Benjamín Bojórquez Olea

Sobre el Camino

Petiza altitud

Sin duda el bajo nivel de nuestro debate público es pobre, pero cayó muy bajo con la Reforma Eléctrica. La tolerancia y el pluralismo son pilares básicos de la cultura democrática. Sin ellos, la democracia no es posible. Por eso preocupa que, desde el poder, o desde cualquier lado, se considere “traidor a la patria” a quien piensa distinto. Es algo así como decretarle muerte cívica, o muerte política. Los cimientos en los que se basan la tolerancia y el pluralismo son sólidos y pertinentes. No se trata de “soportar cosas desagradables”, como diría algún diccionario. Se trata de la convicción de que la verdad no se da en monopolio, que todos vemos una parte de la misma y dejamos de ver otras. Por eso “toleramos” puntos de vista distintos al nuestro: porque sabemos que pueden estar viendo cosas que nosotros no vemos. De ahí se deriva el pluralismo como valor político y cultural: permitir que existan distintos puntos de vista. Lo que no significa que todo es válido. Hay límites a la tolerancia. Están en la ley y en la moral. No significa tampoco que todas las posiciones sean igualmente válidas. Que dé lo mismo cualquier reforma legal. Para eso se debe discutir y discernir. Y lograr mayorías que decidan lo más conveniente, con los medios que se tienen en ese momento y circunstancia. Se ha dicho, desde hace décadas, que el nivel de nuestro debate público es muy pobre. Pero no había caído a niveles tan bajos como ahora con la Reforma Eléctrica. En un tema tan importante (cómo tener energías seguras, baratas y limpias) y tan complejo (en qué debe consistir la rectoría del Estado, y en qué aspectos es benéfica la inversión privada) las narrativas, sobre todo la oficial, cayó en una muy “petiza altitud”. Nadie considera traición patriótica a la inversión extranjera en plantas armadoras de automóviles. Nadie considera que deban ser sustituidas por el Estado, aunque no habría vida moderna sin los automóviles que fabrican. Ciertamente la producción de energía no es lo mismo que la de automóviles. La regulación estatal en la primera debe ser más estricta y eficiente. Pero la inversión privada en electricidad, nacional y extranjera, adecuadamente regulada, puede generar muchos bienes públicos. No es claro qué consecuencias tendrá para nuestra vida democrática esta actitud de muy bajo nivel, impensable en gobiernos anteriores. Esperemos que sea algo pasajero, producto de las pasiones del momento. ¿Así o más claro? GOTITAS DE AGUA: Por cierto, ni la aprobación, vía fast track, de la reforma a la Ley Minera, ha logrado atemperar los ánimos en el grupo parlamentario de Morena en San Lázaro, nos dicen. Y es que al interior de la bancada que lidera Ignacio Mier sigue habiendo mucho enojo, pero no solo contra los legisladores de oposición, sino incluso en contra de algunos compañeros de partido, y los reproches en estos últimos días no han sido pocos. A ver si el receso tras el periodo ordinario sirve para limar asperezas. “Atentos”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

