efectivos militares en distintas labores de atención. En uno de esos “grupos de apoyos

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Con un tufo escatológico

Hay un momento de ‘quiebre’ en este país, en que las llamadas clases populares empezaron a cuestionar y a denigrarlo todo. Fines de los setentas principios de los ochentas… quizá. La llama del fenómeno estuvo atizada en todo momento –y quizá fue el oxígeno que lo mantuvo vivo hasta nuestros días- por el tema económico. El sedimento de la famosa ‘pirámide social’, sobre todo en territorios urbanos, se volvió más reacia a aceptar los productos que durante el desarrollo estabilizador le confeccionó la llamada ‘clase dominante’, gracias a la masificación de la educación superior que, siendo en su mayoría de orientación ‘marxista’ por la acción de los sindicatos y de movimientos urbanos populares y de influencia agrarista, habían llegado a las aulas, a ‘enriquecer la discusión’, como se prometió en los inicios de su incorporación, para después pervertir todo el proceso educativo a nivel superior en al ámbito de la educación pública, como hasta nuestros días… salvo honrosas excepciones. De ese proceso surgió la actual clase política que gobierna el país actualmente; de esas instituciones de “educación superior”, de las que se apoderaron para nunca soltar el poder, en su calidad de “autoridades”, dirigentes sindicales y algunos otros alumnos en aquel tiempo. El responsable directo de esta ‘apertura’ para el llamado ‘proletariado’ a la educación superior fue el PRI-sistema, del que tanto renegaron y al que en todo momento juraron “a muerte” combatir… el PRI es el papá de toda esa “izquierda clandestina y rabiosa” de hace 40 o 50 años. Echeverría y hasta el propio Díaz Ordaz, son los progenitores de estos nuevos clasemedieros que reniegan del “clasismo” y de la discriminación racial… pero no salen de ‘Pabellón Polanco’ ni de ‘Mitikah’ los fines de semana o los días de quincena. Son los mismos ‘guerreros’ de mariconera y pachulí, que desde el estrado del aula, empezaban a renegar con sus alumnos, de ‘Capulina’, del ‘Chavo del Ocho’ y del ‘humorismo blanco’ en general del famoso Telesistema Mexicano (Televisa) por ser un género para ‘retrasados mentales’, según se argumentaba en esos casos: eran para “mantener al pueblo embobado… igual que las comedias o telenovelas”. Así, la crítica permanente a todo, fue el deporte más practicado desde las aulas en aquella época, no precisamente inspirada en Marx y Engels… ni Maurice Duverger siquiera, empezó a alentar el cataclismo político que se le vaticinaba no solo al PRI, sino al sistema de vida monopólico que prevalecía hasta entonces en muchas de las ramas de la vida de este país. A Televisa se le vino el mundo encima; a grandes monopolios, como Teléfonos de México (Telmex); a la CTM (como coordinador casi absoluto de la vida sindical en este país) y a muchos otros rubros que tuvieron que mostrar apertura y disposición a “compartir la clientela”. Y es que objetivamente sea dicho, el pueblo le alcanzó a ver la puntita del filo de la guadaña a su verdugo; hay que reconocerlo y decirlo con todas sus letras. El plan que tenía el gobierno mexciano ya desde entonces, era la ‘maquilización’ de la vida nacional; ya existía en los archivos del Gobierno Federal un plan para inundar de maquilas el territorio nacional, usando para tal efecto a una población más o menos adiestrada, aspirante a clasemediera y con un colchón de tiempo estimado en una generación por lo menso (30 años) para soportar el costo de ese proceso de “nearshoring”, para suplir a los países del este europeo y del  sureste asiático por su lejanía a territorio americano, que ya se había contemplado por el equipo de Antonio Ortiz Mena desde la administración de Adolfo López Mateos. Fueron 30 años de sacrificio para buena parte de la población, que empezó ganando una miseria y un porcentaje,…solo un porcentaje de esa mano de obra, alcanzó beneficios de seguridad social, médica, estabilidad laboral, etcétera… pero siguió siendo pobre. El otro gran porcentaje nunca logró salir de la pobreza. El proyecto sólo permaneció “enlatado”, archivado, hasta que, por circunstancias de la vida, “coincidencias” pues, le tocó al sobrino de Antonio Ortíz Mena (e hijo del secretario de Economía del propio López Mateos), de nombre Carlos Salinas de Gortari, implementarlo unos años después… y aquí están los resultados. Pero volvamos al tema del entretenimiento y el ‘humorismo blanco’, ahora curiosamente tan añorado por las viejas generaciones, que argumentan que la televisión solo pasa refritos de baja calidad, incluso en el género telenovelas o series y las comparan con las grandes y costosas producciones que duraban 8 o 10 meses en pantalla. Ahora, aquellos críticos de ‘melena larga’ y ‘churro jipioso’, endiosan en sus vecindades a aquel ‘Chavo del Ocho’ y a sus personajes. Les han encontrado una filosofía que nunca le vieron durante su vigencia en aquellos años… ni a Don Ramón, ni a Kiko, ni al Señor Barriga. Humorismo blanco, del que renegaron atrozmente en aulas y foros de discusión y que por cierto, ahora se hace tan necesario… Las nuevas generaciones de jóvenes están mas vinculadas a lo “vulgar”… y quizá lo escatológico, en aras de diferenciarse de los “rucos” que se carcajearon con Capulina y los guiones de Gómez Bolaños. Para ‘pintar su raya’ de aquellos que se enamoraron con una interpretación de Emanuel o con una canción de Víctor Manuel y Ana Belén… y hasta vibraron con una canción de Metallica… ¿por qué no? Ahora el reggaeton y el ‘perreo’, son la llave para acceder al mundo sensorial del arte y las narco series son el resumen de la identidad. Vamos, hasta en la política hay nuevas formas de transmisión de la afinidad. Veo con desgano una nota de la muy brillante y seria agencia michoacana “Quadratín”, como cubrió la gira de un prominente ‘presidenciable’ de Morena, el partido en el poder, donde durante su paso por Morelia la capital y donde se verifica el excelente evento de talla mundial y que proyecta a nuestro país cada año, realizado seguramente con el impulso de la familia Ramírez, originaria de esa bella ciudad, como lo es el Festival de Cine de Morelia, a Marcelo le fue entregado un ejemplar de esa bebida característica de la región llamada “Charanda”, de enorme tradición y hecha para paladares exigentes. Con el incidente a destacar que la marca, expresada en una etiqueta muy grande y vistosa, hace alusión a una palabra utilizada en

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Institucionalizar la supremacía civil: empinada meta

