El día que Morena perdió su 2027 en Sinaloa
Este 25 de julio se cumple un año del inicio de los hechos que desataron la época más obscura en la historia de Sinaloa y una de las más oprobiosas y deplorables de la historia nacional… y cabalmente se puede afirmar que, simultáneamente, ese día, Morena, el partido en el poder en Sinaloa y en el país, perdió el poder y la legitimidad que hubo de tener en algún momento, derivado de cierta lucha cívica desplegada por sus auténticos militantes y cuadros… y por algunas otras figuras que llegaron desde otras fuerzas políticas a enriquecer a esa oferta electoral con registro formal desde 2014. Sí… ese día empezó una ruta catabólica, el partido que llevó al poder a Andrés López Obrador, ya que sorpresivamente removió al PRI de la Presidencia de la República en su laureado retorno al poder, tras haberlo perdido en el año 2000 después de 74 años ininterrumpidos de ejercerlo. Ese día, fue formalmente capturado y entregado a la justicia estadounidense, en una pequeña aviación del Condado de Doña Ana, Nuevo México, en las inmediaciones de la zona metropolitana de El Paso, Texas, (aunque mediante argucias y traiciones) Ismael “El Mayo” Zambada, connotado narcotraficante a quien se le atribuye ser el fundador y líder moral del “Cártel de Sinaloa” (CDS) y también poseer el deshonroso pero admirable palmarés de más de cincuenta años en el negocio del narcotráfico a gran escala, sin tener una sola detención de parte de ningún gobierno formal del mundo… al también conocido como “El Señor del Sombrero” se le reconoce como el “negociador por excelencia con los políticos mexicanos” y también como el factor de esa especie de “pax narca” registrada por muchos años, hasta que hace algunos diecisiete años se incrementó la violencia en Sinaloa y en el país, producto de esa suerte de enfrentamientos intracárteles, a la que los detractores del presidente panista de la época, Felipe Calderón, denominan hoy con ironía: “La guerra de Calderón”. Los hechos se registraron de la siguiente forma: Según una carta posterior suscrita por el propio “Mayo” Zambada, él fue citado en una finca de Culiacán por los hijos de “El Chapo” Guzmán, con el argumento de sostener una reunión con el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y el exalcalde de Culiacán, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y entonces electo diputado federal por el PRI, el químico fármaco-biólogo, Héctor Melesio Cuén Ojeda… misma que no se verificó y fue entonces trasladado desde ahí, con mentiras a un avión que cubriría un vuelo tipo charter desde las inmediaciones del Campo Agrícola “Berlín”, en el municipio de Navolato, Sinaloa… al poniente de la capital del noroccidental Estado. En aquella misiva, Zambada aseguró que ese mismo día y en ese mismo lugar de la cita para la supuesta reunión, fue asesinado Héctor Melesio Cuén, no obstante que la Fiscalía de justicia local, declaró mediante una nota descriptiva de un vídeo, que “mataron al diputado Cuén Ojeda durante un supuesto asalto para despojarlo de su camioneta blindada en que viajaba y mientras cargaba combustible en una gasolinera, la noche de ese mismo 25 de julio del año pasado”. Ciertamente… ahí dio inicio esa por demás deplorable “Guerra Civil” que aún prevalece en Sinaloa, protagonizada por las dos facciones que integran el “Cártel de Sinaloa” y que hoy tienen, con sus nefastas acciones, sumida en el miedo y la desesperación a toda la población de esas regiones centro y centro sur del Estado. Y categóricamente se puede asegurar que, si está anunciada -como inminente- derrota, tiene un rostro responsable, ese es el del actual mandatario, el morenista Rubén Rocha Moya, que ha forjado en su gestión, un descomunal marasmo administrativo y un descuido sin precedentes en todas las áreas de su administración… sin excepción alguna. En la primera ‘vuelta al sol’ que damos con este penoso “estado de cosas” a cuestas, los saldos en esa entidad del noroeste mexicano, bajo la férula de Rocha Moya, son estos: 1,600 ciudadanos asesinados desde entonces a la fecha. 2 mil sinaloenses han desaparecido. Cerca de 600 personas desplazadas de sus hogares por la violencia. Un aproximado de 2 mil negocios (empresas micro y pequeñas) con formalidad fiscal han cerrado. Un total de 108 empresas con presencia nacional e internacional y que estaban instaladas produciendo en la entidad, detuvieron definitivamente sus operaciones. Así como un total aproximado de 14 mil empleos se han perdido; lo que hace un razonamiento estimado en pérdidas cercano a los 18 mil millones de pesos. La actividad comercial en Culiacán, ha caído en un 80%, con el cierre de tiendas, restaurantes, farmacias, etcétera. Paralizándose definitivamente el sector inmobiliario y las transacciones de compra-venta, cayeron hasta un 70%, dejando pérdidas por 23 mil millones de pesos. Y no… ni la presidenta Claudia Sheinbaum ni él, parecen compadecerse ni tener la mínima intención de ayudar a la población de Sinaloa a recobrar su paz en calles y poblados de su geografía. O de plano no les interesan sus resilientes habitantes. Han concentrado todo el arsenal de sus acciones políticas a “mantenerse en el poder” al precio que sea… y no se ven de plano visos de que se quiera reivindicar esta tragedia, removiendo al gobernador Rocha Moya de su puesto y por salud, nombrar a un interino o sustituto, con un nuevo staff de colaboradores… y con una renovada actitud de servicio y solución de los problemas. Rocha Moya y Morena, transitan desde hace varios meses con un carcinoma político en sus espaldas, en el caso de Sinaloa. Si algo le ha faltado al gobernador Rocha Moya, dicho sea con todo respeto y en apego a la objetividad, ha sido el carácter suficiente, el temple y la capacidad organizativa para enfrentar el Estado de Sinaloa que le tocó administrar en este primer cuarto del siglo XXI. No, definitivamente esta entidad y su realidad actual, dista mucho de ser (comparativamente) aquella apacible universidad pública provinciana que fue la UAS de los noventas, que le tocó dirigir…