Importantes son sin duda las facultades políticas y atribuciones jurídicas que el Presidente del Senado de la República mexicana tiene en sus manos al momento de ser electo por sus homólogos.
1.-Garantizar los derechos de los senadores y los grupos parlamentarios que lo conforman.
2.-Convocar a las sesiones del pleno y de la mesa directiva.
3.- Acordar el orden de intervención de los vicepresidentes y secretario en la conducción de las sesiones plenarias, buscando siempre la equidad en la distribución de las participaciones.
Son las anteriores, parte de las responsabilidades que descansan en una necesaria vocación política y visión democrática de un Presidente del Senado.
Son pues canonjías para los políticos que cuentan con el afecto, y demuestran lealtad política, con Presidente de la República.
Se observa y se entiende de práctica en el ayer y el hoy de nuestra vida política.
Es de tal modo, un ritual político que se ha dado a lo largo de muchas décadas, y que, según vemos, ha seguido inalterable en nuestro México.
Y es que, con el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador nada ha cambiado, pese a los flashazos de una pretendida democratización que se nos pretenden vender como una realidad.
Lo cierto es que la lucha por el control de todas las esferas políticas y de todos los poderes fácticos y constitucionales, ha existido, y sigue desplegada desde todas las trincheras, y por supuesto, desde la oficina en que despacha el mismo Presidente.
La búsqueda del control absoluto de los poderes es tentadora para muchos hombres de Estado y, claro, nuestro mandatario no es la excepción.
Aunque claro, algunas veces las cosas no le resultan al Presidente de la manera en que las quisiera.
Ayer, precisamente, a López Obrador pareciera no haberle resultado su juego político para instalar en la presidencia del senado a uno de sus incondicionales.
Higinio Martínez Miranda, no pudo alcanzar esa presea legislativa a la que impulsado por AMLO había aspirado, ya que solo alcanzó el voto de 28 senadores, contra 36 que avalaron a su adversario Alejandro Armenta Mier.
Falta desde luego el aval del pleno del senado, aunque ya se ve difícil que los senadores de MORENA voten en contra de uno de sus hombres por la razón de que llega con el consenso de los legisladores de los partidos opositores.
Pero anotarlo es necesario; El senador poblano, y nuevo presidente del senado, es apoyado por el zacatecano Ricardo Monreal Ávila, hombre a todas luces antagónico al Presidente de la República en la lucha anticipada por la candidatura a la presidencia de México.
Alejandro Armenta, quien había sido Presidente del CDE del PRI en Puebla, partido al que renunció en 2017 para enlistarse en las filas de MORENA, será sin duda a partir de mañana 1 de septiembre, el sustituto de Olga Sánchez Cordero.
Por cierto, un dato que me parece relevante y digno de exponer en éste espacio, se refiere al hecho de que Alejandro Armenta Mier, nos presenta en su historia de vida política, un hecho que no puede pasar desapercibido.
Se trata de su desempeñó como Secretario de desarrollo social durante el periodo de gobierno del poblano Mario Marín.
¿Y que tendría de malo ese paso del nuevo Presidente del senado por el cargo en mención?.
La respuesta se explica sola; Por la razón de que Mario Marín mejor conocido como “El gober precioso”, ex jefe político y amigo de Armenta Mier se encuentra preso desde el año 2006, acusado entre otras cosas, de formar parte de una red dedicada a la explotación y prostitución infantil.
El hoy Presidente electo del senado mexicano, colaboraba con “El gober precioso”, en los mismos años en que detonó el escándalo de una grabación que el periódico La Jornada hiciera público, en el cual el entonces gobernador poblano y el empresario de origen Libanés Kamel Nacif Borge, dialogan amistosamente y dejan en claro graves componendas delictivas.
Necesario es advertir al lector que la relatoría de la hoja bibliográfica de la carrera política del nuevo presidente del Senado, para nada trataría de insinuar alguna relación criminal entre éste y su ex jefe, sin embargo, lo que se trata de señalar es la manera en que el Partido MORENA del Presidente López Obrador está en gran medida permeado por el viejo PRI al que tanto critican y han prometido desterrar del inventario partidista nacional.
Y es que no es cualquier cosa, que el control de la mesa directiva del senado le haya sido prácticamente arrebatada de las manos a los verdaderos exponentes de la izquierda mexicana, como es el caso del propio Higinio Martínez Miranda
Y lo peor del caso, sin los grupos del PRI que infiltrados en la 4T, se han colado hasta el tuétano de MORENA, con la idea, sin duda alguna, de gangrenarlo y buscar eliminarlo del mapa en las elecciones del 2024.
Finalmente, me parece interesante reiterar lo inexplicable que me parece el triunfo de Alejandro Armenta, frente a un luchador social de izquierda, y fundador primero del PMS- Partido mexicano Socialista-, y años después del PRD, instituto que dirigió en el Estado de México durante los años 1995- 97.
Un hombre de izquierda caído en su propio cuartel, en la lucha que libró con un hombre cuyo ADN tricolor, corre vertiginoso por sus venas.
Por cierto, creo que para amainar un poco las agitadas aguas morenistas, y desde luego paliar en el disgusto del Presidente AMLO, el electo Alejandro Armenta Mier, dijo ayer que; “Hemos aprendido el arte de la prudencia de saber dialogar con los otros poderes… ¿Qué quiso decir?… Interprételo usted.
Pero el nuevo Presidente de la mesa directiva del Senado, aseguró asimismo que buscará la manera de reconstruir la relación con el Presidente de la República.
¿Reconstruir la relación con Andrés Manuel López Obrador?… O sea, el próximo líder del senado nos deja en claro que su relación con el Presidente no es buena?… Así parece ser, ya que de otra manera no diría que buscará reconstruir la relación presidencial.
Así lo entiendo Yo, no sé usted… Nos vemos enseguidita.
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