Un portentoso razonamiento de Enrique Krauze, materializado en un espléndido artículo de fondo publicado este domingo en diarios del Grupo Reforma, titulado “De líderes y clientelas”, motivó estas modestas líneas, que pretenden fantasiosamente incluso, descomponer la valiosa pieza periodística aludida, con algunas ideas que a juicio del suscrito, podrían complementar la base de una hipótesis compartida -no solo por el suscrito- sino por una buena parte de opinadores y comentaristas. Krauze sostiene a lo largo de su sintético pero sustancioso texto, que como país, México al igual que América Latina, corren el riesgo de arribar a una descomposición de la vida cívica a nivel tal, que alguno de estos gobiernos contemporáneos, imbuídos de algo que el politólogo llama la “ética de la convicción”, termine, por su impericia o quizá incluso como un despropósito del destino, ensangrentando la vida de esas naciones y –lo que nos debe preocupar más- específicamente , la nuestra. El articulista mexicano invoca ese atributo que hemos empezado a olvidar, que incluso apareció como temor a inicios del actual milenio entre los sectores de la población proclive a creer en las bondades de un político “providencial o mesiánico” como el que hoy nos gobierna: como la historia es cíclica, en los primeros 20 años del siglo podría presentarse en México un estallido social si no ocurre un cambio trascendental que consiga por fin el equilibrio social y el reparto justo de la ‘inacabable’ riqueza mexicana. Y curiosamente se remonta Krauze a una de las más brillantes intervenciones del sociólogo alemán Max Weber, en 1919, en una conferencia intitulada “La política como vocación” (1919), donde el estudioso hizó énfasis en la semejanza que había entre los revolucionarios de su tiempo y las sectas milenaristas del siglo XVII que anunciaban la inminente llegada de Cristo. El fundamentalismo de aquellos líderes de los albores del siglo XX, rayaba en los límites –y algunas veces los sobrepasaba- con asumir una condición de “iluminados”, lo que de entrada, así nomás, ya implicaba un enorme riesgo para la sociedad del mundo. Y así fue como se configuró el ambiente en el que detonó la “Primera Guerra Mundial” y, relativamente, la “Segunda”, como anexo de muchos de los problemas que orillaron a la Primera en la misma región del mundo: Europa central. Krauze se refiere a a los socialistas, los anarquistas y a los comunistas alemanes que se detestaban mortalmente entre sí como intelectuales de diferentes “bandos” ideológicos, pero tenían en común su desprecio a las instituciones democráticas. Ya en el poder, su acelerada radicalización -que incluyó la abolición del dinero, el caos social, la represión ideológica- alentó el ascenso del nazismo, que los borró a todos del mapa, por cierto. Ese fundamentalismo, ese simplismo para interpretar los hechos y exigir del resto de la sociedad un cambio radical, súbito y totalitario por parte de quienes buscan la renovación total de una sociedad y no su transformación razonada, paulatina, priorizada, fragmentaria, prudente, responsable, explicaron desde mucho antes el fracaso de todos estos “innovadores pensadores e incendiarios líderes” de los inicios del siglo XX. De entre estos líderes iluminados que prohijaron gigantescas “clientelas”, destaca uno que llevó al Imperio Ruso a uno de los capítulos más sanguinarios y tristes de la historia, mediante la entonces joven Revolución Rusa: el comunismo. Vladimir Ilich Lenin fue uno de esos iluminados. “Para que el discurso de un líder con esas caracterísrticas, como el de Lenin prendiera, necesitaba tener “seguidores” (psicosis colectiva) y para que estos sean útiles al propósito de dominio colectivo ideológico, tiene que ponerle ante sus ojos los necesarios premios […] En las condiciones de la moderna lucha de clases, tiene que ofrecer […] la satisfacción del odio y del deseo de revancha […] del resentimiento y de la pasión dizque ética de tener razón; es decir, tiene que satisfacer la necesidad de difamar al adversario y de acusarlo de herejía”… ¿No le parecen conocidos, estos ‘atributos’?. Y como al final terminó sucediendo, el institnto de Max Weber tuvo la razón desde antes de conocer el final de las historias (murió antes) como la del extinto Imperio Ruso, convertido en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). “Weber nunca creyó en la llamada “fe de las mayorías”, ni que fuese siquiera “subjetivamente” sincera, en la mayor parte de los casos, objetivamente, no es más que una “legitimación” del ansia de venganza, de poder, de botín y prebendas. “No nos engañemos -agregaba con sarcasmo- la interpretación materialista de la historia no es tampoco un carruaje que se toma y se deja a capricho y no se detiene ante los autores de la revolución”… Esta corrupta e inevitable burocratización desprestigiaría al socialismo por el resto del siglo”, les advirtió Max Weber… y así sucedió más tarde que temprano. La URSS se le desintegró entre las manos al poder omnímodo de la burocracia, convertida en tiranía, gracias a la fuerza de los ejércitos, para cuyo establecimiento del dominio estatal y centralizado, hubieron de registrarse miles de masacres humanas; una enorme pila de sacrificios de vidas, en nombre de la ideología y la “convicción”; en nombre de un “patriotismo infame y torcido”. La fuerza brutal –militar- empleada por Lenin, Stalin –más adelante- y el propio Adolf Hitler, para conservar el poder o el predominio de la ideología y conseguir sus objetivos en nombre de la “supremacía” (de cualquier tipo: ideológica o racial) no ha tenido parangón en la historia de la humanidad, por el daño que causaron. O incluso en la famosa y deplorable “Guerra de los Balcanes”, donde hubo además un componente religioso. En México y América Latina, no estamos muy lejos de llegar a esos niveles de fracaso como gobiernos. Muy pronto, ante la imposibilidad de someter a la población inconforme por la economía, la inobservancia de los derechos humanos y la inseguridad pública en general, cualquier líder “inspirado” de estos que gobiernan en algunos países latinoamericanos, México incluido, estaría recurriendo a la fuerza pública para reprimir brutal y cobardemente. ¿Cómo de qué no?… ¿Quién garantiza que no sea así?… ¿El ‘malhadado Peje’ que nomás porque él dice las cosas ya debemos de tomarlas por ciertas? Que porque el Ejército “es pueblo uniformado”…¿Ya por eso no va a reprimir en algún momento, máxime si se trata de ‘enemigos idológicos o electorales’ del sistema?… o del “régimenggg”, como dice López Obrador, emulando a algún tirano cubano. Todo ejército está compuesto por hombres “de carne y hueso”; sobre todo con aspiraciones legítimas, genuinas, de cualquier burócrata o de cualquier individuo que

