Punta de Lanza

“Alito” y “El Tato”, derrotas que matan

10 son las gubernaturas que MORENA le ha arrebatado al PRI durante el periodo de Alejandro Moreno Cárdenas “ALITO” como dirigente nacional del PRI.

Hoy en día, el ex invencible partido tricolor solo cuenta con dos gobernadores; Coahuila y Estado de México.

Desde el 14 de agosto del 2019 fecha en que asumió las riendas del PRI nacional, el Instituto empezó a hacer aguas.

Su emotivo llamado a todos los priistas que han emigrado de sus filas para que regresen al nido político, ha fracasado.

Su mensaje se perdió en la nada. Se esfumó en los vientos de la desobediencia, la decepción, la desesperanza y en la añeja frustración de la militancia.

Tropa y generales del partido desatendieron a su “líder” para correr en busca de cobijo a otro nicho partidista, colocándolo en el nivel de evaluación más bajo en cuanto a resultados electorales en la historia priista.

Gobernadores, ex gobernadores, alcaldes, Senadores Diputados y dirigentes de los comités estatales y municipales, con su entreguismo traidor se encargaron de ubicarlo en esa desgraciada posición.

Por esa razón, algunos grupos de poder que aún pululan en el PRI se muestran altamente molestos con su dirigente nacional, al grado de exigirle su renuncia inmediata al cargo.

En Campeche, su propia tierra, las cosas tampoco pintan bien para el aguerrido y popular ALITO.

La actual gobernadora, Layda Sansores, mostrándose poco “Campechana”, lo investiga y lo persigue.

Haciendo uso de un interesante juego de palabras, diríamos que los sensores de Sansores, se mueven para sancionar al Sansón del PRI.

“ALITO” Moreno está siendo víctima de una persecución política y no se ve por ningún lado el necesario bloque de defensa de sus correligionarios políticos.

Lo están dejando solo, en lo que pudiera interpretarse como un complot orquestado por quienes buscan arrojarlo al bote de la basura política y algunos otros personajes.

Es la fauna priista de las “PICHIGÜILAS” los que desde el cinismo están exigiendo resultados a su dirigente, cuando muchos de ellos han sido los primeros en traicionarlo.

Necesario es dejar en claro, que no es defensa la que en éste espacio, se hace de la imagen de “ALITO” MORENO, sino la intención de exponer con claridad lo que está ocurriendo en su entorno.

Y es que no puedo asegurar la inocencia, y tampoco negar la posible culpa de Alejandro Moreno en los temas de corrupción que se le están fincando.

Y tampoco se le podrían restar culpas en las derrotas electorales que ha sufrido el PRI en su periodo de dirigente nacional.

Lo que sí es una realidad, es el evidente canibalismo al que está siendo sujeto el chiapaneco.

¿Y es que, por qué culpar a un solo hombre del derrumbe de todo un Partido, que sabemos arrastra a cuestas una larga historia de grandes y graves episodios de abusos de poder arropados por actos de corrupción e impunidad?.

Por cierto, el caso de “ALITO” Moreno me lleva a pensar en los grandes descalabros que en materia Futbolera ha sufrido nuestra selección nacional.

No puedo dejar de pensar en los gritos iracundos y desesperados de los fanáticos exigiendo la cabeza de los directores técnicos de la selección nacional cuando las derrotas se le acumulan.

Todos culpamos de las derrotas al que dirige nuestra selección nacional, en algunos casos por no incluir en la lista del cuadro titular a nuestro jugador favorito, cuando la realidad nos indica que el que no funciona es el cuadro completo.

La situación se asemeja con el PRI, cuando su dirigente es acusado de perder la elección, supuestamente por no mandar al mejor candidato, siendo que el lastre principal es el mismo partido.

La similitud entre el líder nacional del PRI “ALITO” Moreno y el Director técnico de la Selección Nacional de Fútbol “El TATO” Martino me parece por demás interesante.

Me queda claro entonces, que el PRI pierde elecciones, y la Selección nacional pierde partidos, por la razón de que sus respectivos equipos no les ayudan a ganar.

Creo de tal manera, que los directivos tanto en materia política como en lo deportivo, podrán diseñar estrategias y ambiciosos planes de acción, pero jamás lograrán los triunfos anhelados por sus militantes y sus fanáticos, si sus equipos no siguen puntualmente las estrategias planteadas.

Es decir, jugar con entusiasmo, con gran pasión, con la voluntad indispensable, y sobre todo, con la camiseta bien puesta.

Y es que, cuando las derrotas ocurren, lo primero que buscamos son culpables, y los directivos son ubicados en la primera fila de los acusados…. Nos vemos enseguidita.

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Armando Ojeda
Armando Ojeda

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