Nada que nos extrañe que ante evidencias brutales contra Rubén Rocha Moya, López Obrador y Claudia se exhiben también como narco políticos.
Aunque sus apoyos sean solamente en los discursos, y por abajo bolas.
Hemos visto los comunicados públicos de la Fiscalía General de la República, muy contundentes en contra del gobierno de Sinaloa.
La hoy exfiscal de justicia está en el ojo del huracán por sus mentiras y montajes que está claro fueron realizados por órdenes de Rocha Moya.
El que la FGR haga pública la sospecha sobre una bitácora de vuelo alterada se compagina con el señalamiento de que Rubén Rocha estuvo en Culiacán en el momento en que Héctor Melesio Cuén Ojeda fue torturado y amenazado.
Ni modo de acusar que al fiscal federal se le chispotearon los comunicados y la sospecha.
Se hicieron del conocimiento público por órdenes de ya sabemos quién.
Así entonces, la solidaridad de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum con el gobernador criminal son puros fingimientos.
Permitir que Rubén Rocha Moya continúe como gobernador los llevaría a un enorme ridículo.
A una dura y muy justa condena estatal, nacional e internacional.
Nadie les va a creer que la FGR se equivocó, y que tanto la Sara Bruna como su jefe Rocha son inocentes.
Punto clave es Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, quien acompañó a Cuén Ojeda el día del crimen.
Lo que falta saber es si terminará declarando la verdad, con el apoyo de la justicia, o si lo amenazarán y nos seguirán llenando de mentiras y montajes para proteger a los asesinos.
Está sobradamente demostrado que Rubén Rocha Moya y Enrique Inzunza Cázarez son muy desalmados, y que no se tientan el corazón para amenazar, secuestrar, desaparecer y asesinar.
No intenten pues seguirse burlando del pueblo cobijando al “yo no fui” y al que durante estos tres años se la ha pasado soplándole en la nuca.
POPULISMO MENTIROSO EL “LO HICIMOS NOSOTROS”
“Lo hicimos nosotros”, dice una y otra vez el presidente AMLO en spots televisivos durante los que presume supuestos logros de su administración.
El pueblo realmente bueno queda obligado a pintar raya.
Es usted, presidente, el que violentando la constitución se empeña en destruir al país con una dictadura, sin contrapesos.
Le entrega del país al narco es decisión de una sola persona y no del pueblo.
No somos nosotros los que tenemos los hospitales públicos en el más criminal de los abandonos.
Nadie más que usted es el responsable de que cientos de miles de mexicanos enfermen y mueran por falta de medicinas y tratamientos.
Cosa absolutamente suya son los abrazos al crimen organizado y a quienes en el país roban, secuestran, asesinan y cobran derechos de piso.
Es usted, no nosotros, el de “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
Con montones de etcéteras, le replicamos esa mentira que nos intenta poner como sus cómplices.
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