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Eliminar al INE, otra felonía del “caudillo”

Sin disquisiciones presuntuosas ni desgastantes. Partamos de una idea que no admite ya discusión. Este presidente y su Gobierno nos pretenden “jugar el dedo en la boca”. Ya no hay lugar a dudas. Saben muy bien lo que hacen… no son precisamente aprendices de este negocio, aunque sus resultados procedan de métodos burdos y erráticos, casi siempre. El presidente es un activista venido a más; no es otra cosa. Histriónico, que “se la cree”, eso sí; con un dote histriónico especial; muy firme, sin titubeos, parece un profesional de las mentiras… No hay razón por la que tenga que concedérsele esa “autoridad moral” que reclama, como si fuera dispuesto por la Sagrada Escritura; como si realmente le asistiera esa condición que le asignan irónicamente sus principales detractores: de ser el “mesías”. El suscrito, que se asume un vago también, un vago idealista en muchos momentos de su vida, se reconoce en esos gestos histriónicos para dar explicaciones y acomodarse al posicionamiento argumentativo más conveniente, con la expresión puntual, mínima, quirúrgica, para hacer la defensa de su propia teoría del caso… de su propia verdad… vamos, de ‘sus otros datos’ pues, como lo hace todo vago profesional, que le da cuentas a una instancia de autoridad… tan acendrada, tan intrínseca, tan sobreprotectora y tan involuntariamente responsable también de moldear a todo vago, como la madre misma: “Es que yo no fui mamá te lo juro… fueron los otros los que se portaron mal… los que siempre se portan mal; yo no quiebro un plato (sino toda la vajilla)… Son los chamacos grandes los que tienen maldad, los que hicieron la travesura… yo ni sé de qué se trata eso!” (Los culpables son los del pasado). Un caso típico. Luego viene el “puchero”… hace chiquita la boca y habla en tono modosito, baja el volumen de la voz y habla pausado, de más… baja la mirada y se chiquea: “Si yo lej dije mamá, al contrario, muchachoj, pórtenje bien, veanme a mí; tomen el ejemplo para que nunca loj acusen con suj abuelaj”. …Conoce a la perfección la idiosincrasia del mexicano. Ahí espera él que esa instancia de autoridad, la madre o el pueblo en este caso lo perdone y le crea por su carita de “chamaco predestinado”. Entonces viene la pregunta “a modo” de algún palero… como la hiciera la madre cegada por el amor filial o la patria generosa (seguramente), hecha por un “Lord Molécula” o alguien de ese pelo: –“Pero ¿tú no te lastimaste Andresito?…. ¿Estás bien?… Perdóname por dudar siquiera de tí; no lo vuelvo a hacer ¿eh?… vamos, ahora vuélvete a hacer lo que estabas haciendo que “aquí está tu ingenua madre (la patria) lista para pagar todas las travesuras y daños que hagas sin cuestionarte siquiera…” Y ese es el cuento de nunca acabar todas las mañanas. No… definitivamente que no… Que le crea “su abuela” o su mamá. No tiene ninguna autoridad moral este hombre. Los dos recientes escándalos como el hackeo de archivos confidenciales a la Secretaría de la Defensa (#SedenaLeaks) y el recién publicado libro bomba ‘El Rey del Cash’, están resultando un arsenal inmenso de mentiras y que crece exponencialmente. Y mueve a risa que se ofenda, con mucha dignidad todavía, cuando dice: “No es verdad esto o lo otro que se reveló…. Lo dicen nuestros adversarios porque nos quieren dañar en nuestra imagen… están muy molestos porque lej quitamoj privilegioj”… luego sale con esa razón tan socorrida y a partir de esto, tan débil, tan poco contundente… tan inverosímil. El “espiador espiado”… el “extorsionador extorsionado”, exige pruebas ahora de todo lo que está brotando en los correos confidenciales de la Sedena sustraídos y que lo implican a él y su Gobierno, en el libro testimonio de Elena Chávez… y ¿cuando él ha mostrado la mezquindad de acusar, descalificar y hasta sentenciar sin pruebas a los que llama sus enemigos o detractores, por el solo hecho de no pensar como él?… eso sí es una rotunda y soberana deshonestidad intelectual, como calificó ayer martes en su ‘mañanera’. Ahora exige pruebas y…¿cuando acusa y descalifica sin pruebas a Loret de Mola, a Enrique Krauze, a Héctor Agular Camín, a Héctor De Mauleón, a Joaquín López-Dóriga, a Carmen Aristegui, a Jesús Murillo Karam, a Rosario Robles, al empresario Daniel Fernández, a los Claudio X. González (padre e hijo), a Francisco García Cabeza de Vaca, al propio Felipe Calderón Hinojosa y… fíjese bien, amable lector… al mismísimo Genaro García Luna?; aquí no ofrece pruebas el mandatario, solo despotrica. ¡Que porque él lo dice ya habríamos de creerle en todo ciegamente!… “¡No soy como los de antes!”… por eso la gente “nos quiere” (aunque habría qué ver los métodos y los aliados que tienen en esas elecciones que “ganan”). Nada de eso…. ¡No Señor!… Su cuenta en el Gobierno ya es regresiva… No tiene ninguna autoridad moral. Y hoy que el deporte más practicado desde este gobierno de escándalos y mentiras, es esconder un escándalo mayúsculo con otro más estruendoso, no dejo de pensar en el Instituto Nacional Electoral (el INE), uno de los pocos frutos , aunque de los más consistentes, que ha dado nuestra endeble y embrionaria democracia. Ya está en la ruta de los procedimientos legislativos la pretendida reforma electoral que acabará por darle “la estocada” política y burocrática a esos dos funcionarios serios y profesionales, a los que AMLO y su gente juraron “cuchillo en mano”, desde tiempos de promoción del voto y propaganda rabiosa en los discursos, atrofiarles su desempeño al frente del órgano electoral… y de paso su carrera política. Nos referimos a Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama Rendón. Un instituto que ha permitido que en México se den los pasos para transitar en un Estado de derecho pleno para la elección de representantes populares y de gobiernos. Que aún con limitaciones y dificultades, hay que decirlo con todas sus letras,  hoy tenemos una democracia, aunque sea incipiente, con debilidades, defectos y muchas cosas por mejorar; pero hoy tenemos un organismo autónomo encargado de supervisar los procesos electorales que en mucho ha contribuido a esa incipiente democracia. Un órgano electoral que desde su nacimiento, un 11 de Octubre de 1990, fecha en la que fue creado como Instituto Federal Electoral (IFE en aquel momento), fue el responsable de cumplir con la función estatal de organizar las elecciones federales de México, es decir, las relacionadas con la elección del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y de los Diputados y Senadores que integran el Congreso de la Unión. Máxima autoridad administrativa

