El monstruito le volvió a decir corrupto a Madueña
Olvidando la zurrada que la primera vez le dieron, el monstruito le volvió a decir corrupto a Madueña. El rector carga con la penitencia por haber creado y seguir solapando a su pequeño frankenstein. Me pregunto si de verdad Jesús Madueña todavía no se da cuenta que a la niña llorona no le sube bien el agua al tinaco. Que cuando la perrita es brava, hasta a los de casa muerde. Wilfrido Ibarra Escobar anda bien enyerbado porque no tiene manera de defenderse contra sus videos en los que una y otra vez nos dijo que Rubén Rocha Moya es lo peor de lo peor. Convertido ahora en lambiscón que le aplaude todos los días al gobernador, lo ponen como palo de gallinero en sus propias publicaciones. Vendido, arrastrado, traidor, sinvergüenza y cínico son algunos de los calificativos que los mismos universitarios le endilgan. Se ha puesto como loca -Mazatlán, ay mi Mazatlán- tras la publicación de algunos videos en los que despotrica contra Rocha Moya. La brutal incongruencia de ser la lewinsky uaseña, dándole todo su amor al chacal de Batequitas. Su respuesta ante esas verdades incómodas ha sido la de supuestamente atacar al mensajero. Pero, lástima Margarito, vuelve a desaguar bien lejos del orificio. Es para matarnos de la risa que se declare “victorioso” porque no se le cumplen sus ocurrencias. Pero qué le vamos a hacer, pues no da para más. No le alcanzan las neuronas para darse cuenta de sus ridículos tan descomunales y tan repetidos. La pregunta es por qué lo sigue tolerando el rector de la UAS. Quizá Madueña teme que la cofradía de la mano caída lo acuse de violencia de género. Dirán los criminosos que amor con amor se paga, y que las complicidades se explican porque la niña llorona opera sin chistar como vulgar marioneta del rector. Para quienes preguntaron cómo fue que el Willy le dijo corrupto otra vez a Madueña, lo explico. En sus “ataques” contra Altoparlante, volvió con la necedad de que los contratos de publicidad en mi página web son “ilegales”. Antes lo hizo, y tras exhibirle su estupidez le llegó entonces un fuerte reclamo desde rectoría. Le advirtieron que no se meta en esas tarugadas porque su acusación implica que la UAS celebra contratos corruptos. Pero se le olvidó o le valió, y regresó con la misma cantaleta. Tendría que ponerse al borde del derrame cerebral para hacer algo más o menos inteligente. Ya dijimos que las neuronas no le funcionan. Sus vivencias son hormonales, y muy su derecho de que le encante el arroz con popote. A su reclamo de que en aras de la “transparencia” informe cuánto gano como periodista y cuántos colegas tengo como asalariados, refiero lo que uno de sus amigos recomendó. “Que la niña predique con el ejemplo de ser transparente: que nos diga cuántos novios tiene y cuánto les paga para que le soplen en la nuca”. Repito lo que la lewinsky afirma en muro del facebook: #Contestará…? #QueCorranLasApuestas”. Me recomiendan ignorar a quien consideran todo un rufián, pero se volverá a proclamar “ganador”. Nunca me ha gustado ser indiferente ante los mentirosos, los corruptos y los traidores. Hay que señalarlos y exhibirlos. Wilfrido Ibarra Escobar es un pequeño frankenstein que le ha hecho mucho daño a la dignidad de la UAS, por sus repetidas infamias y sus interminables desvergüenzas. Prefiero seguir aguantando sus ridículos y sus ocurrencias, aunque le va peor a él mismo. Insisto que hay que ver lo que los sinaloenses opinan de él, incluso en sus propias publicaciones. Si Madueña quiere mantener impunes a sus monstruitos, muy su gusto. Pero razón, no tiene ni tantita. Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/altoparlante/.
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