El valor de articular esfuerzos propios y ajenos: caso Mario Zamora G.
Han sido días cruciales en el proceso de definición para muchos actores políticos en nuestro país. Particularmente para los que se dicen priístas y/o realmente lo son. Pues muchos de ellos –no todos, aclarando- han vivido usufructuando de su militancia y de su supuesto apego ideológico a ese gran armatoste que desde mediados de los ochenta no ha tenido una definición filosófico-política formal, como lo ha sido el PRI. Solo ha sido un instrumento de legitimación para el presidente y el gobierno en turno… como lo ha vuelto a ser tristemente, en muchos estados del país, al prohijar ese pavoroso engendro denominado el “PRIMOR” que es promovido por muchas figuras ‘de estatura nacional’ en aras de ese pragmatismo sin escrúpulos, que lo único que ha hecho es desnudar a cada político que lo profesa, para beneficio del electorado en futuras elecciones, mostrando su naturaleza ambiciosa y ‘baquetona’. El suscrito, tratando de ser equilibrado en sus juicios políticos, así como ha cuestionado y criticado conductas irresponsables, quiere mostrar que sabe reconocer los aciertos. Por eso pudo comprobar, a través de tres vídeos que llegaron a sus manos, que uno de esos políticos priístas contra quien en anteriores entregas ha proferido severas críticas, como lo es el senador por Sinaloa, Mario Zamora Gastélum, del PRI, es por el contrario un digno defensor de la militancia de su partido y, contrario sensu de mi errónea idea expresada en anteriores colaboraciones, es un decente impulsor de la democracia en nuestro país, precisamente en estos días en que el populismo la tiene arrinconada y amenazada con violentarla y si se puede… desaparecerla. Aquí uno de los vídeos: Senador Mario Zamora Gastélum (PRI) En uno de los vídeomensajes, de 1 minuto 38 segundos de duración, el senador Zamora refrenda su compromiso de “seguir dando la lucha por sus representados”; por la gente que creyó en él y en las siglas que lo patrocinaron para llegar a la cámara alta… cargando con el compromiso de ese partido de no defraudar la confianza de quienes han votado por él. Eso habla de honradez intelectual… y de una definición que llega muy a tiempo en la carrera del joven senador mochiteco. Es más… muchos esperábamos esta definición. Tal y como la pronunció en uno de sus materiales videográficos: “Desde ahorita se los digo, mi voto será en contra (del famoso Plan B de reforma electoral que impulsa el presidente López Obrador)”. Cabe destacar en descargo de sus atributos, que los tiene y sobrados el aun joven economista sinaloense, que por su origen educativo, moral y socioeconómico, Mario Zamora pudo haber sido sembrado en el PAN y haber llegado a ser, por su preparación y liderazgo –desde hace mucho- el dirigente nacional, porque es una figura muy parecida a los emergentes liderazgos que ha tenido el PAN en los últimos años, con el mismo nivel –o quizá hasta superior- al de algunos de ellos; Damián Zepeda, actual senador panista y exdirigente nacional es de ahí cerquita de donde es Zamora Gastélum, de Cajeme, Sonora y maneja un discurso y posee un liderazgo con el mismo carisma; así como una ruta de preparación cimentada en la excelencia de instituciones como el Tecnológico de Monterrey y otras de prestigio del extranjero. En el caso de Marko Cortés, de Morelia, pues es igual; un joven entrón, que habla claro y que está preparado para replicar en el terreno que sea a los “santones” de la política populista actual, sean morenistas … o “primoristas”. Sólo que a Mario le tocó comprometerse con una empresa mucho más ambiciosa: Busca consolidar un liderazgo entre la clase política del PRI….¡Uff!… menuda tarea. Hoy se bate entre dinosaurios y entre auténticos mafiosos de la política en este país. No obstante, Zamora ya se aventó un round con los exponentes de una de las filiales más peleadas del PRI en todo el país: la lucha por el Comité Directivo del PRI en Sinaloa. Y el pleito se lo aventó contra la verdadera “mafia del poder” de su entidad natal: contra Juan S. Millán y Jesús Aguilar Padilla, en la primera línea de fuego, a los que le siguen los que nunca llegaron a ser gobernadores, el “eterno Chuquiqui” Hernández Chávez y el soñador Aarón Irízar López (que se dice oriundo de Culiacán cuando le conviene y guamuchilense cuando “nadie lo vé”). Esta pléyade de engendros de la política local, aldeana, de aquella entidad en su “mundillo”, es la responsable de haber entregado al exrector de la Universidad local, maestro egresado de normal rural y excomunista Rubén Rocha Moya, el estado… porque es parte de su ‘establo’ político; y podría decirse que es hechura de Millán y de Aguilar. Esta mafia del poder priísta, es la que tiene cerrado el paso a las nuevas generaciones… claro, a no ser que sean hijos, yernos o entenados políticos. Para ellos la fortuna nunca se acaba; pierden elecciones y “los vuelven a premiar” con nuevas responsabilidades… y nuevas oportunidades. Hoy al parecer, Zamora Gastélum, le tiene “cantado el tiro”en Sinaloa a esa mafia del poder encabezada por los exgobernadores Millán y Aguilar y la definición sobre el nuevo dirigente estatal del PRI, por lo menos sigue en el terreno del CEN del PRI; a menos que se venda el jalisciense Ramiro Hernández, que ya fue alcalde de Guadalajara y también delegado en Sinaloa y ahora, está encargadodel PRI sinaloense de nuevo. Porque quieren imponer a uno de ellos, para poder seguir mangoneando y haciéndola de “cadeneros” en los nombramientos y repartos de candidaturas y responsabilidades. Algo que definitivamente para los jóvenes es totalmente abominable, detestable… “el que ya bailó que se siente”. Al parecer Mario Zamora defiende la necesidad de que llegue un liderazgo nuevo al PRI, caras frescas, sin vínculos dinásticos ni de compromisos políticos con los miembros de la mafia del poder en Sinaloa, como los que actualmente han sido impuestos: tanto la joven diputada local que estuvo al frente del partido, Cynthia Valenzuela y el súbito diputado –que construyó una carrera política en meses,
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