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En manos de Alfredo III, la resistencia y el honor priístas

Alfredo Del Mazo Maza, Alfredo III, para citarlo en términos prácticos pero respetuosos de esa que es una auténtica dinastía de caballeros de la política mexicana –porque sus historias han trascendido las fronteras de la entidad mexiquense- tiene ante sí el arduo, pero honroso desafío de cuidar a toda una estirpe de individuos, que se han multiplicado por millones a lo largo del territorio mexiquense y que comparten una misma ideología, sustentada en una revolución trastocada en instituciones para el progreso; en un movimiento de reivindicación social que en su tiempo le dio al Estado de México, la etiqueta de “Tierra de Oportunidades” para todo el mexicano que buscó y encontró ahí un mejor futuro para él y su familia, sin importar de qué rincón de la patria proviniera; un movimiento de justicia social como lo fue quizá de algún modo, la búsqueda de la tierra prometida en el Antiguo Testamento o la defensa del archipiélago de Bretaña por Arturo, el líder celta, del ataque de los sajones, por ejemplo. Tanto el David de la Sagrada Escritura, como el Rey Arturo de la antigüedad, son figuras que personificaron el liderazgo al interior de su comunidad; que simbolizaron, unificaron y respaldaron moralmente a su pueblo, con actos de valentía y de congruencia… nunca con rasgos de temor o cobardía. Y esos dos líderes, como todos los grandes de la historia, Jesús de Nazareth mismo, tuvieron ante sí el dilema de actuar con decisión, valor, arrojo y madurez para defender a los que en él creyeron… o ceder “al miedo” y caer de esclavo o morir como un cobarde a manos del enemigo, traicionando sus ideales y defraudando a sus seguidores. Porque el camino de los grandes líderes no tiene reversa… es siempre hacia adelante, actuando con valor y madurez. Los grandes están siempre llamados a la narrativa heróica y a la grandeza de historia… no se entregan, no ceden, no traicionan… siguen la senda del honor y la gloria. El Gobernador del Estado de México, el joven Alfredo Del Maza Maza, está ante el más grande desafío de su vida: ceder ante el poderoso ejército que lo amenaza y le toca blofeando a las puertas de su reino, pidiéndole “que se entregue en paz”, hinchado como sapo para que crea que es de una dimensión descomunal e invencible, … pidiéndole que se rinda de antemano, “para que no haya pérdidas qué lamentar”… o morir luchando, defendiendo la honrosa historia de su propia estirpe; la de los grandes servidores públicos y humanistas, Alfredo Del Mazo Vélez, su abuelo; y Alfredo Del Mazo González, su padre. Ambos presidenciables; que lo observan desde donde están y lo alientan a cumplir esa meta que está pendiente, de entrega y compromiso una vez más con la gente que lo siguió y los votó cuantas veces fue necesario, por su valor, integridad, su espíritu de lucha y su “Don” de gentes. Es el momento Alfredo III, de que tomes la honda y lances la “pedrada” magistral que derrumbe al gigante que amenaza a tu pueblo y que te amenaza a tí, con volverte su esclavo y humillarte. Es el momento, Alfredo III, de que desatasques de la piedra la “Espada de Excalibur” y lleves reivindicada, la sublime historia de tu estirpe. No entregues tu Gobierno, genuinamente ganado y conservado a lo largo del tiempo, sin presentar una batalla digna del guerrero que eres y que son tus posibles candidatas. Eso no es digno de ningún hombre… menos de un guerrero como tú. Hay de por medio, generaciones enteras de servidores públicos, de activistas, de gente que se forjó por los beneficios de un Gobierno estatal que alentaba la superación de la gente; que propiciaba la unión y la articulación de las familias mexiquenses, a través de generosos programas que tuvieron su efecto positivo, al evitar que el jefe de familia se fuera a otras latitudes a buscar trabajo y nuevos horizontes. El Estado de México ha sido una entidad que retiene a sus hijos, no obstante sus dimensiones, su gran población… y no obstante la situación tan crítica que se vive en otras entidades aledañas incluso. En el Edomex siempre ha habido trabajo, progreso material y humano para sus hijos. Ha trascendido que el principal activista político de este país, hoy por hoy , el Presidente de la República, Andrés López Obrador, te ha tratado de “tentar” para que llegues a un “arreglo y no le opongas resistencia” en la lucha por la Gubernatura del Estado de México. Como es por todo México conocida, la historia de Delfina Gómez, a quien quiere López Obrador imponer como candidata y luego como Gobernadora Constitucional. Se especula ya que caíste en el juego del presidente… personal, particularmente no lo creo… Se escucha penosamente, que tu afán de impulsar a la candidata más endeble, más vulnerable, como lo es Paulina Alejandra del Moral Vela, responde a la lógica del líder que se entrega “azorrillado” sin luchar. Poniéndole el escenario más propicio a la candidata de Morena que, de por sí, no ilusiona ni a sus propios correligionarios. Se divulga la penosa especie de que a Alejandra Del Moral, la aun joven política mexiquense, que a todas luces “goza del favor de tu predilección” para recibir la nominación priísta a la gubernatura, dispuso de 50 millones de pesos de su propio despacho de titular de la secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Estado de México, para pagar alrededor de 300 anuncios espectaculares a favor de su “precampaña”. Una penosa historia para la administración de un Del Mazo… que incluso si no la aclaras a la brevedad, terminará por hundir tu aun impecable imagen de un gobernador democrático, trabajador y que abomina cualquier forma de corrupción y tiranía. Recursos públicos utilizados para una promoción que es delito electoral… increíble… Porque Alejandra del Moral es aun funcionaria pública, no ha renunciado y esos, son actos anticipados de campaña que la propia aspirante debe aclarar a la opinión pública a la brevedad. Es un duro atraco a la economía de un estado que, ciertamente es de recursos abundantes… pero hay muchos gastos de caracter social que urge ejercer en beneficio de la población más necesitada mi líder… ¿No te parece? Corre también como “reguero de pólvora” mexiquense, la especie de que incluso el líder nacional “incómodo” del PRI, Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas, ya se sentó contigo y con el líder estatal del PAN, Anuar Azar Figueroa, para analizar la eventual –e ¿inminente?- candidatura de Alejandra del Moral por la Alianza Opositora… pero, ¿con estos truenos?. Del Moral es una

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Si algo no tiene AMLO ya, es autoridad moral

