María del Rosario Torres Noriega en ningún documento le juró amor eterno al Partido Sinaloense.
Tampoco tenemos conocimiento de que el gobernador Rubén Rocha Moya cuente con algo que le garantice que su Secretaria de Turismo le será fiel hasta la muerte.
Simpática la muchacha.
¿A ustedes les extraña?
A mí tampoco.
Son bastantes años de andar metido en estos breñales y lo que salga del monte puede ser un conejo, venado o de perdida cholis.
Las liebres se cocinan aparte, tuercen el lomo de un lado a otro y no sabe uno para donde agarran.
Los coyotes, de noche dan un solo ojo a la luz de la lampara y con eso confunden a los cazadores.
¿Pá que les gusta la Chayo Torres?
¿Liebre o coyota?
Ustedes escojan del surtido de animalitos silvestres.
Nuestro gobernador es buen calador de sandías.
Les arranca un pedazo antes de comprarlas.
Ahora bien:
¿Piensan ustedes que Rubén Rocha Moya le dejaría custodiando un billete de veinte pesos a su Secretaria de Turismo?
Yo tampoco.
¡Ah que muchacha!
¿discípula de Judas Iscariote?
Fueron 30 denarios por vender a Jesús el Nazareno.
¿Será el equivalente de un mes de sueldo de la titular de turismo?
“Ken chave”
Eso sí, María del Rosario Torres Noriega cumplió con las formalidades del caso. Mandó su carta renuncia como militante del PAS a la dirigencia y hasta se dio el lujo de declarar que tampoco será simpatizante.
Muy preocupante para el PAS.
La renuncia de la Chayo Torres “cimbra” las estructuras del partido y se cuartean techos y paredes del edificio en Culiacán.
Lealtad, divino tesoro, donde andas que no te miro.
Tá bien, una mancha más al tigre no se nota.
Primero renunció al PAN.
Luego al PAS.
¿Qué sigue?
¿Renunciar a Turismo?
“SI CHUY”, dirían los de antes.
Rubén Rocha Moya sabe perfectamente quién es quién.
Lo debe tener muy presente la Señora María del Rosario Torres Noriega.
Sus lealtades quedaron muy a la vista y al portador.
Hasta mañana.
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