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Sobre el Camino

La soledad del PRI en Sinaloa necesita un tronco común

Todo parece indicar que en estos días venideros viene un cambio profundo en el Comité Directivo Estatal del PRI en Sinaloa. Recordemos que en pasados días comentamos que la oposición desde el congreso tenían los pies atados por diversos intereses personales, el tema va más allá, pues el PRI necesita una unidad en lo general, existe división al interior del partido mencionado, además deberían ponerse de acuerdo todos para sacar a su nuevo representante del tricolor en el estado, alguien que si tenga calidad moral y que también ejerza un verdadero liderazgo que permita combinar talento y creatividad para ejercer desde adentro una opinión generalizada y de un diálogo permanente con la militancia, para así recuperar un poco lo perdido tras las elecciones de 2018 y 2021. En un posicionamiento en conjunto, por la ausencia de la propia dirigencia estatal, pues prevalece la incapacidad para unir y reestructurar al partido que dejó en este lapso de tiempo un conjunto de ideas y liderazgo que ha permeado durante este proceso actual. El PRI para que sea fiel necesita una real refundación desde adentro donde su compromiso debe encausar sus errores y ser autocritico para sortear los retos que se avecinen. En este nuevo escenario debe exigir sus verdaderos principios, se los digo a todos los que forman parte del PRI, claro si quieren cambiar deben unirse todos en una sola hoja de ruta, en donde todos tengan espacio, ya sea mujer u hombre que encabece con dignidad una crítica constructiva, un plan verdadero, una comunicación directa hacia las bases, en donde se refuerce un partido visionario que salga a dar la cara y que se base en la cultura del esfuerzo. Desde la sede del PRI deben de fortalecer los sectores con un criterio transformador, con esa idea que invite de nuevo a esas organizaciones entre otros cuadros destacados del PRI, incluyendo en ese paquete a la obediencia, no pensando en los intereses personales, sino llegar para fortalecer al partido, para que las nuevas generaciones no maten sus aspiraciones. La Revolución la hacen todos, que sea libre y democrático, pues para que los grupos unan fuerzas deben compartir una Revolución de la mente y corazón. Lo que menos necesitan en estos momentos es más división y encono entre personajes, que identifiquen el cuadro preciso, para que surja una verdadera reconstrucción debido al hartazgo social interno y externo, sin olvidar que la marca tenga un origen de desconfianza que prevalece entre los ciudadanos, lo que ha sido determinante en sus derrotas, olvidarse de traiciones y ponerse la camiseta y hacer un esfuerzo por reorganizarse y recuperar su unidad. Si no entienden los errores cometidos, están en un laberinto sin salida, lo cual es importante recalcar que la oposición debe ser responsable no solo de los representantes del congreso local sino también de sus actores políticos que desde las gradas lanzan granadas que se esparcen y dividen a un partido en donde su oxígeno y sus latidos van disminuyendo. GOTITAS DE AGUA: Conclusión: deben operar con mucha itinerancia, tacto, y con mucha diplomacia, el golpe de la mesa debe ser con el reconocimiento de la deuda que se tiene con la militancia y las bases que hacen que un partido se fortalezca, pues los cambios deben acelerarse para que venga la paz política, que sea la solución a la crisis del PRI, independientemente de las condiciones actuales, responder con entereza el que tenga interés por dirigir el partido en mención. La mezcla de ideas, exponer los errores, reconocer y escuchar a la gente, por analizar todos los factores que generaron la derrota del PRI a nivel estatal y a nivel nacional, mediante encuentros con todos los sectores y organizaciones que exigen un cambio radical en el actuar de los mismos personajes que solo buscan un interés personal y no el colectivo para recuperar esas sensaciones de unidad hacia a dentro, con críticas constructivas. Para todo esto se requiere unidad, empezar a buscar a todo personaje que aunque difiera de la credibilidad y ausencia, pueda volver y sentirse renovado, no bajo el criterio de un grupo o de una fracción, sino requiere de una unidad no simulada como la hasta hoy, sino de una unidad en torno de las mujeres y de los hombres que puedan pensar igual y que puedan actuar por principios y por un proyecto en una sola dirección, pero si continúan mallugandose terminarán con lo poco que le queda a este instituto político que pide a gritos un liderazgo que no se ha construido por los propios intereses de unos cuantos. El PRI necesita de unidad, no de quien la ordena o lo manda, sino de la militancia que lo está reclamando día con día y no de manera vertical, de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba, porque un partido dividido frente a los escenarios electorales que van a vivir será de supervivencia política o de una muerte anunciada. En pocas palabras, se necesitan todos para reconstruir un verdadero cambio en donde su militancia vaya tomando con claridad su criterio. El primero, de que vayan por la unidad en este proceso interno y el segundo, de que la plataforma sea común dentro del partido, con sus visiones distintas, pero un tronco común. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

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