Su discurso ha sido una trampa discursiva completa… permanente. Da por hecho que hubo una ‘transformación’ súbita desde su arribo al poder de manera fáctica, el 2 de julio de 2018 hasta el día de hoy… y que nadie tiene derecho ni atina siquiera a comprobar lo contrario. Su palabra es axiomática; no requiere comprobación alguna… según él y según ellos. Y es tan grandilocuente además, por lo menos en sus pretensiones, que sostiene sin pudor alguno que su “transformación” es del tamaño de las otras tres que le antecedieron a la sociedad mexicana: la Independencia, la Reforma y la Revolución… se equipara, él solo, sin recato ni pena alguna, a los grandes próceres de nuestra historia patria. Sí… probablemente estemos ante un caso clínico, de salud mental pues. Sostiene orondo que hay una inmensa cultura política en el ‘pueblo’ bueno y sabio; en la calle… cultura y conciencia sociológica e histórica superior a la de la clase intelectual incluso; lo que le da la autoridad moral para reprimir en un proceso ahora a la inversa de lo que sucedía en el pasado… humillando a intelectuales que no comparten sus ideas y que lo critican en el sano ejercicio de la libertad de expresión consagrada en los artículos 6 y 7 constitucionales. Así sucedió este domingo con su detractora y villana favorita Denise Dresser, a quien “corrió” de la plancha del Zócalo capitalino por conducto de esbirros que recitaban como merolicos, consignas contra la también politóloga y pasajes muy bien contenidos en construcciones lingüísticas producto de la divulgación ideológica de la ya añeja y acomplejada ‘izquierda’ mundial, confraternizada y “encadenada” a lo largo del planeta. “¡No te quieras colgar de este movimiento… no es tu lucha… siempre fuiste ideóloga de Televisa, de la derecha (como si necesariamente fueran la misma cosa)… no quieras venir a legitimarte!”, le espetaban con esa rabia propia del odio, de la polarización sembrada por este presidente y su movimiento. Así entonces, la periodista fue echada de un lugar público como la Plaza de la Constitución y fue impedida en su derecho humano a dar cobertura al evento, en clara contravención de su libre manifestación y publicación de las ideas, además que que acompañaba a madres de desaparecidos… que también son pueblo y merecen ser escuchadas y atendidas. Pero no; en la era de Andrés Manuel y los morenistas radicales, hasta las causas sociales tienen “dueño”; no solo los lugares públicos como el zócalo, sino las causas sociales y cívicas más sublimes, ahora son sólo de “su izquierda” y de sus movimientos afines. Según el criterio de estos “intérpretes torcidos” de la moral política progresista, los ciudadanos sin membrete y ajenos a los movimientos de “grilla y relumbrón político”… los que no tienen tiempo para andar de “huelepedos” en marchas y mítines; los que tienen que trabajar a diario… simplemente no tienen derecho a manifestarse pública o cívicamente. Se ha adueñado incluso el famoso Andrés Manuel, de la patente de todo lo “liberal” y lo “progresista”… sin que nadie hasta el momento, ni de la oposición siquiera, lo haya puesto en su lugar corrigiéndolo: según él y su discurso repetitivo y tramposo de todas las mañanas, quien no esté de su lado, es un “derechista” o “neoliberal”, como si necesariamente significaran también estrictamente lo mismo ambos conceptos… “neoporfiristas” les ha llamado a la vez, en una situación que ha pasado de lo divertido al hartazgo ya, definitivamente. Pero hay un tema en el que ciertamente, AMLO y su gente le están dando una apabullante lección a sendos partidos, poseedores de historia y auténtico linaje ideológico a lo largo del tiempo, como es el caso del PRI. Le están enseñando a valorar funciones realmente neurálgicas del trabajo territorial de todo instituto político: -La capacitación e identificación política (institucional) de militantes; -La formación, detección e impulso de cuadros con liderazgo genuino; -Y el rescate de las formalidades institucionales para la interrelación entre militantes y cuadros, durante el despliegue territorial, porque todo cuenta; hay que tener atenciones con la militancia, no abandonarlos, no perderlos de vista. Una atención, una gestión, una deferencia cuenta en la memoria de la gente. No necesariamente esto implica un alto costo. En esto Morena, el partido del presidente, ha avanzado enormidades; el PAN nunca ha descuidado estos rubros, pues sigue siendo un instituto político en toda la extensión de la palabra; donde las prebendas de ley procedentes del INE se manejan escrupulosamente. Pero en el PRI, las cosas no han sido así en los últimos tiempos. En las funciones de despliegue territorial, afiliación y movilización, en el PRI de los estados y las regiones (de la CDMX ni hablar pues es nula aun su presencia) han puesto al frente de los comités directivos (estatales o municipales) a auténticos “hampones” llegados de otros estados incluso, con las únicas credenciales de ser los enlaces con el “narco” y de ser en pocas palabras los garantes de esa línea de “efectivo” y en términos generales, de ser los magos materializadores del truco de “convertir esas fotografías de Diego Rivera y Sor Juana repartidas entre la población… en votos a favor el día de la elección”, sea como sea… y para los fines que sean. Ciertamente Morena lo hace y de forma tan o más burda que el PRI… incluso el PAN ha recurrido a eso también. Sin embargo no han descuidado las líneas de formación política aquí señaladas, lo que les garantiza contar siempre con una reserva moral de militantes y cuadros leales y con convicción. Reserva que ya no tiene el PRI o si la conserva, está a punto de extinguirse. El PRI de los últimos meses ha nombrado a cada “individuo” al frente de la función de la promoción del voto y de la capacitación política en los estados, que bien merecida tiene esta “tunda” que le ha puesto en todos estos 4 años Morena, el partido del presidente… el partido oficial. Y también, ha impulsado a cada candidato y ha desechado del mismo modo a cuadros por demás valiosos… que en el “pecado está llevando la penitencia”. Cierta ocasión discutí con un “proyecto del PRI”, de esos cuadros “madurados a producto de gallina”, como los aguacates… un “chamaco” al que querían hacer gobernador a la de ‘a chaleco’, aún cuando no era capaz de articular una sola idea al hablar frente al público y menos de plasmarla por escrito… lo habían impulsado porque el papá fue dirigente priísta en un estado y si mal no recuerdo también era pelotero y “tiraba muy buena curva”; ¡no

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Atarle las manos al pueblo

Desde el pasado lunes 26, los ciudadanos de este país tenemos una nueva forma de cautiverio de frente al imperio de la ley. El llamado amparo “buscador”, ha quedado materialmente desechado en México, por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y gracias a una nueva tesis jurisprudencial (1ª/J.95/2022), una vez que resolvió la contradicción de criterios 2/2022. Una definición que, con todo respeto nos huele más a “decretazo”, influenciado por ese poder omnímodo presidencial que padecemos. Se suprime para beneficio de los gobernados en este país, (de los quejosos, para decirlo en el lenguaje de la legislación), una figura sustentada en la escuela del hábeas corpus y perfeccionada por el principio del hábeas data; ambas figuras jurídicas, que desde hace muchos siglos, han venido consolidando al concepto mismo de los derechos humanos, pues mientras la primera reconoce el derecho a la libertad de los individuos desde el siglo 13 (1215 d. C.) en aquella Inglaterra medieval, la segunda es el acta que la protege y consagra, garantizando las libertades de los súbditos y evitando las deportaciones a ultramar, también en Inglaterra, pero de 1679, en los albores de la revolución inglesa y de ese gran movimiento cultural llamado la “Ilustración”. Con el hábeas corpus, todo individuo tiene el derecho de comparecer inmediatamente ante el juez para que este determine sobre la legalidad del arresto. Mientras que el hábeas data, es también una acción constitucional, que confirma el derecho de cualquier persona física o jurídica para solicitar y obtener información existente sobre su personalidad, su patrimonio y su situación jurídica; así como de solicitar su eliminación o corrección si fuera falsa o estuviera desactualizada. Como se observa, ambos principos jurídos, llevados al nivel de acciones constitucionales en el Estado moderno, son avances sustantivos en el resguardo de la cultura de los derechos humanos. De hecho, en este principio se sustentan los registros de información para la transparencia en temas como el propio sistema de justicia penal, los historiales crediticios del sistema financiero, del sistema de competitividad empresarial (principio antimonopolios), de las telecomunicaciones y uno de los más emblemáticos: el de acceso a la información pública … y aún así, han suprimido de un “plumazo” el registro del sistema judicial en materia penal . Una nueva situación de indefensión ciudadana de frente a los designios de un presidente déspota y de un gobierno integrado por ignorantes, resentidos y acomplejados; no nos cansaremos de denunciarlo… de gritarlo. Visto con frialdad numérica, es una simple minoría, un grupúsculo que en su vida supo lo que significa someterse a una relación personal subordinada, bajo reglas disciplinarias y con espíritu de equipo, como lo es el trabajo honesto, que hoy abusan inmisericordemente de la población a la que desgobiernan, haciendo mal uso de las instituciones donde prevarican y abusan de esa mayoría de la que circunstancial o temporalmente hoy disponen… que abusan de su ‘poder’ en su relación con los demás. Un grupo de gente acomodaticia… que nunca en su vida supieron lo que es levantarse temprano y bañarse con agua fresca, para ir a levantar la cortina metálica de un modesto negocio familiar o para correr tras el transporte público buscando llegar a tiempo a checar una tarjeta de asistencia a un empleo. La nueva clase política que prohija Morena, no es solo una mezcla amorfa de revolucionarios de “churro” y café negro en ayunas; de “mesías” de mariconera al hombro y hediondos a pachulí; “perdonavidas” de caguama y sicodelia sabatina, que en su vida tampoco supieron lo que es “fajarse una 45” de verdad o cargar un rifle automático para ir a hacer la “revolución” como presumían… pero entrándole a la balacera “de frente”… no nomás pregonándolo. La abrumadora mayoría, salvo honrosas excepciones, de todos esos especímenes –paradójicamente- transmutaron de entonces a la fecha en férreos defensores de la moral pública y de la educación… bueno, hasta del “bien común” creo… los que no, simplemente no vivieron para contarlo desafortunadamente o fueron sujetos de la pretensión punitiva del Estado, en Lecumberri y los principales penales del país; pero estos últimos –que son un porcentaje mínimo- resultaron ser los más congruentes ahora y constituyen una auténtica reserva moral en la opinión pública y en el sector educativo del país, como analistas, consultores o docentes. De los demás, todos… o casi todos, encontraron formas “burguesas” de subsistencia y traicionaron sus encendidos razonamientos de filosofía anti-aspiracionista, transitando por vías rápidas y seguras hacia el confort clasemediero. Ahora, como en la película de 1999, “La Ley de Herodes”, dirigida por Luis Estrada, a cuyo personaje “Varguitas”, le llegó el poder “de repechón”, todos, empezando por el presidente López Obrador, que se convirtieron súbitamente en autoridades gubernamentales, pretenden ostentar una de las aristas de esa autoridad que jamás podrán poseer, porque no la conocen: la autoridad moral. Ahora conviven con el sedimento de la clase priísta más mezquina que, como roedores, fueron los primeros en saltar de la nave que naufragó políticamente y junto a otras tribus, conforman la “honorable clase política morenista” que hoy nos polariza y agravia desde el poder que da la política en un régimen partidocrático, cuya sola mención, motiva a invocarlo en un estricto proceso de revisión en los próximos tiempos, pues no corresponde a una característica del desarrollo civilizado de una sociedad, el depender cada vez más del clientelismo por un lado, ni del poder mediático de la propaganda por el otro. Ahora se aferran al poder y sin escrúpulos, pretenden arrinconar a la sociedad que es mayoría y que se opone, tajantemente, a sus métodos abusivos y desesperados para perpetuarse en el poder. Pretenden infundir el miedo en la ciudadanía; pretenden vender la idea de que no hay reversa hacia ninguna otra oferta política; ni hay forma de virar hacia ningún lado… menos de avanzar. Ya sacaron a relucir cobardemente las armas y nos amenazan con un falso dilema: “O es con nosotros o con nadie”. Así entonces, desde el lunes, todos los juzgados del país deberán desechar, los amparos buscadores que tengan la única finalidad de dar acceso a una carpeta de investigación inicial a una persona que no ha sido detenida ni citada a comparecer, esto al entrar en vigor la referida jurisprudencia de la Suprema Corte. Lo curioso del asunto –y los sospechoso por ende- es que vienen a suspender esta acción constitucional, cuando ya todos los políticos más corruptos y los narcotraficantes más “temidos” han hecho uso y abuso de la misma. El amparo buscador fue aprovechado sobre todo por políticos envueltos en acusaciones penales, como los ex gobernadores Javier Duarte, Roberto Sandoval o el ex líder petrolero Carlos Romero Deschamps, entre toda una pléyade de “figuras del bajo mundo” político y delincuencial. Al ciudadano común, al trabajador asalariado, al que no “tiene influencias”, le quitan con esta disposición,

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Sólo le falta a Quirino su “selfie” con EPN jugando golf

Quirino Ordaz, tuvo su primer tropiezo político público en su naciente posición diplomática como embajador, al pedirle y “ordenarle” al senador Mario Zamora que votara a favor de la controvertida iniciativa para militarizar a la Guardia Nacional y para prolongar la presencia del Ejército en las calles; y es que fuera de todo reglamento y protocolo el novato diplomático se “fue de bruces” violando el orden establecido del estricto servicio exterior mexicano. Cuando decimos que su primer tropiezo político público es porque ha tenido muchos traspiés en España que no han sido divulgados, ya que se la ha pasado prácticamente de vacaciones disfrutando con su esposa, su familia y con infinidad de amistades que ha invitado a la península ibérica, en comilonas y convivios rociados de vino español. Suman infinidad de eventos marcados por la frivolidad y en contrapartida, no se registra ninguna gestión a favor de México, tan solo estruendosos convivios donde han imperado el gozo, la alegría y el relax de quien entregó la gubernatura de Sinaloa por algo más que “un plato de lentejas”. Se ignora si los gastos que ocasionan tantas tertulias dentro y fuera de la residencia oficial y de la capital española fuera de ésta, son con cargo al erario federal o al peculio de la familia Ordaz, pero el hecho evidente es que en España no se ha hecho sentir con el peso diplomático requerido la presencia y el trabajo diplomático del nuevo embajador mexicano. En esta su cuestionada incursión a la diplomacia como nuevo Embajador de México en el Reino de España, el exgobernador de Sinaloa, ha contado como siempre, con una notoria y quizá hasta excesiva influencia de su señora esposa, en sus afanes de difusión de su aun embrionaria gestión diplomática. Una presencia excesiva –aún más- de lo que fue como primera dama del Gobierno del Estado de Sinaloa, de la señora Rosy Fuentes de Ordaz, que acabará tarde o temprano por estropearle más de algún acto o negociación que implique una alta dosis de solemnidad y hasta de sobriedad republicana. ¿O acaso es su esposa Rosy quien le da prestancia y personalidad, ante la inexperiencia rotunda de Quirino en estos menesteres? Cuando era gobernador Ordaz Coppel se verificaron actos que implicaban la presencia estricta del Jefe del Ejecutivo encabezando reuniones de carácter técnico o temático, en los que había que resaltar la estructura organigramática y las jerarquías, para acentuar la responsabilidad de cada funcionario en su propio desempeño; no obstante, se vieron con mucha frecuencia desplantes frívolos, influenciados o promovidos por la señora esposa del hoy embajador, descomponiendo la imagen profesional, seria, que pudo haber construido como autoridad en Sinaloa, el vástago de Quirino Ordaz Luna. Debemos suponer que no es tan fuerte la influencia que en él ejerce su esposa, en su relativamente nueva faceta de político-diplomático, porque de eso ella sabe muy poco, aunque sí le entiende a la moda, al diseño, al lujo y al glamour, por haber sido reina de la belleza e hija se un connotado general de división. Hay que recordar que Quirino fue hasta unos meses antes de su nominación como candidato del PRI a la gubernatura de Sinaloa, un efímero diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México. Ese es en realidad todo su palmarés en la materia. Antes, fundamentalmente, fue un burócrata de “medio pelo” del ámbito hacendario y administrativo, en Culiacán, en Mazatlán y en la Ciudad de México. Todo en la vida –sobre todo en la pareja- debe tender a un equilibrio básico. Las decisiones ciertamente deben de tomarse entre los dos… ni mayoritariamente por el hombre… pero tampoco preponderantemente por la mujer; y en política, con el debido respeto, la esposa del jerarca debe permanecer a un lado y opinar solo de manera marginal, por tratarse de asuntos de interés general y dado que la responsabilidad es del consorte y no de ella. Recordemos esta anécdota narrada por el propio Quirino: -“¿Me puedo tomar otra cervecita mi amor para acabarme mi taquito de chicharrón de pescado?”… –“¡Nooo!… ya llevas dos”. -“¡Ah okey, no pues!”. Al hombre, sobre todo si en él es en quien recayó una alta responsabilidad derivada del mandato popular, debe de respetársele su espacio para la toma de decisiones en público… Igual en el caso de la mujer. La frivolidad de la señora de Ordaz Coppel, le ha sido transmitida notoriamente al ahora embajador en todos sus actos públicos, como diplomático. Es así como la vemos, en compañía de Quirino y sus hijos, haciendo uso y abuso de las ’selfies’ y las redes sociales. El embajador ciertamente debe de acceder por razones de apariencia e imagen, pero no en exceso. De hecho, la frivolidad existe en todo ser humano, pero lo más importante es manejarla con la mayor secrecía o la discresión posible. En la tarea diplomática y en la política misma, ser superficial o mantenerse en el terreno de cierta frivolidad por algunos momentos, alivia las tensiones. Un acto o comentario frívolo puede romper el hielo ante la complejidad y la incertidumbre. Pero en el ejercicio del poder, practicarla en exceso … podría convertirse en veneno mortal. Recuérdense los casos de algunos desplantes de José López Portillo, Vicente Fox o hasta del propio Enrique Peña Nieto. No obstante ha habido políticos que han sido maestros de la frivolidad, la charra y hasta la comicidad espontánea.. que les ha valido en más de una ocasión una candidatura o un ascenso. Gustavo Díaz Ordaz, con toda su imagen y su historia de “duro”, de exigente, oficioso, intransigente, tenía en ocasiones desplantes geniales: Se cuenta que durante su campaña a la Presidencia, en 1964, yendo en el autobús oficial del PRI, arribaron a una comunidad en Puebla que le da nombre a esa bebida refrescante de agua mineral, reconocida en el mundo: Tehuacán. Era su estado natal de hecho… y al ingresar a la pequeña población, leyó el candidato una manta monumental que decía “¡Tehuacán con Díaz Ordaz!”, a lo que reviró de inmediato el sagaz político poblano, con sorna y carcajeándose: “¡Uff… debe saber a madres eso, imagínate… tehuacán con Díaz Ordaz!”. En otra ocasión, encabezando un acto al aire libre en Veracruz con el gobernador Fernando López Árias, el ya presidente Díaz Ordaz, notó que iba a empezar la lluvia, por lo que amenazaba con estropearse el evento; de inmediato López Árias notando el gesto de GDO y tratando de calmarlo, le dijo “¡Ay señor presidente!… ¿qué días tan feos no?”, a lo que espetó muy serio el mandatario:… “¡Pues los López Árias, no son muy bonitos que digamos!”… La frivolidad transgrede, disfraza siempre; oculta y distrae la atención del fondo de los asuntos. Y a veces ése es el fondo de los problemas, el no concentrarnos con seriedad en las relaciones causales. Baste recordar la frivolidad de las fastuosas dinastías europeas, que crearon hasta estilos de

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Lavarse las manos con agua sucia

“En política, a veces hay que lavarse las manos con agua sucia”, acuñó alguna vez el último gran político-intelectual de México: Jesús Reyes Heroles. Y el enunciado, a simple lectura orilla a la reflexión, porque desafía a la razón más básica… muestra un contrasentido aparente y a la vez una carga filosófica, tácita… más no sobrentendida. Es un aforismo ‘reyesheroliano’, como los más de cien que se tienen registrados y atribuidos al también político e historiador veracruzano, en su obra, sus disertaciones, sus clases, sus declaraciones como funcionario y hasta en las charlas más íntimas con amigos y colaboradores. Breves construcciones lingüísticas que contienen o implican una historia sintética o un conocimiento derivado acerca de un hecho constante o frecuente en la vida pública de la sociedad. La “jurisprudencia política digamos, o su equivalente”. Se parte de esta reminiscencia, para tratar de entender el comportamiento de un funcionario que, aunque no pertenece al organigrama legal del Gobierno de México, ha dado materialmente una cátedra de como incidir en la política de nuestro país que aunque “ajeno”, es un importante vecino y está íntimamente vinculado a los intereses del país al que representa, sin causar la mínima suspicacia: Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México. A partir de su juramento como responsable de la misión diplomática estadounidense en nuestro país, a partir del 2 de septiembre del año pasado, en poco más de un año de gestión , ha sabido tomar el pulso y la dinámica política de México de manera muy nítida, haciendo uso seguramente, de su talento, preparación pero, sobre todo, de la muy vasta experiencia con que cuenta en su trayectoria política: fiscal general del estado de Colorado, Senador por el mismo estado y secretario del Interior de la Unión Americana, durante la administración de Barack Obama. Algo ha de saber de México y del mundo… indiscutiblemente. El político americano y eficaz funcionario de 67 años ha jugado la partida de ajedrez desde que tomó posesión de su cargo, con una precisión y una anticipación asombrosas, que sólo se pueden ponderar después de un análisis exacto de sus acciones concretas… más que de sus declaraciones, que se han convertido en auténticos distractores que, por cierto al parecer no le preocupan a Ken Salazar… son parte de su brillante estrategia. Conocedor del temperamento y mentalidad mexicanas –tiene en su sangre un componente genético de origen mexicano también- sabe que el pueblo mexicano se mueve por las apariencias, más que por los hechos tangibles. Sabe que el mexicano le da mucho valor a las “declaraciones políticas”, a las formalidades… que la sociedad civil mexicana es perezosa y temerosa, cargada covenientemente al final de cualquier controversia, al lado de quien detenta el poder por temor a perder privilegios. Sabe que un gobierno en México, puede convertirse en el peor de los tiranos… si se le “deja suelto”, porque muy pocas veces la sociedad civil o la oposición se llega a constituir en un límite auténtico y funcional. Consciente de la situación mexicana y del grado evolutivo alcanzado hasta hoy, tanto del pueblo como del gobierno mexicanos, se ha dedicado a aplicar en sus funciones el “librito de lo políticamente correcto”, aderezado con el principal ingrediente de la política exterior americana: el cálculo político. No hay incidente que suceda en los actos públicos y privados del embajador, que estén “fuera del guión”… hasta sus aparentes “imprudencias” o traspiés diplomáticos. Son parte de la “historia”. Desde que llegó y particularmente en últimas fechas, Ken Salazar ha venido aplicando el aforismo reyesheroliano de que en política, “a veces hay que aprender a lavarse las manos en agua sucia”, para poder seguir vivo en el juego diplomático. Es decir, aprovechar los aparentes tropiezos, para denotar cierta debilidad, torpeza, espontaneidad u inofensividad para confiar al oponente o en este caso al objetivo, el Gobierno de México y sus principales protagonistas. Algo así como el “Chapulín Colorado”… o el malhadado ‘Pepe el Toro’ en la primera película de la saga, cuando aún no era rico y era una pobre víctima del destino. Conoce bien la idiosincrasia mexicana pues este singular político americano… y se equivoca o se tropieza, sabiendo siempre donde va a caer, para luego recomponer empáticamente. Siempre haciendo uso de las “ventajas comparativas”, como dicen los economistas… haciendo rentable lo que se tiene a la mano. Así, le ha venido ganando todas y cada una de las partidas al presidente López Obrador desde los primeros días de su arribo al cargo. La más importante de ellas ha consistido en que López Obrador le llama emocionado “su amigo” y, si AMLO lo declara, es porque francamente ya midió el terreno de su influencia y su capacidad y con quien realmente “se doblaron” tanto el mandatario como el gobierno mexicanos, es con el embajador Salazar… el “pegaso”, el mensajero… no con el dignatario de la potencia extranjera, no con Biden , ni con Harris, ni con Blinken. Porque si en algún momento pasó por la cabeza del demócrata Joe Biden, enviar, ante la alarmante situación de ingobernabilidad en gran parte del territorio mexicano por parte de la delincuencia organizada, a alguna corporación militar o policial “de apoyo” o para “actuar coordinadamente” contra un fenómeno que legal, prejuiciosa y semánticamente no es “terrorismo”… seguramente Biden recapacitó y le mandó –en un solo diplomático- a un experimentado agente negociador, con especialidad en obtención de información y desactivación de crisis de seguridad interior que ha hecho su trabajo en grado de sobresaliente. La primera gran ofensa que recibió Ken Salazar del mandatario mexicano y su gobierno, fue la humillación hecha durante el desfile del 16 de septiembre del año 2021, en la que el embajador Biden no solo no fue invitado al presídium del acto principal, sino que recibió la provocación de López Obrador, dando al presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el lugar de orador principal del evento y ofreciendo todo su apoyo AMLO a la política de derechos humanos en la isla, siendo por el mundo conocida la situación que vive la población cubana con sus derechos cívicos nulificados. Ken Salazar no tenía por qué treparse a la gradería que estaba contigua al templete donde estaba el presídium en aquel 16 de septiembre del 2021 para ver el desfile militar, no obstante estaban en esas gradas solo agentes especiales del Departamento de Estado americano… no tenía por qué atravesar por esa aparente “revictimización” el diplomático americano, de asecendencia mexicana, de escuchar sentado en la “tiesa banca”, la perorata cubana ofensiva para su país y su gobierno; solo lo hizo como el referente diplomático

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